El padre de Teagan era la persona más irritable que ella conocía, arrogante y sin una pizca de responsabilidad afectiva. Ella lo amaba y admiraba, pero estaba harta de que hiciera las cosas a su modo.
Después de aquel “encuentro", los sueños de Teag comenzaron a mostrarle lugares que ciertamente no entendía, quizás por eso ahora estaba en Nueva Jersey en el año 1630, porque con unos 527 años de vida, su padre le había entregado una labor que creía imposible.—Es que no lo entiendo. Me cuidaba hasta del aire y me prohibía hacer magia, ¿y ahora quiere que yo cuide del que los cuida?—. Teagan habló desesperada, dando vueltas por su pequeña habitación. —Claro que lo haría, pero no creo ser suficiente para ser una “protectora"... Oh no me mires así Hedwig—.
Y es que sentía la mirada juzgadora de su lechuza nival, la cual había adoptado desde hace 10 años atrás y se había convertido en su inseparable amiga que siempre encontraba la manera de hacer llegar sus cartas a sus destinatarios, incluso si Teagan los daba por muertos.
—Solo digo que he cambiado y mejorado, pero no sé si todo mi esfuerzo sea suficiente para proteger al cazatroles del hijo de Gunmar—.
La lechuza blanca emitió un sonido y Teagan suspiró apoyando la cabeza contra la mesa.
Mientras ella vestía completamente de negro y rojo su ave llamaba la atención en aquel tono blanco como la nieve.—Es decir, he estado investigando bastante para comprender a los troles y he entrenado con Zoe para luchar, pero no es lo mismo darle un golpe en la cara a un humano que a una criatura hecha de piedra—. Confesó aterrada, se veía a si misma aplastada como una calcomanía.
Había llegado a rincones tenebrosos en busca de información, incluso había leído un libro raro de historia trol y aprendido bastante de su idioma, también consideraba que ya no era una persona para nada débil y que podría ser difícil de vencer en una batalla cuerpo a cuerpo.
Pero un trol malvado era otra cosa.—Además esos troles vinieron de Camelot y el cielo sabe todo lo que Arturo les hizo pasar, tendré que ganarme su confianza y demostrarles que estoy de su lado—.
Era imposible, pero su padre le había pedido algo y eso solo significa que la creía capaz de hacerlo. Quizás era su momento de demostrar de lo que era capaz y esa era su oportunidad para dejar de ser “la hija de Merlin y la aprendiz de Morgana" era su boleto para ser la gran Teagan y no se rendiría hasta estar satisfecha con eso.
—Tengo que encontrar a los troles e ingeniarme una manera de estar ahí cada vez que me necesiten—.
Hedwig volvió a soltar un sonido y Teag se puso de pie para entregarle una carta.
—Para Zoe, la extraño—. Entonces la lechuza le pico el dedo provocando un quejido de su dueña. —¡Auch! ¡No Hedwig, no volveré a mandarle cartas a Hisirdoux porque no las responderá!—.
Y aunque con la ayuda de su amiga podía llegar fácilmente hasta el actual lugar en donde aquel chico y su familiar estaban, ella creía que lo mejor sería ahorrarse esos problemas.
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La protegida
FanfictionTodos conocían su nombre, muchos la admiraban, otros le temían y existian aquellos que la amaban. Antes de la valentía y la gloria también había una chica con un pasado que la forjó. "No creo que no exista ni una sola chica que no llame tu atención...