mal amiga

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Ya estaba esperando lo peor, pensando en esas palabras —ok, bien prepara tu cabeza no le respondas, no te vuelvas loca, aguanta la respiración y no te vuelvas loca eso quería decir, cada vez que alguien se le ocurra gritarle o algo peor poniéndole una mano encima, sobre pensaba viéndose al espejo, tenía el presentimiento que la noticia iba a pasar el día de hoy y no va a ver algo que lo evite.

El ya no quería escuchar esa voz, tanto que deseaba no volver aparecer en los peores momentos, pero sus últimas palabras fue que le diga a Amy el enorme cariño que siente por ella y aunque no quería hacer caso se armó de valor para hacerlo, pero no ahora. Solo podía pensar en su lugar secreto sin nada más en un jardín donde fue su primera vez además donde siempre escapaba cada vez que su madre intentaba golpearlo, acomodándolo como le gustaba por haber una pequeña casa abandonada.

"no podía hacerle esto, primero la ignoro por darme cuenta que me gustaría tenerla, pero se de esas reacciones jamás se vincularía con alguien que ella conoce, solo nos podría unir el misterio la conozco tan bien que se cómo conquistarla pero no me atrevería aprovecharme, me odiaría tanto que sería lo último que nos separaría, mi chica agresiva y dura pero a la vez frágil de mente y complaciente a pesar de nunca pedírselo solo daba y no esperaba nada a cambio definitivamente tengo suerte de conocerte en mis peores momentos"

Necesitaba una buena excusa para acercase a ella, pero lo vio demasiado inútil solo se levantó y fue a su trabajo dándose cuenta en la rutina en la que cayo sintiéndose un zombi no podía más sentía que su vida era una completa mentira no quería volverse loco por lo que decidió algo importante —tengo que volver a mi vida de antes— llamando directo a Amy, pero ella no respondía, al verlo insistió más de una vez dejando un mensaje tratándose de una emergencia.

Mientras Amy solo luchaba con ese instinto y confusión que tiene por Alex solo se golpeaba la cabeza pidieron una reacción para evitar caer en su red y además su nueva amiga estaba furiosa, no sabía que hacer hasta que su madre la vio preocupada

— vi que tu novio volvió a dormir a casa ¿paso algo?

— Bueno voy a mudarme de país, parece que me va a querer asesinar cuando se entere que estuve hablando con su hermana perdida— solo podía sentir confusión por las palabras de su hija —no sé qué hacer ma además se lo dije a ella y simplemente me corto

Pero su madre se rio un poco, y poso un rostro de las cuales conoce

— ¿te metiste en los asuntos ajenos? ¿no te parece que hiciste mal?

— sí lo sé ahora no van a querer verme ni en pintura, asumo la culpa, aunque lo odie— suspirando odiaba sentir culpa —soy una mala amiga— pero su madre quería consolarla

— no lo sos quien sabe que no te perdonen al final, me dijiste como ayudaste a esa chica y además a Alex por tener esos conflictos familiares ¿y quién estaba para él? Obvio vos lo trajiste a la casa ¿no?

— sí ma, pero yo reaccionaria mal si descubro que me hablaron con el propósito de hacerle un favor a un chico y más uno como él— y que sin querer admitió que lo hizo por Alex al principio

Su madre solo rio ella asumió que estaba enamorada, pero sabía que lo iba a negar su hija era alguien tan nerviosa cuando se trata de hombres los incomodaba tanto que ni atrevía a verlos por más de 4 segundo apartando rápido la mirada, no se consideraba valiente ni muchos una mujer con todas las letras quedándose en su pequeño mundo a pesar de ya ser una adulta. Sabía que era inútil hablarle de eso dejándola con sus pensamientos, la tierra se sentía rara ella se sentía rara su confusión la llevaba a un estado que tenía miedo de volverse loca por el ("mierda contrólate") otra vez se decía eso.

El efecto de un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora