DOCE

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𝙲𝚒𝚗𝚌𝚘 𝙷𝚊𝚛𝚐𝚛𝚎𝚎𝚟𝚎𝚜

—¿Estás segura de lo que harás? — le pregunté a mí esposa fuera de la casa de los Henderson.

— Sí, Cinco solo mantente al margen de esto — pidió mi esposa ya harta de mis advertencias, ella tomo mi rostro entre sus manos y dio un suave beso en mis labios — Nuestro hijo puede ser muy listo, pero nosotros somos sus padres.. ¿Quien es el papi aquí? — bromeó.

— Yo soy tu papi — contesté de igual manera tomándola de la cintura — aquí y en todas partes.

Ella sonrió y yo nos trasporte a la habitación del pequeño Adán, al llegar a la habitación pudimos ver un bello cuarto repleto de juguetes y dibujos que de seguro él hizo.

Un cuadro sobre su cómoda donde aparecía el junto a su madre y su padre, pero esos no éramos Ocho y yo.

Entre en su pequeño armario y Ocho se acercó a él para verlo. Habíamos quedado en buscar algún indicio de sus poderes para analizar que tan peligrosos son y desde luego ayudarlo si es que hacía falta.

Escuchamos como se empezaba a remover y cerré la puerta del armario dejando a Ocho frente a él.

Perdón querida.

— ¿Usted? ¿Que hace aquí? — pregunto Adán sobando sus ojitos.

— Yo... Amm — Ocho quedó en shock.

— Llamaré a mi mamá — advirtió el pequeño.

— No — intervino Ocho y colocó su mano en la boca del niño quien la miró aterrado. Mierda, Ocho estaba demasiado nerviosa — No lo hagas, nooo. Si lo haces ya no podré hacer...

— ¿Hacer qué? — pregunto dudoso.

— Mi magia — respondió ella. ¿Que estás tramando Ocho? — ya sabes la magia de un hada es- especial.

— ¿Tú eres un hada? — pregunto muy sorprendido, pero luego frunció el ceño — Las hadas no exis...

Ocho lo callo poniendo su mano en su boca — No digas eso, si lo dices muere un hada — murmuró.

— ¿Cómo en Peter Pan?

— Sí, justo como en Peter Pan — asintió emocionada.

Se lo mucho que le entusiasmaba de alguna forma comunicarse con el pequeño así que entiendo lo mucho que la hace feliz estar así en este momento.

— Y ¿Porque estás aquí?

— Vine por tus dientes.

— Pero aún no se me caen — comentó tímido.

— No importa, yo vine aquí a ver qué estén sanos para cuando me los lleve — respondió ella.

Al pequeño asintió con una sonrisa — Y ¿Eso haces en todas las casas?.

— Amm no, yo soy una hada para ti, soy especial para ti — respondió conmovida, a ambos se nos caían algunas lágrimas por ese pequeño.

— Genial! Tengo mi propia hada! — celebro emocionado — sabía que no era un niño ordinario.

Tanto a Ocho cómo a mí se nos escapó una carcajada, nuestro hijo era encantador.

— Nos arriesgamos mucho, lo sabes ¿Cierto? — dije mientras me quitaba la corbata en nuestra habitación

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— Nos arriesgamos mucho, lo sabes ¿Cierto? — dije mientras me quitaba la corbata en nuestra habitación.

— Me vas a decir que no vale la pena — respondió quitando todo su vestido quedando solamente en ropa interior.

— Ni creas que me vas a convencer de que esto es lo correcto solamente desnudandote — negué y ella río para luego tomarme de la camisa para llevarme a la cama para colocarse encima mío — Estoy cansado — comenté y ella soltó una carcajada.

— Ya eres un anciano Cinco Hargreeves — soltó un jadeo cuando mis manos fueron a parar a sus nalgas — No que no.

— Puedo resistirlo — bromeó y ella se acerca a besar mis labios.

— Porfavor no me pidas que deje de verlo — pidió entre besos, nos separamos y la mire a los ojos — porfavor.

Acaricié su rostro y dije — Está bien, pero cuando te diga que es suficiente y ya no nos vamos a meter en su vida, así lo será — asintió y la mire seriamente — Habló en serio Ocho.

— Okey, está bien — repartió besos por toda mi cara — te prometo que no dejaré que algo arruiné su vida.

— Okey hada de los dientes — bromeó y ella muerde mi mentón.

— Burlate todo lo que quieras Cinco, no cambiarás mi buen humor.

— No trato de arruinar tu buen humor — acaricié su cintura — lo que busco es prolongarlo — respondí.

Ella sonrió con picardía y volvió a besarme, por mucho que supiera que estábamos haciendo mal, no podía quitarle esto a Ocho.

Ambos queríamos tener a nuestro hijo, al menos algo.

Así sean escasos momentos o en su cabeza solo quedemos como sueños y recuerdos borrosos.

Así sean escasos momentos o en su cabeza solo quedemos como sueños y recuerdos borrosos

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BAD PARENTS  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora