𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧: 𝙨𝙞𝙭

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Minho se llevaba la comida a la boca con movimientos lentos y cuidadosos, con sus ojos conectados a los del menor, quien sólo lo miraba fijamente en silencio desde la otra punta de la habitación, sentado en el suelo.

El castaño por fin terminó su plato de comida, y bebió también las últimas gotas del vaso de agua que le había sido dejado... esta vez de plástico.

ㅡ ¿Por qué lo hiciste? ㅡ Hyunjin preguntó, aún con la mirada enfocada en el mayor.

ㅡ ¿A qué te refieres? ㅡ Minho ladeó la cabeza, confundido.

ㅡ Abrazarme... tú me abrazaste... ¿por qué lo hiciste?

El mayor se quedó en completo silencio, pero Hyunjin parecía no rendirse en encontrar una respuesta.

Pensó la razón por la que lo había hecho, de verdad lo intentó, pero no logró encontrarla. O tal vez, sólo se negaba a aceptar que había sentido la vulnerabilidad real del pelirojo al verlo en ese estado, y hasta incluso, le recordó a él mismo y... el accidente.

ㅡ Sólo salió de mí, lo siento. ㅡ Minho desviaba la mirada, intentando evitar los ojos del menor.

Hyunjin no respondió, sólo se levantó y se acercó al mayor, ocasionando que este retrocediera hasta chocar con la pared.
Hyunjin no se detuvo, volvió al suelo y se acercó hasta Minho, gateando, hasta que ambos rostro se encontraban a escasos centímetros.

El aliento frío que escapaba de los labios del castaño chocaba y se mezclaba con el aliento cálido del menor. Sus ojos estaban conectados otra vez, el pálido rostro de Minho volvía a tomar un color rosado en sus mejillas, y el cuerpo de Hyunjin parecía imitar esto.
Parecía que el tiempo pasaba más lento de lo normal.

De repente, el pelirojo cerró sus ojos y relamió sus propios labios. Minho sintió que su corazón intentaba escapar de su pecho con cada latido, pero aún así, cerró sus ojos también, esperando lo que creía obvio, pero recibiendo sólo el dulce y suave tacto de los labios de Hyunjin sobre su frente.

El mayor volvió a abrir sus ojos, y pudo ver cómo el menor tomaba el vaso y el plato que había dejado y los colocaba sobre la bandeja para levantarse otra vez.

ㅡ Duerme, hyung, ya es muy tarde. ㅡ La voz dulce de Hyunjin invadía sus tímpanos nuevamente, pero Minho seguía en estado de shock como para poder responderle.

Finalmente, se fue, dejando al castaño solo, con un torbellino de pensamientos y emociones en su cabeza.

Probablemente no lograría dormir esa noche.

𓈓

Jeongin estaba sentado sobre uno de los escalones de la escalera principal del instituto, pellizcando la punta de sus dedos inconscientemente, sumido en sus propios pensamientos, pero un ligero ardor sobre uno de sus dígitos lo hizo volver a tierra firme. Se había lastimado un poco, nada demasiado grave.

Aún así no dejaba de pensar en Minho. El mayor era quien siempre llegaba temprano, pero esta vez había sido él quien lo hizo, y un mal augurio lo invadía y provocaba que se sintiera demasiado intranquilo y ansioso.

Anoche Minho no había respondido sus mensajes, siquiera los había visto, tampoco se había conectado para jugar una partida de Call of Duty como siempre hacían, y ahora... llegaba tarde, muy poco común en su mejor amigo de notas y asistencias perfectas.

Pero al pasar el tiempo, el timbre sonó, indicando la entrada a su primera clase del día, y Minho seguía sin hacer presencia.

Filosofía, Historia, Inglés, incluso los recesos, y el mayor no había aparecido en todo el día. Los nervios de Jeongin aumentaban hasta el punto en el que comenzó a llenarle el chat a su mejor amigo por cada hora que pasaba.

Sin pensarlo, en el último receso, corrió al baño y marcó al número de Minho.

"El teléfono al que intenta comunicarse se encuentra apago o fuera de línea"

Jeongin sentía su sangre correr por sus venas y el corazón latirle con fuerza. Necesitaba calmarse, lo último que necesitaba era tener un ataque de ansiedad en la escuela, no luego de ya haber creído superar eso.

Respiró, como pudo, de forma diafragmática, y cuando logró calmar un poco su respiración, salió del baño, decidido a terminar con su última clase e ir directo a la casa de su mejor amigo y, mínimamente, comprobar que estuviera con vida.

𓈓

Tocó la puerta, una y otra vez, también el timbre, con insistencia, pero no había señales de nadie ni nada. Llevaba cerca de veinte minutos esperando por una respuesta, y seguía sin obtenerla.

No quería esperar más, menos aún con los nervios que llevaba cargando encima desde la mañana. Dio una vuelta alrededor de la casa, hasta llegar al patio trasero, e imitando lo que hacía cada vez que visitaba a su mejor amigo y sus padres estaban en casa o volvían de a alguna fiesta a la que se había escapado juntos, trepó la cerca hasta pasar al otro lado, y una vez dentro se acercó hasta la ventana de la cocina, intentando abrirla, y para su sorpresa, no costó nada, puesto que el seguro no estaba.

Se metió a la casa por la ventana, intentando no irrumpir demasiado, pero al salir, una mujer con un bate amenazó con golpearlo.

ㅡ ¡Señora Lee, soy yo! ¡Jeongin! ㅡ el rubio esquivó el primer intento de golpe dirigido hacia él, mientras que la mujer soltaba el bate de béisbol y dejaba escapar un jadeo por el susto.

ㅡ ¡Dios mío! lo siento tanto, Jeongin... ¿pero por qué entraste por la ventana?

ㅡ Nadie me atendió, estuve casi veinte minutos esperando y... ㅡ Analizó completamente a la madre de Lee, apenas notando el estado en el que se encontraba. No le sorprendía para nada, después de todo, no era la primera vez que la contraba bebiendo. ㅡ ¿Está Minho?

ㅡ ¿Acaso no fue a la escuela hoy?

ㅡ No... justamente por eso vine, estoy preocupado, desde ayer que no sé nada de él.

ㅡ Uhm, sube a buscarlo, debe estar dormido o haciendo nada, como siempre. ㅡ La mujer se fue, con la copa de vino tinto en su mano, hasta llegar al sofá.

Jeongin no dijo nada, no se pondría a discutir con ella, sabía que después de todo era un caso perdido intentarlo. Sólo subió las escaleras, hasta llegar a la habitación de su mejor amigo.

Golpeó la puerta, pero sólo escuchó un silencio demasiado ruidoso. El mal augurio otra vez.
Entró, sin pensarlo más, y una vez dentro, analizó la habitación hasta cochar su mirada con la cama de Minho.

Estaba vacía.

Luego se acercó hasta la puerta del baño, y la abrió, pero tampoco había señales de la presencia del castaño.

Casi a punto de rendirse, se dio la vuelta, mirando por la ventana de la habitación de Minho y cerrándola. Apenas había notado que esta estaba abierta, y el frío en la habitación era doloroso.

De pronto, la puerta de la habitación se cerró, y el corazón de Jeongin saltó en su lugar. Su respiración se volvió irregular, y sintió su propio latido en sus oídos. Sin voltearse, podía jurar sentir una presencia detrás suyo.

Debía hacerlo, debía voltearse, no tenía opción. Giró sobre su propio eje, y su corazón se detuvo, sintió su piel palidecer, sus ojos se abrieron completamente y el temblor en todo su cuerpo lo sacudió, haciendo que sus piernas, inconscientemente, se echaran para atrás.

Creía que nunca sería capaz de ver esa máscara de ratón en persona, pero se había equivocado.

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1253 palabras

𝘮 á 𝘴 𝘤 𝘢 𝘳 𝘢  𝘥 𝘦  𝘳 𝘢 𝘵 ó 𝘯 ☆ 🄷🅈🅄🄽🄺🄽🄾🅆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora