The Owl House (One Shots e Historias Cortas)

Coronación (petición de @nightfalls030403)

¡Una semana más en la que me han pedido un one-shot! Espero que se parezca en algo a lo que querías, nightfalls030403.

Eda entró en la sala de reuniones con el ceño fruncido. Raine le había avisado de las intenciones del consejo, y estaba allí para negarse en rotundo. No había criado a esa niña en la anarquía para que ahora se convirtiese en todo aquello que un día había jurado destruir.

No iba a dejar ni que se lo propusieran.

O esa era su idea.

Entendía perfectamente por qué habían tenido tal idea. Luz había demostrado inteligencia, perspicacia y capacidad para manejar situaciones peliagudas durante el enfrentamiento con el Coleccionista. Si había sido capaz de negociar con él y hacerlo desaparecer, perfectamente podría también gobernar las Islas.

Eda no dudaba de su capacidad, pero sí del funcionamiento del mundo bajo un imperio. Gruñó por cuarta vez.

—Eda —Raine la despertó de su ensoñamiento—, no puedes esperar que este mundo pase de ser un Imperio al jardín del libre albedrío, lo sabes. La gente enloquecería.

—Sí, lo sé —admitió ella—, pero tampoco puedes pedirme que esté tranquila cuando es Luz quien se ha propuesto para el trono.

—Yo prefiero que sea ella a cualquier otra persona. Es la chica más justa que conozco.

—Claro que lo es, pero yo buscaba un mundo en el que nadie estuviera por encima de los demás, y eso incluye a Luz.

—Eda, ya se ha decidido.

—Me da igual, pienso dejar clara mi opinión ante esa panda de mequetrefes. —Raine suspiró entre enamorade y preocupade, sobre todo teniendo en cuenta que elle formaba parte de esa panda de mequetrefes y Eda era su mujer.

—Claro que lo harás.

Y lo hizo.

Darius, Eber y Raine estaban en parte con ella, pero debía haber consenso y no había forma de convencer al resto de los líderes de otra decisión. Luz también se había ganado sus corazones y, aunque al principio eso había sido algo bueno, ahora parecía un lastre. Además, Lilith también estaba de acuerdo, y ella tenía mucha más labia que Eda para momentos como ese.

—Está decidido, Edalyn —dijo su hermana—, cuando Luz cumpla la edad necesaria, será coronada regente de las Islas Hirvientes. Tendrá su entrenamiento correspondiente y hará un buen trabajo llegado el momento. —Eda contuvo otro gruñido.

—¿Y si ella no quiere?

—Querrá —dijo Terra antes de mandarla fuera entre flores y raíces. Las puertas se cerraron antes de que Eda pudiera volver a entrar.

—Agradecería que no tratases así a mi esposa, Snapdragon —espetó Raine, que empezaba a cansarse de ese trato.

—No tendría que hacerlo si fueses tú quien la controlase, brotecito.

—¡Yo no tengo que...!

—¡Silencio! —gritó Lilith—. Estamos hablando del futuro de las Islas Hirvientes. Cada uno de vosotros tiene las directrices para instruir a Luz durante los próximos años, ¿me equivoco? —todos los líderes miraron el dossier que tenían sobre la mesa y asintieron—. Bien, cualquier duda, comentario o modificación tendrá que ser propuesta ante el consejo, podéis marcharos y comenzar a planificar.

Raine recogió su carpeta y salió de la sala antes que nadie. Estaba deseando que Willow pudiera tomar el lugar de Terra de una vez, porque no aguantaba más sus faltas de respeto. Además, seguro que sería mucho mejor para Luz que fuese su amiga quien le enseñase, y no esa vieja bruja desquiciada.

Después de recibir la noticia, Luz no parecía muy convencida, recibir de repente toda aquella responsabilidad le pareció una montaña imposible de escalar, pero poco a poco, Raine y sus amigos consiguieron convencerla y casi se diría que estaba ilusionada. Eda no abrió la boca, iba a necesitar tiempo para asimilarlo.

El tiempo pasó y, en efecto, Luz fue capaz de aprender el funcionamiento de las Islas Hirvientes, aunque tampoco fue un camino de rosas. El plan de Lilith no funcionaba muy bien para ella, así que hubo que hacer cambios y adaptaciones. A Lilith le costó permitir que Hunter participara en la instrucción histórica de Luz, pero al final no tuvo más remedio que aceptar que el muchacho sabía más sobre magia salvaje que ella. En cuanto a la magia, con algunos líderes le fue mejor que con otros, y en cuanto Graye y Terra fueron destituidos por Gus y Willow respectivamente, la cosa mejoró considerablemente. Luz estaba cada vez más cómoda con la nueva situación y tenía más ganas de tomar las riendas que nunca.

Su vigesimotercer cumpleaños iba a ser el más importante de su vida, y tenía la suerte de compartirlo con las personas más importantes de su vida. Amity estuvo a su lado en todo momento, y pudo ver a todos sus amigos e incluso su familia en la primera fila. Hasta Eda estaba allí, a pesar de que seguía refunfuñando. Luz le sonrió y ella hizo lo mismo, más o menos. Lilith dio comienzo a la ceremonia con un largo y bastante aburrido discurso al que más de una persona dejó de prestar atención al poco tiempo, incluida Luz.

Estaba más concentrada en el público, en la mano de Amity entrelazada con la suya, en la mirada de orgullo en los ojos de sus amigos y en lo bonito que había quedado el palacio tras su reconstrucción. Todo blanco y azul, lleno de flores para la ocasión especial, cortesía de Willow.

—... por eso, es que hoy coronamos a Luz Noceda, la humana, y su esposa Amity Noceda-Blight, reinas de las Islas Hirvientes.

Cuando Lilith acabó de hablar, King, que había estado tras Luz y Amity durante toda la ceremonia, se acercó a ellas, se arrodilló y colocó con cuidado las coronas en sus cabezas. Luz se quedó mirando al titán, que llegados a ese punto no podría decirse que fuese pequeño, y lo abrazó, dando al traste con todo el protocolo de Lilith. A nadie le importó en realidad, los vítores inundaron la sala y, cuando Luz se dio la vuelta para pronunciar su discurso, pudo ver lágrimas en los ojos de los invitados. Incluso en los de Eda.

El corazón le latía a toda velocidad, y estaba segura de que le estaba temblando la voz al hablar, pero lo hizo de todo corazón.

—Islas Hirvientes —empezó—, llevo años esperando y preparándome para este día. He tenido que aprender muchas cosas sobre el reino, pues como sabéis, tan solo soy humana. Sin embargo, eso no significa que no pertenezca. Cuando llegué aquí sentí que encajaba millones de veces más de lo que había encajado nunca en el reino humano. Ahora sé que mi verdadero hogar se encuentra aquí, con la gente que me acepta y me quiere tal y como soy, y que ha decidido colocarme aquí hoy. Sé que no soy perfecta, sé que he cometido muchos errores y los seguiré cometiendo a lo largo de mi vida, también en este nuevo cargo. Por suerte, estoy rodeada de las mejores brujas que podrían existir y que sabrán aconsejarme sabiamente. Eso sin mencionar a nuestro titán, King. Espero poder estar a la altura de lo que se espera de mi. Muchas gracias por esto.

Una vez más, el público estalló en aplausos. Luz inspiró hondo con una sonrisa y se volvió hacia Amity, que tenía los ojos inundados de lágrimas y la besó. Antes de que Luz pudiera darse cuenta, se encontró enterrada en un aluvión de brazos.

Sí. Las Islas Hirvientes eran su hogar, y cuidaría de ellas tanto o más que de sí misma.