Ese día, esa carta, la nueva sensación de sentirse vigilado que había crecido en su pecho y el recordatorio de no dejar pasar en alto los pequeños detalles definitivamente habían dejado una marca en Minho. Todo ello junto le generaba tantos pensamientos al mismo tiempo que comenzaba a afectarle; se veía incapaz de conciliar el sueño, e incluso de prestar atención a clases, por más que lo intentase.
Cada día en la tarde sentía más impotencia acumulada, y antes de que siquiera pudiera darse el tiempo de reaccionar con consciencia, las lágrimas corrían por sus mejillas ante la sensación de siempre tener un par de ojos pegados a la espalda. Cada semana en el camino a casa buscaba el consuelo de Jisung luego de estar todo el día reteniendo su balde de emociones de desbordarse, para después dejarse caer en los brazos de su novio cuando solo se encontraban ellos dos en el espacio.
Nada funcionaba. Sus intentos de comprender las razones de todo lo que ocurría eran en vano, y vivía con la sensación de que todas sus acciones estaban en lo incorrecto, que cualquier paso que diera podría tener millones de distintas direcciones y muchas de ellas terminarían en un precipicio sin escape.
Todo era por una simple carta, pero no encontraba en sí mismo la fuerza para hacerse entender que en ese papel solo estaban escritas palabras insignificantes. Le costaba creer que todo lo que pasaba era por mera casualidad.
Todos aquellos pensamientos recorrían su mente sin cesar mientras se encontraba sentado en una banca de la cafetería. Felix conversaba con Jisung y Seungmin estaba en la línea para comprar almuerzos.
Aquel día, dudó si debía comunicarles a los demás sobre la carta que había recibido, pues no quería preocuparlos innecesariamente pero terminó por hacerlo al caer en cuenta que esta era una situación que los afectaba a los cuatro. Y desde ese entonces aquella carta había sido lo más cercano al único tema de conversación entre el grupo de amigos.
— ¿A qué siquiera se refería con dejar pasar en alto los detalles? — Preguntó Han mientras metía a su boca una papa frita de su plato.
— No lo sé, justo en este momento incluso podría ser alguna broma de mal gusto.— Respondió Felix, pareciendo frustrado. Ante aquellas palabras Minho frunció el ceño, pues ni siquiera él sabía qué creer.
— Iré al baño un momento, ya vuelvo.— Anunció el menor de los tres mientras se levantaba de su asiento con un suspiro. Simplemente necesitaba darse un respiro y despejar su mente con un poco de agua fría en su rostro.
Caminó hasta el lugar con calma, eventualmente dejando sus pensamientos vagar por su mente durante el recorrido. El pasillo estaba completamente vacío y el silencio abundaba en demasía, tanto que el único sonido presente era el de sus pasos, pues todos los estudiantes se encontraban en la cafetería. O al menos eso fue lo que pensó.
Justo antes de que pudiera tomar completamente la manilla de la puerta del baño, un sollozo hizo eco dentro del mismo. Se detuvo descolocado y paralizó sus movimientos, pensando si realmente sería buena idea entrar al lugar e interrumpir la situación privada con la que aquella persona podría haber estado corriendo, pero de igual manera se decidió y entró para poder brindar incluso su más mínima ayuda.
Sin embargo, al poner el primer pie dentro del lugar quedó completamente clavado sobre su sitio ante la vista. Jeongin se encontraba allí frente al gran espejo del baño, sollozando a voz alta mientras mantenía la parte inferior de su camisa levantada, mostrando todos los moretones que tenía a lo largo de su abdomen, cintura y espalda.
El chico se asustó levemente al notar la nueva presencia dentro del lugar, rápidamente bajó su camisa y limpió las lágrimas sobre su rostro con el rostro de su mano.
— ¿Qué haces aquí? — Dijo Jeongin, haciendo lo posible por transformar su expresión en una molesta.
— ¿Estás bien? — Respondió preocupado sin prestarle atención a la pregunta anteriormente hecha.
— Eso no es de tu incumbencia.— Escupió Yang sin dirigirle la mirada, casi pareciendo avergonzado.
— No puedes esperar que no me preocupe por ti luego de ver eso.
— Ya te dije que no es tu asunto, Minho.— Dijo con molestia y finalmente fijó su mirada en la contrario. Con ojos rojos e hinchados que notablemente hacían un esfuerzo por demostrar odio, pero el brillo que poseían solamente podía gritar por ayuda.— Atrévete a contarle a alguien sobre esto y no verás la luz del día nuevamente.— Terminó de hablar y salió del baño, sin darle permiso a Lee de decir nada más.
Y lo hizo. No prestó atención a la amenaza, y cuando salió del baño luego de unos cortos quince minutos frente al espejo, contó a sus tres amigos sobre lo que había sucedido dentro del lugar. Toda la situación podía afectarlos a ellos, pero también Jeongin tenía la posibilidad de salir aún más lastimado, y por más que en ese momento actuara como un simple brabucón, siempre sería la debilidad en el corazón de todos.
Felix y Seungmin compartieron miradas confundidas entre ellos, esperando encontrar en el silencio una respuesta que les pudiera marcar el camino.
Al parecer, sus problemas no hacían más que empeorar con el pasar de los días.
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smile for them // hanknow
Fanfiction¿Qué mejor que diariamente colocar en tu rostro una sonrisa falsa para generar felicidad artificial en aquellas personas denominadas "familia"? - boyxboy - l.mh + h.js - fluff/angst - mención de otros idols - ships secundarios (seungin y hyunlix) ...