Mine • kookmin •

|Lluvia|

Caminar bajo la lluvia siempre fue algo que me gustaba, sentir el repiqueteo de las gotas contras el asfalto, los tejados, el olor a tierra mojada y mi cuerpo empapado en agua, me hacía sentir tan libre, era como si lanzaran un hechizo sobre el cual mi cuerpo se sentía flotar, si existía la magia, estaba seguro que este era uno de sus hechizos más poderosos.

Un carro pasó a velocidad, sus llantas chirriando en la pista y la música a todo volumen, los ojos del rubio descansaron sobre el vehículo alejándose, su mente maquinó miles de escenarios y sus labios tal vez soltaron una oración incompleta.

— Jimin — Volteé encontrándome con unos ojos marrones y un paraguas — Por el amor de Dios, mírate estás empapado, cuantas veces te he dicho que no camines bajo la lluvia? — Comencé a avanzar escuchando su voz elevarse cada vez más — Mira tu uniforme, no va a secar a tiempo para mañana!

Suspiré cansado.

— Mamá está bien, tengo uno de repuesto lo olvidas?

— De todos modos, podrías enfermar — La puerta del domicilio se abrió e ingresaron aún con la voz de la mujer tan fuerte — Tu padre no piensa gastar en doctores y yo menos, sabes lo mucho que ya nos cuesta pagar los gastos médicos de Jihyun como para que tú también enfermes.

Rodé los ojos cansado, era cuestión de todos los días, el nombre Jihyun siempre salía de sus labios para recriminarme o amenazarme, mi pequeño y tierno hermano menor, un adolescente de secundaria que sufría de los pulmones.

Un pequeño in...
No!

— No te preocupes por eso mamá, por algo trabajo — Avancé hasta la escalera quedándome en el primer peldaño — Para no darles excusas a la hora de pagar mis cosas.

La lluvia seguía sonando fuera como una melodía suave, era elegante si la escuchabas atentamente, fascinante y a la vez atrapante.

Me duché y metí mi ropa mojada a la lavadora, no bajé a cenar a pesar de escuchar el sonido de la puerta abriéndose y de mi padre llamando a sus hijos, mamá no se preocupó en venir a ver como estaba, papá menos, porque su mundo se volvía Jihyun cuando este pisaba su mismo espacio.

Podía escuchar las risas desde mi habitación, así como la voz incesante de mi cabeza, colocar música a todo volumen no era opción y además recordar las tareas que tenía no ayudaba en nada, cerré el libro de trabajo y tomé mi celular al sentir la vibración, un nuevo mensaje.

Tae:
Min no olvides traer tu trabajo de sociales, recuerda que Jeon se pone histérico cuando no presentamos los deberes.

Jimin:
No te preocupes, hice esa tarea el mismo día que la dejó, nos vemos mañana.

Bloqueé el móvil recordando la tarea, era cierto, Jeon se ponía histérico cuando no presentábamos los deberes, pero hasta ahora no había fallado al presentarle alguno y no estaba en mis planes hacerlo.

Mis ojos se cerraban, había sido un trabajo duro en el bar, muchos clientes, muchos estorbos y poco personal, pero era el trabajo mejor pagado de todos los que había tenido y no pensaba dejarlo, un bar clandestino y un estudiante de preparatoria no era lo más común ni correcto, pero en un lugar como Busan, lo correcto pasaba a un segundo plano.

Decidí que lo mejor sería descansar, con la cabeza hecha un lío, no iba a poder avanzar ni una línea del ensayo y debía hacer uno perfecto, me recosté en mi cama viendo la lluvia caer fuera de mi ventana, un trueno hizo presencia fuera y mis labios se curvaron en una media sonrisa, mis párpados comenzaron a cerrarse y en medio de ese trance percibí lo que pude haber notado como una sombra correr.