Capitulo 17

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Tobías P.D.V

Había ido a recoger a Sonia del hospital, estaba con la pierna vendada. Me dijo que me quería pero, yo nunca podría sentir lo mismo por ella. Amaba a Raquel, pero ella a mí no. Cruzando por una de las calles que pasaban por la de Sonia, pude ver a Raquel cerca de la casa de José. Estaba esperando a alguien o eso hacía parecer. Un chico alto se acercó a ella, era de nuestro instituto pero no iba a nuestra clase. Se acercó a ella e inmediatamente la abrazó... Ella le correspondió. Un golpe de celos inundó mi corazón, no podía soportar que ella no me quisiese ni que estuviese abrazada a otro que no fuese yo. Intentaría tapar mis sentimientos hacia ella con Sonia. La llevé a su casa, la desperté o seguiría dormida en mi espalda. La acompañe hasta su piso ya que me lo ofreció. Entramos dentro de su casa, estaba completamente vacía, no había ni un alma en ella. Me senté en su sofá, ella se sentó a mi lado poniéndome ojos de cachorro como siempre. En su mirada podía ver todos sus sentimientos hacia mí. Me acerqué a ella y la intenté interrogar para saber sobre Raquel.

-Sonia, ¿Raquel tiene pareja? -Pregunté seriamente.

-Se muchas cosas que tú no sabes. -Dijo mirando para otro lado.

-Dímelo. -La miré con cara de cachorrito, ella se derretía con solo verme así.

-No diré nada, tendrás que hacerme hablar. -Dijo cruzándose de brazos.

-¿Segura? -Me fui acercando a ella.

Me acerqué lentamente a su oído, la susurré que la haría hablar. Fue un susurro tan suave que la hizo erizar su piel. Mi dedo comenzó a pasar por su cuello, mis labios rozaban sus mejillas. Junte mi frente con la suya dejándola ver solamente mis ojos. Mi respiración era suave, una de mis manos avanzaba por sus muslos. Me arrimé a sus labios... y me detuve de golpe dejándola con ganas de más. De su boca salieron unas palabras que me apuñalaron. ''No, no está con alguien, pero tiene algo con un chico del instituto que es indescriptible. '' En ese momento mi corazón murió, no quería saber nada de ella, me había hundido del todo. Sonia se acercó a mi boca lentamente, no la aparte, al revés, la besé. Nuestras bocas se fundieron. Podía ser despecho el hacerlo, celos, lo que sea. Un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo. Seguía besando a Sonia, la acosté en el sofá lentamente. Me quitó la camiseta lentamente, yo hice lo mismo. Estaba decidido, si Raquel no me quería, lo haría Sonia. Nuestros cuerpos se fundieron en uno, no había marcha atrás. Pasado un tiempo acabamos, me recosté en el sofá y ella se tumbó apoyándose en mi pecho. ''Ahora eres mío, de nadie más, te he entregado mi virginidad. '' Me susurró Sonia mientras se acercaba de nuevo a mis labios, esta vez a morderlos con suavidad. Una figura nos vigilaba desde el pasillo, una mujer nos sonreía en la oscuridad.

Doce gotas de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora