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Minho despertó repentinamente, aturdido por el alto sonido y vibración de su celular sobre la pequeña mesa de noche al lado de la cama.

Se empujó con sus manos hasta el espaldar del mueble y tomó el artefacto, atendiendo la llamada con los ojos cerrados y un suspiro.

— Buenos días, Lee Minho, ¿cómo se encuentra?.— El nombrado abrió los ojos de golpe y separó el celular de su oreja momentáneamente, alertándose al leer el nombre del director de su universidad en la pantalla.

— Buenos días, director. Bien, gracias por preguntar.— Respondió casi susurrando, cuidando de no despertar al cuerpo a su lado.

— Me alegro. Diré esto sin filtros, alumno, desde hace tres semanas no ha asistido a la institución, necesitamos que el día de hoy se presente en la misma o tomaremos en consideración expulsarlo.

— ¿Expulsarme? — Minho alzó el tono de voz un poco más, logrando que Jisung se levantase de su posición y prestara atención a la situación.— Disculpe, pero no puede expulsarme. He estado lidiando con problemas personales los últimos días y mis capacidades físicas simplemente no me permiten asistir.— Jisung montó su mano sobre la del menor y dejó algunas caricias en ella, tratando de calmarlo levemente.

— Con todo respeto no es mi problema lo que suceda fuera de mi institución. Espero verlo hoy aquí, de lo contrario, llevaré a cabo lo antes mencionado. Hasta luego, Minho.

Un pitido sonó desde el aparato, notificando que la línea contraria había finalizado la llamada sin aviso. Lee giró la cabeza y miró a Jisung con una expresión neutra antes de dejarle un pequeño beso en la mejilla y arrastrarse hasta el borde del colchón.

Justo en ese momento ambos llevaban tres días desde que habían sido dados de alta, por ende, las dos semanas que habían transcurrido desde el día del problema en casa de los Lee estaban tachadas con una marca de inasistencia de Minho y Jisung en la universidad. Jisung con anterioridad había recibido un correo de uno de los profesores, así que al tenerle que explicar la razón de sus faltas, ya la escuela había permitido que permaneciese en casa; sin embargo, Minho no había tenido suficiente tiempo para poder notificarles a las autoridades del lugar sobre sus faltas de presencia, por lo que no era de sorprender recibir ese tipo de llamadas.

El menor se colocó sus pantuflas y tomó con cuidado las muletas que había dejado a un lado, apoyándose en ellas para levantarse. Del otro lado de la cama, Jisung decidió comenzar su día más temprano y se levantó, teniendo cuidado al estirar su torso para no generar dolor en su abdomen; caminó hasta Minho y se mantuvo a su lado para poder ayudarlo a bajar las escaleras.

Llegaron a la cocina y Jisung se encargó de cocinar un desayuno ligero, mientras Minho preparaba dos tazas de café. Eran apenas las seis de la mañana y entraba a la universidad a las ocho, por lo que no debía preocuparse por la puntualidad.

— ¿Qué pasa si simplemente me quedo durmiendo contigo y le envío un correo al director notificándole que fallecí? — Preguntó Minho mientras volvían a subir las escaleras hasta la habitación.

— No te sorprendas si el director viene a buscarte acá con un megáfono.

Minho rió levemente, y al terminar de subir se dirigieron hasta la habitación que ahora era de ambos. Jisung se enrolló entre las cobijas nuevamente, observando como Minho agarraba más confianza de lo normal con las muletas e iba de un lado al otro del cuarto, aparentemente buscando algo, que el menor supuso que solo sería el uniforme.

— ¿Estás... bien? — Preguntó el mayor, casi aguantando las ganas de reír al notar la manera repentina en la que el chico se había comenzado a estresar.

smile for them // hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora