Capítulo Treinta Y Seis

19 0 0
                                    

Félix detiene su auto frente a Ulises, a unas cuadras de su apartamento. Está tirado en el suelo, golpeado, ensangrentado y con una pistola en la mano. Se baja y camina hacia él con cautela.

—Ulises ¿Estás bien? ¿Qué está pasando?

Al verlo el pintor intenta ponerse se pie, pero todo su cuerpo está agotado, le es casi imposible moverse. Félix toma el arma con un pañuelo que saca se su bolsillo, para después ayudarlo a ponerse de pie y entrar en él auto.

—Tenemos que llevarte al hospital...

—¡No! Tenemos que ir con Diana y luego me entregaré a la policía.

—¿Qué fue lo que hiciste muchacho? Necesito saberlo para ayudarte. —Antes de que pueda contestar le entrega una botella de agua que el chico bebe con desesperación.

—Yo... no quería hacerlo... solo pasó y después fue muy tarde y ella me dijo que lo hiciera...

Las palabras de Ulises no hacen ningún sentido para Félix. Teme que la depresión haya terminado con su cordura y no sabe como ayudarlo, pero ahora lo más importante es descubrir si en verdad tiene a Diana.

—Hijo, respira —dice poniendo una mano en su hombro.

Ulises lo mira a los ojos y empieza a llorar desconsoladamente, cada sollozo está cargado de dolor y frustración. Abraza al único hombre que le ha dado cariño sincero desde la muerte de su padre; y este lo recibe entre sus brazos.

Cuando el llanto pasa le cuenta todo lo que pasó. Habla de Verónica, de cómo ella secuestró a Diana para él y luego tuvo que matarla para liberarla, pero al final sus instintos más bajos lo dominaron y terminó matando a Jordan y manteniendo a Diana cautiva. También le dice lo que pasó hace poco con Henry y Estela y porqué lleva tenía el arma.

Félix escucha cada palabra sin poder dar crédito a ninguna de ellas. Jamás pensó que ese chico introvertido y un poco extraño a quien decidió dar su apoyo incondicional después de que muriera su madre, la única mujer que ha amado, fuera capaz de tales atrocidades.

Pone la mano en su hombro intentando consolarlo, pero en su interior su alma se divide en dos. Por un lado entiende lo vulnerable que era ante esa mujer, la tal Verónica, y lo fácil que fue para ella manipularlo; pero por otro eso no es excusa para las cosas que hizo aún después de que ella muriera.

Talvez ella solo despertó al monstruo que ya habitaba en él.

Intenta ser racional y objetivo. En este momento lo más importante es encontrar a Diana, por lo que es mejor guardarse los reproches para más tarde. Se asegura de que el arma esté lejos del alcance de Ulises y enciende el auto.

Detienen el auto en la cabaña en el medio del bosque donde Ulises tiene encerrada a Diana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Detienen el auto en la cabaña en el medio del bosque donde Ulises tiene encerrada a Diana. Félix mira el lugar y al muchacho simultáneamente sin saber que decir, se limita a callar y seguirlo hasta la puerta, esquivando las ramas y la maleza que rodean el lugar.

El club de los amores imposibles (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora