perfecto por naturaleza

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Era un problema sin duda, cuando alguien le gustaba le costaba mucho aburrirse de esa persona, y eso explicaba muchas cosas, pero para ella era una tortura, no dejaba de pensarlo todos los días y más en las noches. Intentando convencerse de que no es posible, sería tan raro incluso para Amy.

Amy solo quería hacerse la idea de poder irse, momentos en los cuales de poder y querer, aunque era todo lo contrario ella quería, pero no podía, estaba tan en su mundo hasta que su madre pedía su presencia por estar tantos días sin siquiera mandar un mensaje —hasta que por fin te apareces— pero no le sorprende

— si ya sé, pero tengo una vida y además con esto del estudio se me quema la cabeza— sentándose muy cómoda —ah, pero si no fuera porque quería caminar mas no hubiera visto a un caramelo— mordiéndose el labio pensando en él, sus hermanas la veían y su mama también por la forma en como lo dijo exigiendo toda la información

— ya decime todo— tirándole una pieza y su madre también, ella solo estaba feliz que les conto todo y como era el —¿y cuántos años tiene? — esa pregunta la hizo pensar demasiado por cómo podrían reaccionar

— ah como creo tiene un poco más de 38— dijo tosiendo, pero aun así la escucharon de todas formas — pero eso no me importa es decir se ve bastante bien para su edad— intentando justificar para no quedar todo más raro de lo que ya es, aunque la opinión era lo de menos a ella le gustaba y con eso le era suficiente

— al menos es el tipo más joven con el que fijaste— riendo —digo al menos le sacaste una foto para ver

— ay perdón estaba demasiado enfocada en el que no se me ocurrió sacar el celular— rodando sus ojos para responder con sarcasmo —cuando se trata de alguien a quien te interesa sacar el celular me parece un poco mal educado y eso que amo mi celular

— bueno hija, pero no te parece un poco grande para vos— preguntando para esperar una respuesta concreta, pero ella solo lo hizo sin importancia como si ya lo hubiera imaginado —no sabes que déjalo así nomás, lo hombres mayores son mejor y quien dice si te termina manteniendo— provocando que Amy se sonroje por ese repentino cambio de opinión

— ay ma por favor, mira mejor dejémoslo ahí

Su madre dudaba, pero al fin sabe que no puede opinar de más porque ella ya es adulta

— ¿y Alex? — preguntándole, pero ella solo quedo muda por mencionarlo —¿se lo dijiste?

— ¿quiero decirle que? — poniéndose a la defensiva —él está con alguien y sinceramente no me interesa— pero su hermana se dio cuenta casi sorprendida

— no me digas nada, esta celosa— afirmándolo sin preguntar —si vos nunca esta celosa ni cuando te ponías de novia, no soportas la idea de que otra chica este cerca de él— sorprendida de su hermana, pero se lo recordaban muchas veces que temía que fuera cierto, aunque no tenía un motivo suficiente

— porque ni siquiera me importaban ellos, además no lo estoy— tratando de defenderse, pero sonaba tan poco creíble que hasta ella misma dudaba —solo se la pasa yendo de chica en chica todo un histérico y no estoy para eso— por casi hablar de más su madre solo la escuchaba

— ósea ¿quieres ser la única en su vida? — suponiendo algo muy obvio que le provoco algo de risa a su propia madre

— NO, él puede estar con quien lo desee, pero no puedo darle lo quiere en ese tema— algo de tristeza, pero no por esa razón por pensar que si Alex decide quedarse así para siempre significaría separarse —como sea lo voy a extrañar

— no tienen por qué separarse tonta si lo quieres háblale y listo— su hermana solo le dio un poco de motivación, pero simplemente no se atrevía a hacerlo, al escucharla solo se le ocurrió golpearla en la cabeza por ser tan cobarde —sos tan miedosa

El efecto de un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora