Capitulo 9

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Raquel P.D.V

Después de las palabras de José y su desaparición ante mí, supuse que había muerto. Pero... ¿Cómo? ¿Por ella, tal vez? Por eso a lo mejor me decía que huyese... fui a su habitación a revisar lo que me dijo que buscase bajo su cama. Para poder mirar tenía que quitar montones de ropa del suelo. De la cama, agarré uno de sus calzoncillos que estaban en el suelo y los lancé contra la puerta. Bajo su cama había un montón de cajas, llenas de libros, juegos, algún que otro juguete. En fin, cosas varias. ¿Cómo iba a encontrar lo que me dijo? Si ni si quiera me dijo que era, si era un libro, carta o lo que fuese. Empecé a rebuscar por sus libros pero no había nada que me llamase la atención, casi todos sus libros eran de terror y estaban en perfecto estado. Me cogí uno para leerme en casa ya que el no volvería a leerlo, tampoco le molestaría ya que no podría. El libro se llamaba ''Marina'' de Carlos Ruíz Zafón, uno de mis escritores favoritos. Me metí el libro en uno de los bolsillos del abrigo y seguí buscando. Cuando acabé de mirar en los libros empecé con sus libros del instituto pero, tampoco encontré nada. Agarré su antigua agenda, estaba llena de papeles. Entre tantos papeles había unos cuantos partes, siempre se metía en líos cada vez que podía. No veía nada raro hasta que vi que  todos los partes habían sido puestos por la antigua directora. Agresión, insultos, robo incluso... todo eso en los partes, todo indicando el porqué se lo ponían. Yo esto no lo conocía. Pero, ¿acaso esto era una pista? ¿Para qué me diría el que le hizo a la directora? Dejé la agenda en la caja. Una de las estanterías que estaban cerca de mí se cayó, estaba llena de peluches y algún que otro álbum de fotos. Uno de los álbumes había caído con la pagina abierta, era una foto de la excursión que tuvimos hace tiempo cuando estaba la directora.  Si no recuerdo mal... fue un día antes de semana santa. En la foto estábamos todos pero, Beatriz, Leticia y José estaban tapados como con una gota de sangre... En esa foto, la directora estaba sonriendo pero... esa sonrisa no era igual que la que vi, era una sonrisa como con dulzura, sin maldad. Lo poco que la conocí sentí que era una buena persona, nunca habíamos cruzado palabra directamente excepto con algún evento o reunión. Tal vez, era una venganza por como la trataron antes de morir. Agarré la foto y me la llevé, busque por el salón mi móvil, lo encontré debajo de uno de los cojines de los sofás. Lo agarré y salí de la casa corriendo, cerré la puerta de un golpe. Las calles seguían igual de oscuras pero ya había parado de llover. Miré el móvil y tenía solo 5% de batería. Lo suficiente para llegar a casa y mirar la hora. Eran las 22:38, perfecta hora para llegar a casa, cenar e irme a dormir. Llegue a mi casa, subí las escaleras y pude sentir un olor desde las escaleras... un olor, rico, por así decirlo. Mi madre ya estaría en casa haciendo la cena. Entré en casa y fui directamente a la cocina. Justo, estaba preparando la cena. Fui a darla dos besos y subí hacia mi habitación. Dejé la foto entre las páginas del libro que cogí y bajé a ayudar a mi madre con la cena. 

Doce gotas de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora