fin

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tw: secuestro, violencia.

12 de julio.

Jeongin abandonó su aula de clases, sosteniendo fuertemente su mochila por sus agarraderas para desahogar en ella su desbordante alegría. Tomó un poco de impulso y se sentó en un muro cercano a la salida de la universidad, esperando hallar a Seungmin en su campo visual para comenzar su recorrido hasta una de sus tiendas favoritas de helados, que había sido propuesta por él como punto a ir para su cita.

Balanceaba sus pies sobre el muro gracias al espacio que sobraba entre sus extremidades y el suelo. Llevaba muchos días sin poder pasar un largo tiempo a solas con el mayor debido a lo atareados que llegaron a encontrarse por los trabajos enviados en la universidad.

Su felicidad se amplió a través de su rostro al, entre la multitud, ver a su sonriente novio extender la mano a su frente y realizar un ademán de saludo. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca aceleró su paso y le dio un fuerte abrazo, que luego se convirtió en un simple entrelazo de brazos para salir del lugar, mientras compartían una que otra conversación.

Durante la tarde, lograron recuperar aquella alegría extrañada durante cada uno de los segundos que debieron separarse. Sonrieron, rieron, y lograron hacer del espacio uno completamente suyo, lleno del amor que los completaba.

Luego de despedirse y haber acompañado a Seungmin a su hogar (fingiendo que no era solo para pasar un tiempo más juntos, claramente), el chico con ojos similares a un zorrito caminaba solo hasta su casa, manteniendo sobre su antebrazo el sueter de su colegio que se había quitado por el calor. Miraba al suelo a casi todo momento, sonriendo pequeño al recordar las hermosas escenas creadas durante la tarde. Cuando se daban de comer helado entre ellos, respaldándose de que solo deseaban probar el sabor contrario; los besos escondidos sin que nadie de la heladería o clientela lo notase, sus carcajadas no cesantes. También recuerda haber conversado con Kim sobre presentarlo con sus otros dos amigos, Minho y Jisung, y el mismo había aceptado

Repentinamente durante su caminata, su cuerpo fue jalado con fuerza hacia atrás. Solo vio negro y sus labios fueron cubiertos, no tuvo suficiente tiempo para poder gritar antes de que su mente se desconectara y cayera en un estado de inconsciencia.

Despertó en la sala de estar de una vivienda desconocida, con dos mujeres de pie frente a él. Una de ellas era pelinegra, alta, y la otra era relativamente más baja con su cabello corto teñido de rubio.

No tardó demasiado tiempo en notar sus manos y pies amarrados detras de la silla en la que ahora se encontraba sentado; allí comenzó a asustarse aún más.

— ¿Qué sabes sobre Minho y Jisung? — Habló la más alta.

— ¿Dónde estoy y quienes son ustedes?

— ¿Qué son ellos? — Intervino la otra mujer.

— Novios. ¿Podrían soltarme? — Respondió como si no fuese algo del otro mundo.

— Debes separarlos.

Jeongin miró a la pelinegra, incrédulo. Negó con la cabeza.

— Ni loco lo haría. Déjenme ir.— Frunció el ceño.

Movió su mirada hasta la rubia, que había comenzado a reír como si la situación fuese un chiste. Giró la cabeza hacia un lado, no comprendía nada.

— Te dije que esto sucedería, Jieun. Eres tan ilusa.— Empujó suavemente el hombro de la pelinegra, bromeando.

— Calla, Yubin.

Yang las observó desde su lugar sin decir palabra alguna. La pelinegra volvió sus ojos a él nuevamente.

— Seguirás lo que se te sea dicho, si es que de aquí deseas salir.

smile for them // hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora