Capitulo 22.

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Tobías P.D.V

*Había matado a Sonia, e incluso la había violado tiempo atrás, pero eso nadie lo sabia. Tampoco nadie sabia que yo ayude en la muerte de la directora. Solo fue por dinero, pero ya llevaba mas de dos muertes encima... ¿Porque sino siempre me quedaba soltero? O cuando tenia novia me traicionaban, o la persona que me gustaba no me quería, o a la que le gustaba me intentaba liar con embarazos. ¿Por que sino habría sido huérfano? Mis padres actuales eran mis padres adoptivos, los cuartos para ser exactos. Nunca encajaba en la familia, siempre era el cero a la izquierda hasta que conseguí mis padres "perfectos", por así llamarlos. Mi padre maltrataba a mi madre, e incluso yo la maltrataba. Él me permitía violarla, y no podía quejarse, porque sino seria golpeada por nosotros dos. Mi madre era joven, solo me sacaba veinte años. Un día en una de las violaciones, quise probar el sadomasoquismo, pero se me fue la mano. Tuvo fuertes golpes en el cuerpo. Su cuerpo estaba morado, azul y verde, como una nebulosa, a causa de los moratones. Ella no tenia el pecho grande, tampoco estaba gorda. Era guapa con buenas caderas, morena de ojos verdes, perfecta, dócil. ¿Para que quería juguetes si tenia a mi madre? Un día mi madre volviendo del supermercado, fue atracada. Esa fue una buena excusa para cuando los vecinos preguntaban el porque de sus moratones. Solo mis amigos conocían la situación, pero no decían nada. Incluso a veces me la pedían prestada. Yo fui contratado por uno de ellos para acabar con la directora, pero los otros contratados acabaron con ella antes, a sangre fría. Nadie supo la verdadera causa de su muerte, ya que pareció un suicidio. Estaba enamorado de Raquel desde el día que se sentó conmigo en clase, pero ella estaba rodeada por la muerte. Las personas que la rodeaban no eran como ella pensaba, ya que habían hecho algo que ahora les hacia suplicar, pero yo no tenia miedo, porque se lo ocurrido. ¿Por que nos contrataron? No lo se. Ofrecieron mucho dinero, pero nunca nos dijeron que seriamos atacados por algo que no estaba vivo. Pensé que la que asesinaba a los alumnos era el espíritu de la directora, pero no era así, era alguien de nosotros. Era un asesino de guante blanco, nunca dejaba huella en cada crimen, ni estaba nervioso después de asesinar... Era una persona con experiencia. A pesar de yo también ser un asesino, quería conocer quien era, tal vez era la persona que nos contrató. Pero ¿por que no lo habría asesinado el mismo? Quería proteger a Raquel, de lo que pudiese sucederle con un asesino suelto, hasta que la vi con otro hombre. Entonces preferí dejarla morir, pero moriría a mis manos. Solo necesitaba encontrar el momento indicado. No la dejaría morir sin antes sentir su cuerpo. Sin estar dentro de ella.*

Doce gotas de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora