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Cuatro días. Cuatro días.

Eso era lo único en lo que pensaban ambos. El desespero los llevó a la situación de ahora, Build se encontraba cerca del escritorio mientras su novio estaba detrás de él apretándole los glúteos. Sabían que no era para nada ético lo que querían hacer, pero en verdad, para ellos cuatro días sin haber hecho el amor era una locura.

Los meses habían pasado de forma rápida y su relación iba de maravilla, en un par de días habrá una fiesta de la empresa, poco antes de las fiestas navideñas para celebrar junto a los empleados y ambos se han encargado de todos los preparativos, quitándoles tiempo para disfrutar lo que amaban hacer en la cama-o en cualquier otro rincón de su hogar-. Ambos se necesitaban, así que esta vez el hacerlo en la oficina les sonaba tentador. Bible estaba recorriendo el cuerpo de su chico por sobre la ropa, centrándose en el abdomen y pezones, de vez en cuando se oían jadeos provenientes de Build, era una persona sensible al tacto del mayor.

—Bible.

—¿Qué pasa, cariño?

—¿Puedes hacer...? —¿Es correcto?—. Yo. Ah. Nada.

—Vamos, quiero saber. ¿Tienes algo en mente?

—Quería que hicieras eso. Lo de tus dedos. Ya sabes. Pero estamos en el trabajo.

—Lo estamos, sí, aunque eso no quita el hecho de que quiera tenerte con las piernas temblando en este mismo instante.

La nalgada que recibió Build por parte del contrario lo hizo gemir. El impacto de la mano en su trasero a veces era suave, otras veces era fuerte. Cualquiera de las dos formas le encantaba.

Su cuerpo reposó en su totalidad sobre el escritorio, dejando el trasero elevado, llevaba unos jeans ajustados. La imaginación del mayor estaba trabajando segundo a segundo. Quería hacerle muchas cosas. Sus manos recorrieron los muslos del cuerpo ajeno, la ropa le estorbaba, pero por ahora tendría que conformarse con eso, el recorrido se detuvo en el borde del pantalón.

La calentura no le dejaba pensar con claridad, así que sus pensamientos de no usar su rango para justificar sus acciones indebidas se esfumó. Estaba en su oficina y en su empresa, podía hacer lo que se le diera la gana.

Sus dedos comenzaron a deslizar lentamente el pantalón, ambos estaban ansiosos, a punto de hacer algo alocado, pero la puerta siendo abierta los hizo reincorporarse rápidamente.

Bible tiró del cuerpo de Build, dejándolo sobre sus piernas, estaba maldiciendo en su mente mientras se acomodaba en la silla del escritorio. Esperaba que Build no se moviera tanto, al menos no sobre sus piernas porque aún se sentía caliente.

—Lo lamento mucho, le dije que no podía entras así. Lo lamento, en verdad. Señor Wichapas, señor Jakapan, lo siento tanto.

En ese momento había dos personas completamente apenadas, pero por situaciones distintas, la secretaria estaba con su cabeza baja mientras miraba sus tacones, esperando lo peor. Y por otro lado estaba Build, que no se atrevía a mirar a otro lado que no fueran sus manos porque la chica los había encontrado a punto de hacer cosas.

—No es tu culpa, puedes continuar con tu trabajo.

Bible habló y la chica se retiró haciendo una leve reverencia, el menor miró hacia la puerta y se tensó por aquel rostro tan familiar que tenía a unos cuantos metros. ¿Qué hacía su madre ahí?

—¿Quieres hablar con ella en privado?

No tenía respuesta para eso. ¿A caso su madre debía decirle algo, como para ir hasta ahí?

Aclaró su garganta, volvió a acomodarse la ropa para verse más presentable y sus manos se juntaron con las de su novio.

—¿Me dirás por qué irrumpiste así o te quedarás ahí, mirándonos toda la tarde?

—Biu, no quise... sé que no me aceptarías ver de todas formas. No tuve otra manera de contactarte, quiero hablar contigo, por favor. Eres mi hijo.

—Ya estás aquí, puedes hablar.

La mujer se acercó más, Bible tenía la cintura de su chico rodeada con sus brazos, ejerciendo presión de vez en cuando para recordarle que está ahí y que no lo dejaría solo.

—Creí que podríamos charlar en privado.

—No estoy de ánimos. Bible sabe todo lo de mi vida, es mi novio. Puede oír lo que sea.

—Hace unas semanas atrás le pedí el divorcio a tu padre —ambos mentirían si dijeran que eso no los sorprendió—. Eres valiente. Estás feliz porque decidiste tomar el control de tu vida y ser quién eres. Luego de casarme con tu padre jamás volví a hacer eso. Los momentos que teníamos de madre e hijo eran los únicos donde en verdad estuve feliz, eres mi pequeño y me dolió el alma tener que decirte tantas cosas de las que te dije. No pude apoyarte por miedo, dejé que eso interfiriera entre ambos. Por eso, quiero pedirte perdón. Me gustaría pedirte otra oportunidad, para dejarme ser la madre que necesitaste y tal vez, necesites. Quiero estar presente en tu vida, Biu. Ya no hay nada más importante que tu felicidad.

La mano de Build había reforzado el agarre que tenía en las manos ajenas, no quería llorar frente a su madre, sintió a Bible poner su mentón sobre su hombro, seguido de un beso en el cuello como una pequeña muestra de presencia y apoyo.

—Tú y mi padre me hicieron desperdiciar años de mi vida. Ahora estoy feliz. Muy feliz. No debo ocultar nada, encontré a alguien que me ama tal y como soy, que me apoya en todo. Ya había borrado alguna idea de que en algún momento pasara algo así, como esto, pero aquí estas. Y no tengo ni la más mínima idea de que decirte o qué responderte. Necesito tiempo, porque el pasado aún duele.

Sus ojos ardían. La capacidad de retener sus lágrimas se estaba haciendo casi imposible, en especial ahora que en lo más profundo de su corazón, le dolía ver a su madre llorar frente a él.

—Te daré el tiempo que necesites. Cometí muchos errores en mi vida, pero encuentro que el dejar que la manipulación llegara tan lejos fue el peor de todos. Te amo mucho, hijo. Espero que podamos recuperar algo de lo de antes. Y también le agradezco a tu novio por no llamar a seguridad. Le debo disculpas a ambos a fin de cuentas. Estaré esperando una respuesta, Biu.

Con eso abandonó aquella oficina, la puerta fue cerrada y Build comenzó a llorar desesperadamente mientras se acurrucaba entre los brazos del mayor.

Le habían vuelto a abrir aquella herida.

—Tranquilo. Sabes que me tienes. Te amo, bonito. Sé que tomarás la decisión correcta y estaré a tu lado para apoyarte.

Su novio era un descarado, ¿acaba de decirle a sus padres que disfrutaba tener el sexo con él?

Estaba esperando el segundo en que el suelo se abriera y lo absorbiera, pero en cambio, oyó risas por parte de sus suegros.

 —Eso es lo bueno de ser jóvenes, prueben muchas cosas y disfruten.

Pecadores ; BibleBuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora