smile for them // hanknow

nine

Dentro de una habitación blanca y luminosa, con bajos sonidos de máquinas encendidas y fuerte olor a alcohol isopropílico, Minho se encontraba, deslizando delicadamente su dedo de arriba hacia abajo por el borde de su celular, que en ese momento mantenía la galería abierta. Estaba sentado, ya vestido ropa casual y su bolso en mano, listo para retirarse del hospital, ya que recientemente habían notificado su alta.

Miraba una fotografía de él y Jisung, días antes de declarar sus sentimientos; se hallaban en un parque de atracciones, a pesar de que en un principio aquel encuentro había sido planificado para estudiar.

Han se notaba realmente feliz, su sonrisa con forma de corazón resaltaba y tomaba el protagonismo de la imagen. Al igual que Minho, que sonreía sin una pizca de falsedad.

Allí fue donde Minho logró darse cuenta que todas las fotografías donde su verdadera sonrisa salía a la luz, era las que tenía con su novio. Estaba acostumbrado a que todas las veces que viese su rostro en la misma imagen que alguien de su familia, todas sus expresiones gritaran que era todo una máscara; tanto que logró sorprenderse ante lo que cargaba entre sus manos.

Una sonrisa de labios cerrados viajaba por su cara mientras sus ojos seguían fijados en la foto. Todos los buenos recuerdos, risas que aún guardaba al fondo de su cerebro, buenos momentos y sentimientos encontrados.

Se preguntaba si alguna vez podría ser capaz de volver a ver la misma sonrisa llena de alegría sobre el rostro contrario; ¿volvería siquiera a escuchar la melodiosa voz de Han, siquiera? Días completos había pasado desde los hechos ocurridos y cada día Minho se torturaba mentalmente al notar que Jisung aún no despertaba. Recién estaba saliendo del hospital, pero debía soportar con la carga de notar el vacío a su lado cada día que le recordase todo lo sucedido.

Lo sabía, sabía que solo eran pocos días y la situación no había sido tan grande, pero los pensamientos acumulados lograban hacerlo entrar en crisis con gran facilidad.

Él era el culpable. Era el causante de que tal vez el brillo en los ojos del castaño no volviese a ser el mismo. Igual de deleitante y satisfactorio.

¿Y qué si cuando la herida cicatrice Jisung no se siente feliz? ¿Qué sucedería si Jisung no se siente satisfecho por haber sido parte de aquel plan y haber finalizado herido, con una marca en su cuerpo que probablemente le dejaría inseguridades por siempre?

Podía durar más horas recostado sobre esa camilla, dejando los recuerdos con su novio recorrer su cerebro, pero logró salir de sus pensamientos con el sonido de la puerta abriéndose repentinamente, y al mismo segundo un chico alto entrando.

— Muy buenos días, Minho. No debo estar haciendo esto, espero que me ames luego.— Dijo Hyunjin apresurado.

— ¿Qué estás haciendo? — Preguntó el castaño con el ceño fruncido y voz ligeramente mocosa.

— Tu novio despertó llorando. ¡Sorpresa! —Agitó ambas manos.— Puedes dejar tu bolso allí, ahorita volveremos.

Minho abrió los ojos grandemente y dejó un sonido de confusión extrema salir, descolocado. Hyunjin rió ante ello mientras tomaba el brazo de Minho y lo colocaba sobre sus hombros, de esa manera dándole un soporte durante la caminata.

— ¿Lloraba? ¿Por qué lloraba? — Preguntó mientras era guiado por Hyunjin y trataba de acelerar sus pasos, sin importar su dificultad.

— No te vió y se preocupó. Pero no te preocupes, descubrimos que las gelatinas de fresa lo calman.—
Minho suspiró aliviado, ahora los nervios siendo reemplazados con alivio extremo.— Ahora esperame aquí un momento.— Dijo en un bajo de tono de voz mientras lo dejaba reposado en la pared justo al lado de la puerta de la habitación en la que se encontraba Jisung.

Le hizo señas a Minho para que guardara silencio y abrió la puerta del cuarto, entrando con una gran sonrisa.

— Buenas tardes, Hanji. Tengo una pequeña sorpresa para ti.

— No me asustes.— Escuchó Minho desde afuera, y sonrió grandemente al poder reconocer nuevamente la voz de su chico.

Ante los ojos de Minho, Hyunjin volvió hacia él y los colocó en la misma posición de antes. Entraron a la habitación, y con una gran sonrisa ambos gritaron el tan conocido "¡tarán!", notando como Han cubría su boca y sus ojos comenzaban a almacenar lágrimas al ver frente a él a su novio.

Han se encontraba impactado, y no solo por el hecho de poder ver en buen estado a la persona que antes vió sangrando a montones, sino por la simple vista frente a sí. Le dolía ver a Minho de esa manera, sonriendo, pero que de igual manera tan herido y afectado.

Hwang lo sentó en una silla justo al lado de la camilla y abandonó el cuarto, excusándose con que tenía otros pendientes que debía resolver. Justo en ese segundo, el mayor arrimó su cuerpo hasta el borde más cercano al castaño, tomó el rostro del contrario entre sus manos y unió sus labios con rapidez, sin siquiera darle un momento para analizar la situación.

— Te amo tanto, perdóname.— Susurró Minho luego de haberse separado levemente, ambos aún manteniendo sus ojos sellados.

— No continues disculpándote, no tuviste la culpa en nada de esto. Discúlpame a mí, fallé en protegerte.

Lee se alejó y abrió sus ojos mientras negaba con la cabeza, haciendo caricias desesperadas sobre el cabello de Jisung.

— No fue tu culpa que mi madre haya tomado la desición de herirnos a mi padre y a mí, ni mucho menos a ti. Te metí en una situación riesgosa y finalizaste herido.

Un corto momento de silencio abarcó la habitación a la par que un puchero inconsciente aparecía en el rostro de Jisung. Poco después sus ojos viajaron hacia la parte inferior del cuerpo de Minho, y su mueca aumentó mucho más.

— Ni siquiera puedes caminar bien, amor.— Jisung cubrió su rostro con ambas de sus manos, y Lee las retiró con una corta carcajada saliendo de entre sus labios.

— No te preocupes por eso, es divertido utilizar las muletas.— Sonrió, pero lentamente la expresión comenzó a desaparecer, al igual que su vista se perdía dentro de los ojos contrarios. Guardó silencio por varios segundos hasta que su voz volvió a resonar, pero mucho más baja, casi como un susurro que le aterrorizaba contar.— Discúlpame tanto, Hanji. Desde que somos novios he llenado tus días de nuevos problemas, pero justo este ha sido el extremo. Has terminado en un hospital y todo ha sido por una desición que yo tomé.

—Alto allí.— Jisung lo detuvo, apesar de que se notase en el rostro contrario que aún tenía mucho por decir.— No me causa problemas estar dentro de tu vida, y nada de lo que sucedió dentro de aquel lugar podía ser predicho.— Colocó sus manos sobre las mejillas del menor, y dejó leves caricias con sus pulgares sobre la suave piel.— No quiero que continues culpándote por esto, ¿de acuerdo?

Minho permaneció mirando con fijación los ojos del rubio, sin dar otro aporte a la conversación. Existía algo dentro de la mirada del chico que era capaz de asegurarle a Minho que todas las palabras que se le eran dichas eran ciertas.