twenty three

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— ¿Dónde carajos estoy?

— Amanecimos agresivos.— Respondió una voz a su lado, haciendo que Minho volteara.

— ¡Hyunjin! — Exclamó, abrazando con una sonrisa al chico que se había acercado.

— Hola, enano.— Respondió el más alto, riendo bajo mientras correspondía.

— Me siento ignorado.— Intervino otra presencia.

— ¡Lix! Ven acá también.— Minho jaló del brazo al pelinegro, fundiendo a los tres en un abrazo.— Listo, suficiente.— Dijo, separando a ambos de él.

Hyunjin y Felix se miraron entre ellos y rieron ante el comportamiento del mayor. Minho sonrió ladeado al notar la acción.

— Veo que se llevan bien.— Dijo el castaño, aún sin borrar su sonrisa. Estalló en carcajadas cuando los rostros de los chicos se pintaron de rojo rápidamente.

— Sí.— Casi susurró Félix, tartamudeando. Hwang rió nervioso.— Oh, por cierto, Jisung llamó hace unos minutos, dijo que en poco llegaba junto a Jungwon y Seungmin para interrogarte.— Trató de desviar la atención de Minho.

El castaño asintió, cayendo por la trampa de Félix para que olvidara el tema.

Durante algunos momentos simplemente conversaron sobre temas aleatorios, intentando que el tiempo aparentara pasar mucho más rápido.

Detuvieron su charla cuando tres golpes seguidos sobre la puerta resonaron entre las paredes de la habitación, y consiguiente, la misma se abrió, dejando ver a tres chicos que lentamente comenzaban a adentrarse.

— ¡Hanji! — Exclamó Minho para llamar la atención del mayor, que rápidamente corrió hasta él y lo abrazó cautelosamente.

— Te extrañé tanto.— Dijo Jisung, abrazándolo, pero aún de pie.

— Pero solo fueron unas horas.— Minho rió, abrazándolo fuertemente.

— Es diferente si antes de que nos separaran pasa algo traumático, ¿sabes? — Habló, demostrando el sarcasmo en la oración con su tono de voz, y subió la cabeza para mirar a Lee con burla.

— ¿Qué trauma? Jamás. Fue sumamente divertido.— Dijo completamente serio, recibiendo un golpe en la frente de Jisung.

— No pretendo tener la más mínima intención de interrumpir su momento de pareja.— Dijo Félix, recibiendo la atención de ambos.— Pero apúrense.

— Cero interrupción, obvio.— Dijo Jisung sarcástico, siguiendo a Jay que había ido a sentarse en el sofá al lado de la cama.

— Hola, Minho. Soy Jay. Supongo que sabes que estoy acá para tu interrogatorio.

— Sí, eso me dijo el doctor. Mucho gusto.— Dijo Minho, tomando la mano extendida del policía en un saludo. Luego apoyó sus propias sobre el colchón y las usó como soporte para poder sentarse.

— Bien.— Inició, sacando su pequeña libreta y leyendo algo de allí.— ¿Qué sucedió luego de que desapareciste?

— No recuerdo con exactitud. Caminaba hacia Felix con normalidad, pero repentinamente pasó un grupo de gente entre nosotros, y alguien colocó un pañuelo mojado en mi boca.

— ¿Despertaste en el callejón?

— Sí, cuando abrí los ojos ya estaba ahí, solo. Trataba de moverme pero no podía, y me sentía mareado.

— Dí todo lo que sucedió cuando Chaeryeong llegó.

— Estaba llorando de la impotencia, y ella habló.— Miraba hacia sus propias manos, como intentando recordar. Aunque todo vivía en su mente como si recién acabase de suceder.— Comenzó a contarme cosas sobre lo que sucedió entre mi madre y mi padre, y cómo ella terminó odiando a las personas homosexuales. Mi padre le fue infiel con un compañero de trabajo. Lo odiaron por eso, y los obligaron a romper conexiones. Luego, implicó que mi tía ayuda a mi madre con su caso. Buscó una mochila, la abrió y cuando ví que adentro habían objetos filosos, me coloqué de pie.— Desvió su vista hacia los rostros de todas las personas en el cuarto, cada uno de ellos lo miraban con atención.— Después...— Tartamudeó.

— Tranquilo. Respira y sigue, sé que no es sencillo.— Dijo Jay, y así lo hizo: inhaló profundamente y continuó.

— Después, comenzó a golpearme, en el rostro y en el estómago. Luego se acercó y me empujó, haciéndome caer de rodillas, allí rasgó la parte trasera de mi camisa con sus propias manos y luego tomó la navaja. Comenzó a cortarme, y a pesar de que podía moverme aún, no tenía las fuerzas suficientes. Segundos después, rajó mi pantalón también con su arma y miró la venda allí, diciendo que "un pajarito le contó sobre mi herida". Amarró mis manos, pies y boca con otros pañuelos que tenía dentro del morral. Comenzó a quitar la venda con rapidez, permitiéndole cuando observar la cicatriz que ya comenzaba a sanar; empezó a hablar, sin embargo, no pude escucharla, ya que justamente deslizaba su navaja contra la misma zona de hace un tiempo atrás.

Los demás presentes en la habitación escuchaban en silencio, observando a Minho comenzar a temblar incluso más con cada palabra.

— Ella se fue con su bolso y me dejó ahí, en la mitad del callejón. Traté de gritar y soltar el amarre de mis muñecas, pero no podía; duré de esa manera durante varios, y largos minutos. Hasta que ví a Seungmin y Felix llegar. Seungmin se quedó en la entrada del callejón y Felix se acercó a liberar mis manos, pero nuevamente llegó Chaeryeong, aunque por el otro lado, detrás de Seungmin. Lo noqueó con la mochila y se acercó a Felix. Grité lo más que pude, pero aún así, el también cayó. Ella estaba molesta, mucho, volvió a pegarme y comenzó a reforzar el nudo del pañuelo.— Acercó rápidamente una mano a su rostro, limpiando la lágrima que había caído.— Segundos después llegó Jisung.

— Muchas gracias, Minho. ¿Has sabido algo de tu madre?

— Nada. Desde el último encuentro que tuve con ella, no he sabido nada. Simplemente desapareció.

— ¿Cómo era tu relación con tu madre?

— Mala, muy inestable. Me ha maltratado psicológica y físicamente desde que tengo memoria. No he tenido ningún tipo de confianza con ella, sin embargo, cuando nota que algo me entristece, minimiza mis problemas con la misma frase: diciéndome que sonría más, que ninguna chica querrá a un hombre que no es fuerte. Siempre solucionó todo con violencia.

— ¿Has tenido contacto con tu tía?

— No. Desde que hablé con Chaeryeong, ha sido la primera vez que escuché a alguien más nombrarla.

— ¿Y tu padre?

— Cuando sanó, salió del hospital y alquiló un apartamento ya que no quería recordar los sucesos dentro de la otra casa. Lo he visitado recientemente.

Jay dejó salir un sonido pensativo, revisando algunas páginas más de su libreta bajo la mirada de todos los demás.

— Eso sería todo, Minho. Muchas gracias.— Park se levantó de su asiento, y colocó su mano en el hombro de Lee, sonriéndole.

— Gracias por su tiempo.

— Debo irme, pero si necesitan algo, no duden en llamar, ¿de acuerdo? — Todos asintieron con la cabeza, aún en silencio.— Bueno, adiós.— Volvió a sonreír, y realizó un movimiento con su mano en forma de despedida antes de salir.

Segundos después, Félix comenzó por abrazar a Minho, logrando que los restantes se sumaran al contacto rápidamente.

smile for them // hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora