Capítulo Veintisiete

35 8 2
                                    

Ulises llega con Jordan hasta la casa de Verónica, estacionándose unos metros antes, detrás de unos arbustos para no ser descubiertos.

—¿Es aquí donde la tienes, infeliz? —escupe Jordan.

—Aquí está la persona que la secuestró. La tiene en una especie de cabaña en un bosque no muy lejos de esta zona. Necesitamos la llave, ya que la puerta es hermética y no abrirá si no es con esta.

—¿Y cuál es tu plan?

—Convencerla para que me dé la llave. Solo tengo que fingir estar de acuerdo con todo lo que ella quiere. Debes esperarme aquí hasta que vuelva.

—¿Crees que voy a dejarte ir, así como así?

—Solo quiero lo mejor para Diana, quiero que esté a salvo tanto como tú porque yo también la amo...

—¡No te atrevas a decirlo o juro que te mato! Tienes cinco minutos para entrar y traer esa maldita llave o entraré ahí y acabaré contigo y con todo el que se cruce en mi camino. —Jordan no puede evitar explotar al escuchar esas palabras salir de la boca de Ulises.

El escenógrafo sale del auto con esta advertencia y camina de prisa hacia la casa, toca un par de veces hasta que Verónica abre la puerta. Lo mira fijamente con sus penetrantes ojos verdes y una sonrisa triunfante en los labios.

—¿Ya lo pensaste? —pregunta levantando una ceja.

—Así es, ya lo hice... lo haré.

Ella termina de abrir la puerta y lo invita a pasar. Él entra en el lugar, dejando la puerta entre abierta y la sigue hasta su habitación. La mujer lleva puesto una sensual bata de seda color carmesí, a juego con sus labios. Lo empuja hacia la cama y luego trepa sobre él y comienza a morder la comisura de sus labios.

—Sabía que no me defraudarías —dice entre besos—. Esto es lo correcto, ella debe ser tuya.

—¿De verdad puedes hacer que me ame? —Ella asiente y él, por un instante fantasea con la idea de que sus palabras sean reales.

La observa deslizar su mano en el cajón de la mesa de noche y de ella saca la llave que le había mostrado antes, la cual abre la puerta de la cabaña, que ahora está atada a una cadena. Intenta arrebatársela, pero ella la pone fuera del alcance de sus manos y se la cuelga en el cuello con una risotada repleta de malasia y los ojos llenos de un deseo perturbador. Ulises sabe exactamente lo ella quiere así que la besa con furia mientras que su mirada está fija en el metálico objeto.

 Ulises sabe exactamente lo ella quiere así que la besa con furia mientras que su mirada está fija en el metálico objeto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En el auto, Jordan no puede creer que en verdad está confiando en ese acosador. Golpea varias veces el volante hasta que decide salir del vehículo y camina hacia la morada en la que entró el chico albino. Seguramente todo es un engaño y en cualquier momento saldrían a emboscarlo, pero él no lo permitiría, los sorprendería primero y acabaría con ellos, no sin antes obligarlos a entregarle Diana.

El club de los amores imposibles (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora