three

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Observando al mayor dormir, Minho no podía parar de pensar en cómo era posible que alguien tan perfecto como Jisung pudiera haber dejado sus ojos caer en un defecto como lo era el castaño. Luego de habérsele sido repetido a lo largo de toda su vida que él no era más que un error, un “hombre afeminado” que nadie querría, y un inútil dependiente emocional, aún le costaba entender de qué manera Jisung podía amarlo.

¿Esos “te amo” que escuchaba eran palabras verdaderas, o solo letras juntas con significados vacíos? ¿Realmente Han lo amaba de la misma manera que él lo hacía, o solo eran mentiras?

A veces le molestaba ser tan inseguro y tener que continuar comunicándole a su novio sus dudas y quejas, pero este jamás parecía tener ningún tipo de problema en reafirmarle cien veces seguidas lo mucho que lo amaba, y Minho simplemente no podía comprender por qué. ¿Por qué?, ¿por qué alguien debería arruinar su vida para amarlo?

Lee recorría el delicado rostro del rubio con sus ojos, colocando con suavidad su mano derecha sobre la levemente hinchada mejilla del mayor. La única fuente de luz presente en la habitación era la que provenía de la luna, entrando por la ventana detrás de ellos, dándole un imposiblemente mayor aspecto angelical a Jisung, incluso con la oscuridad que los rodeaba.

Jisung respiraba calmadamente, con algunos traviesos mechones de cabello descansando en su frente, sus labios entreabiertos y las piernas enredadas con las de Minho.

¿Cuándo sería el momento donde el castaño se hartara de Minho, y empezara a odiarlo como todos los demás?

Si bien llevaban un largo lapso de tiempo en una relación, no podía evitar que cada día una nueva interrogante se plantara en su cabeza con tinta permanente. Las inseguridades siempre se habían encargado de susurrar en sus oídos a cada segundo del día, y no sabía como rechazarlas. A veces simplemente deseaba callar aquellas voces que sus padres habían sembrado en su mente.

Salió de su pequeña nube de pensamientos cuando sintió al mayor removerse lentamente bajo las sábanas.

— ¿Min? — Preguntó Han, aún con sus ojos cerrados y el ceño fruncido.Algunos segundos pasaron, y Jisung finalmente abrió los ojos para mirarlo, curveando sus cejas rápidamente y llevando una mano a su rostro.— ¿Por qué lloras, lindo?

— No estoy llorando.— Utilizó un tono de voz confuso, y cuando llevó sus manos propias a sus mejillas se sorprendió al encontrarlas empapadas.— Sigue durmiendo, cariño. No te preocupes.

— No descansaré tranquilo sabiendo que algo en tu mente está atormentándote.— Movió sus dedos suavemente para remover las pequeñas lágrimas que ya comenzaban a secarse. 

Minho no respondió por algunos segundos, tal vez minutos, mientras permanecía mirando a los ojos contrarios que no se despegaban de su rostro.

— Ji, ¿por qué me amas? — Preguntó en voz baja, casi susurrando.

El contrario quedó estupefacto ante la pregunta, fuera de lugar. ¿Era eso lo que tan preocupado lo tenía?

Él se encargaría de convencer a Minho de que valía más de lo que el pensaba, y que su amor era mucho más que verdadero; no importaba si tenía que repetirlo millones de veces de principio a fin, de fin a principio, porque amaba a Minho y nunca se hartaría de decirlo.

— Min, eres simplemente la mejor persona que mis ojos alguna vez han encontrado. No puedo controlar ni a mi corazón ni a mi cerebro, pero jamás los obligué a que tuvieran tu nombre escrito, y aún así, me considero la persona más feliz por eso. Soy feliz por tenerte a mi lado, soy feliz por ser quien pueda sacarte sonrisas y escuchar tu hermosa risa, y soy feliz porque seas tú quien me devuelva toda la alegría que a veces me falta.

<<¿Sabes? Podrían pasar días, meses, años, décadas o siglos, pero hay algo que jamás me cansaré de repetirte, porque es la verdad más cierta que he podido admitir.

Conscientemente, el menor había comenzado a sollozar nuevamente, completamente ensimismado por todo lo dicho.— ¿Repetirme qué?

Jisung movió su mano restante hacia el otro lado de su rostro, ya acortó la poca distancia que quedaba en un corto beso; al separarse, unió sus frentes.

— Repetirte que te amo, Minho.— Susurró encima de sus labios, dirigiéndole una tierna mirada al mayor, que hacía su mayor esfuerzo por no explotar en llanto.— Esa es la más grande verdad que mi corazón me comunica cada día.

— No te merezco. No merezco tus lindas palabras, tu amor ni tus abrazos. Soy muy poco para alguien tan lindo como tú.— Sus pensamientos se deslizaron por sus labios sin pedir permiso, y al mismo tiempo, dejó caer cabeza en la curva del cuello del mayor.

— Lo haces, Min. Mereces todo lo bueno de este mundo y mucho más.— Jisung sonrió con ternura al ver como, una vez más, el rubio puchereaba.

— También te amo, Jisung. No tienes una idea de cuánto.

Con otro beso se despidieron de la noche, dentro del refugio de los brazos de la persona que más amaban.

smile for them // hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora