23

1.1K 132 50
                                    

Ninguno notó la rapidez con la que había pasado el tiempo. Hoy celebrarían su aniversario de un año.

Habían llegado la noche anterior a la misma casa donde Bible se le había declarado, se sentían tan nostálgicos. La planificación estaba yendo bien; salieron a desayunar y ahora estaban de compras.

Un panorama que ambos amaban y aunque algunos podrían verlo extraño, era ir a comprar cosas para su hogar. Eso los hacía feliz a su manera, les daba una sensación de calidez.

—Ya tenemos muchos vasos, Bu.

—Lo sé, pero estos tienen estampados de gatitos -insistió Build, mostrándole uno de los vasos otra vez.

—Llevemos dos para ambos.

—Te gustó mi idea de tener cosas iguales para ambos, ¡yo lo sabía!

—No serán iguales, el tuyo será de gatos blancos y el mío de gatos grises.

Build lo miró ofendido, pero siguió caminando por los pasillos de esa gran tienda del centro comercial que tenía absolutamente de todo. Incluso su novio le compró un peluche que le había gustado.

Llegaron al sector de vestuario, Bible se acercó hasta su novio dejando el carro de compras a un lado y rodeó la cintura por detrás, viéndolo mirar atentamente los pijamas.

—Aún recuerdo lo bonito que te veías con ese pijama de dinosaurios. Los empleados estuvieron hablando toda la semana de ti.

—Quiero olvidar la parte en donde tuve que pasar frente a todos ellos y que me vieran así. El pijama era cómodo.

—¿Quieres llevar uno?

—¿No crees que es infantil?

—Para nada. —Bible se ganó frente a su novio, dejando un beso sobre su frente, sonriendo al último—, es solo un pijama, cuando elijas algo no te fijes en esas cosas así, solo debes pensar en que te gusta y no dudar tanto. Además, te ves precioso con lo que sea.

—Compremos los mismos diseños para ambos.

La sonrisa que tenía Build causó muchas emociones en el mayor. Esa sonrisa era la luz que iluminaba hasta sus peores días, de eso estaba seguro.

—No son de mi gusto, paso.

Esas bromas provocaban solo una cosa: berrinches. A veces Build era como un niño pequeño, ambos lo eran en ciertas ocasiones.

—Entonces ya no quiero. Ni me mires. Te pediré el divorcio.

—No estamos casados... aún.

—Mejor compremos una cama para que sigas soñando, ya no quiero casarme contigo.

—¿Me dirás que no antes de la propuesta?

—Me dijiste que no al pijama.

—Sabes que no te puedo negar nada.

—Mandil.

El ofendido esta vez fue Bible, quién también disfrutaba oír la risa de su novio aunque se estuviera burlando de él.

—No te lo puedo negar. Puedes controlar mi vida de la forma en que desees, con seguir sometiéndote de mil formas en la cama estoy perfectamente bien. Todo en equilibrio.

La risa del menor se detuvo de inmediato, el tener a Bible tan cerca y recién percatarse de ello lo puso en extremo nerviosismo. Lo que dijo logró cambiar la tonalidad de su rostro, sus mejillas estaban calientes.

—Quiero mi postre.

— Acabas de decir que te gusta dominarme y comienzas a hablar de comida.

—Bueno, mi postre no es precisamente comestible literalmente. Y hay pocas opciones ahora mismo: pagar esto y volver a la casa o ir a los baños.

Pecadores ; BibleBuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora