Hunter vs Boscha (Winter/Huntlow)

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Al fin había llegado la hora del almuerzo en Hexside. Hunter esperaba en la puerta del invernadero junto a Gus a que Willow saliera de clase. Luz y Amity habían ido a la cafetería para ocupar una mesa antes de que se llenase todo.Hunter dibujó una discreta sonrisa cuando (por fin) escuchó al profesor dar por terminada la clase y pudo ver a Willow dirigirse hacia la salida a través de la ventana de la puerta.

—Hola, chicos —dijo al alcanzarlos—. Por favor, sacadme de aquí.

—¿Mal día? —preguntó Gus. Ella se encogió de hombros y asintió sin decir nada más. Hunter echó a andar junto a ellos. Se preguntó si sería demasiado acariciarle la espalda para reconfortarla. Se preguntó qué podía hacer para animarla, no era algo que se le diese demasiado bien. Seguro que a Luz se le ocurría algo. Aunque le gustaría hacer algo por sí mismo, para variar.

Sus pensamientos se vieron corroborados al poco de sentarse a la mesa. Los cinco se estaban riendo, pero él no podía dejar de darle vueltas a cómo podía mejorar sus habilidades para animar a la gente. En general, la gente no era algo en lo que destacara, y le molestaba. Pero Willow... ella era un tema diferente. Quería ser el mejor en todo por ella, para ella. Porque tal y como era ahora no sentía que fuese merecedor de... de nada, en realidad, y mucho menos de Willow, o de su afecto.

—¡Oye, medio bruja! —todo el grupo se volvió hacia la voz. Hunter pudo ver cómo Willow se encogía un poco sobre sí misma a pesar de fruncir el ceño.

—¿Qué quieres, Boscha?

—He oído que has suspendido el último examen de botánica —rió—, y eso que se supone que se te da bien. ¿Has pensado en dedicarte a recoger basura?

—Déjanos en paz, Boscha —dijo Amity.

—No es asunto tuyo, pírate —espetó Gus. Boscha rió chasqueando la lengua.

—¿No es un poco patético que tus amigos tengan que defenderte en tu lugar?

—Márchate. —Boscha soltó una carcajada y se dio la vuelta.

—Estaré esperando el momento en el que te expulsen, pero esta vez de verdad —dijo antes de marcharse. Hunter gruñó.

—No le hagas caso, Willow —dijo Luz—, cualquiera puede tener un mal día, ya recuperarás ese examen.

—Sí, y es imposible que Bump nos expulse, nos quiere demasiado —dijo Gus con suficiencia. Willow sonrió mientras daba vueltas a su comida con los palillos.

—Lo sé, chicos. Solo quiero que me deje en paz.

Hunter se levantó. Haría que Boscha no volviera a molestarla de una vez por todas, costara lo que costara.

—¿Hunter? —preguntó Willow—, ¿Adónde vas?

—Al baño —respondió él tras dudar un momento. Se alejó de la mesa y alcanzó a Boscha al salir del comedor—. Oye, tú.

—No firmo autógrafos fuera de temporada, déjame en... Oh, eres tú. El perrito faldero de la medio bruja.

—Deja de llamarla así.

—¿O qué?

—¿Tienes la más mínima idea de con quién estás hablando? —preguntó Hunter. Usó su tono de guardián dorado, a pesar de que llevaba mucho tiempo sin usarlo por el rechazo que le generaba. Pero era por una buena causa. Por Willow.

—Si: con un pardillo que perdió el puesto más privilegiado de las islas hirvientes por un puñado de pardillos, y que además no tiene poderes sin su bastón, lo cual es igual o incluso más patético que ser una friki de las plantas —Hunter sintió la sangre hervirle en las venas—, en realidad, estáis hecho el uno para el otro, al final la basura siempre acaba en el mismo cubo.

The Owl House (One Shots e Historias Cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora