Todos conocían su nombre, muchos la admiraban, otros le temían y existian aquellos que la amaban.
Antes de la valentía y la gloria también había una chica con un pasado que la forjó.
"No creo que no exista ni una sola chica que no llame tu atención...
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—Eres una maldita, Teagan Ambrosius—.
La pelinegra abrió los ojos al reconocer la voz y se dio la vuelta para acercarse a Zoe corriendo y lanzarse a sus brazos. La ojiazul no dudó en corresponder y disfrutar del momento, después de todo fueron un par de siglos sin su amiga.
—Si, yo también te extrañé—. La pelinegra murmuró luego de despegarse de Zoe, la cual negó con las cejas fruncidas.
—¿Sabes cuánto tiempo pasé sin ninguna señal de vida por tu parte?—. La castaña reclamó, Teagan evitó su mirada de solo pensar en que corría el año 1816 y había cumplido 700 y tanto hace unos meses, eso solo significaba que Zoe tenía verdaderas razones para reclamarle porque habían pasado casi 400 años sin conexión alguna. —¡Pudiste mandar a Hedwig!—.
—Hedwig fue asesinada por el hijo de Gunmar cuando me enfrenté a él para proteger al campeón de mi padre—. Teagan soltó sin ningún rodeo. —¿Qué te parece una taza de té y unas horas para ponernos al día?—.
La sonrisa en el rostro de la hija de Merlin hizo que Zoe cerrara la boca ante la impresión de esas palabras, claro que aceptaría eso, estuvo pensando en Teagan por mucho tiempo.
—¿Este es tu hogar?—. La del vestido rojo preguntó al entrar al lugar.
Habían caminado poco hasta llegar a un pequeño negocio que por dentro estaba adornando con montones de telas y bellos vestidos.
—Soy la costurera solterona que vende los mejores vestidos de baile para la temporada social—. Zoe presumió invitandola a tomar asiento. —Aunque me importa muy poco lo que piensen de mí, me gusta mi trabajo y gano muy bien—.
—Siempre he pensado que eres maravillosa pero... ¿cómo lograste esto?—. Teag preguntó sin dejar de admirar todo a su alrededor.
—Hace unos años conocí a un chico, éramos muy buenos amigos pero tenía una enfermedad que el único futuro que le permitiría tener sería la muerte—. Zoe habló suspirando. —Él y yo jamás estuvimos interesados en una relación, de hecho jamás me ha interesado ningún hombre estúpido. Solo nos casamos porque él insistió en dejarme sus bienes materiales cuando no estuviera. Fue una gran persona, era mi mejor amigo y sabía todo de mí—.
—Lo lamento Zoe—. Teag tomó la mano de la chica acariciándola levemente.
—Está bien, gracias a él pude levantar este negocio—. Agregó la hechicera. —Ahora cuéntame todo acerca de lo que ocurrió aquel día con el hijo de Gunmar—.
Teagan le contó con lujo de detalles todo lo que había ocurrido durante el tiempo que perdieron el contacto, no omitiendo ni un solo detalle y habló con toda la confianza que le tenía.
—Aún recuerdo cuando me confesaste que te aterraba morir, mírate ahora, eres increíble—. Zoe agregó justo antes de ofrecerle una copa a la chica la cual no reclamó.
