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 Previously in

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 Previously in... Confesiones que salieron mal.

Los últimos días, habían sido tortuosos para Félix, es que de que la cagó, la cagó, estamos claros. Pero es difícil culpar a un idiota que está actuando por amor, y más, si ese idiota es joven y está en la etapa de la vida en donde los errores son los únicos que forjan la experiencia.

Quería pensar así, en esas noches en donde el sueño se le iba por inevitablemente sentirse como una plasta por haber echado a perder el vínculo que tenía con Changbin, ¿cómo estaría pensando de él a estas alturas? Todo era contraproducente en muchos sentidos, y eso solo llegó de una simple acción.

Por haberse atrevido sin medir las consecuencias, las únicas palabras que Félix oyó de Claudio Belisario en días, fue un "tu castigo está levantado, no te quiero ver más por allá" y jura haberlo oído en cierto tono de molestia. Tras eso, siempre buscaba la forma de no tener que siquiera llamarlo por su nombre, en clases obviaba su presencia al explicar o al hacer preguntas, y eso solo hacía que Félix Gregorio se sintiera aún peor, porque ni siquiera le estaba dando luz verda pa' que al menos se disculpe y hagan como si eso no pasó.

¿Pero es que cómo hacía Changbin? Él también sentía que Félix había echado a perder las vainas, es que no solo lo besó, literalmente le dijo de la forma más cursi, marica y poética, que lo amaba. Y él creía por momentos, que se lo estaba tomando demasiado en serio, ¿qué sabría una persona tan joven del amor? En esos momentos, era que quería dejarlo todo atrás y hablar con él. Pero es que no podía volver a verlo de la misma manera, se sentía como el mismo adolescente tonto, impulsivo y rebelde que fue en su momento, y no quería dejarse llevar por eso, porque temía que ocurriera un desenlace que estuvo dando vueltas por su mente.

Él temía enamorarse también.

—¿Tú qué crees que le pase a Félix? —inquirió Minho a Jisung, ambos estaban desde la distancia, observando al susodicho con aquella cara de velorio y los ánimos por el subsuelo, incluso estaba ojeroso y con esos ojos hinchados, rechazaba la comida cada vez que le ofrecían y lo peor, es que le preguntaban qué tenía y el carricito respondía que nada, que era un malestarcito ahí y ya. —Porque de malestares, no te conozco ninguno que dure más de una semana.

—No sé. Y me choca que el muy coñito quiera estar más solo últimamente. —respondió el más bajo, mordiéndose una uña y tambaleando la pierna.

—Sung, ¿sabes en qué pienso? —el mencionado se giró. Minho analizaba los gestos y quizá, los pensamientos que evidenciaba Félix, con la trompita pa' 'lante y su infaltable maña del índice y el pulgar peinando los vellos incipientes de su bigote. —Creo que sé la enfermedad que tiene Félix. Eso se llama... guayabo.

Jisung se sorprendió, quizá tanto tiempo sin Félix haya sido el resultado de que no sepa porque esa deducción.

—¿Por qué dices eso?

TODAVÍA LLEVO TU NOMBRE EN MI CUADERNO ;; 𝖼𝗁𝖺𝗇𝗀𝗅𝗂𝗑..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora