Capítulo XV

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   Subí las escaleras tomando una gran bocanada de aire, inflaba lo más que podía mi pecho, necesitaba estar con el mejor humor, sabía que no iba ser fácil lidiar con Camila, ayer la habían dado de alta, agradecí al cielo que no presentara ninguna complicación. Toqué la puerta, algo nerviosa, pero con el mejor semblante. 

—Lauren, vaya si que eres puntual —Me dijo Zoey apenas abrió. —Ven pasa —Entré. Se notaba algo agitada.

—¿Todo bien? —Pregunté al verla casi correr por toda la casa. —¿Camila? —Pensando que esa era la respuesta a su estrés.

—No no, solo que hoy tengo una prueba con tu querida tía, y no encuentro algunas guías —Seguía buscando en los estantes, gavetas, debajo de los muebles, etc... 

—¿Te ayudo? ¿De que tratan? ¿Como es la portada? —Empecé a moverme por el lugar.

—¡Aquí están! —Empezó a hojearlas —¡TE JURO QUE ME LAS VA A PAGAR ESE NIÑO! —Me acerqué a ella y giró una de las paginas hacía mi. Daniel se había encargado de colorear los dibujos de los órganos, un arte algo abstracto.

—Oye pero no están tan mal, hasta talento tiene —Dije riendo y apreciando mejor el dibujo.

—Si, un talento que me tapa el nombre de las partes que debo repasar. —No pudo evitarlo y también lanzó una carcajada. —Te juro que lo amo, pero esto...—Agitó el montó de hojas.

—Yo igual, es un niño estupendo, que él y Camila se tengan mutuamente es algo que siempre me ha gustado ver, como ella es con él, esa magia y alegría en sus ojos, siempre deseo que nunca se vaya. —Zoey me escuchaba con atención. 

—Sé que la quieres, y lo siento por lo que te ha hecho pasar, o esa inseguridad que te ha hecho sentir en algún momento, pero créeme, ella es una maravilla de persona, solo que la vida le ha jugado un par de cartas que simplemente ha tenido que crear su propio juego. —Asentí.

—Por cierto, ¿Donde está? —Pregunté.

—Aun duerme, aquí te deje las indicaciones de los medicamentos, no puede hacer fuerza, ni agitarse. Llego en la noche, trata que ella lleve todo por la paz —Negué con una media sonrisa. —Sé que tu no eres el problema. —Luego de unos minutos se retiró.

  Me asomé con mucho cuidado a la habitación y si, aun dormía plácidamente. Fui a la cocina a preparar el desayuno, arreglé los medicamentos para colocarlos en el orden de las horas que debía tomarlos. Fui a chequearla de nuevo y estaba con su celular.

—Buenos días —Terminé de entrar, solo caminé unos pasos sin acercarme mucho a ella, no sabía cual sería su actitud. 

—Hola Lauren, buenos días... —Dijo calmada apartando su móvil para mirarme. —Si que llegaste temprano.

—Bueno, no quería que a Zoey se le hiciera tarde, así que apliqué una de mis mejores virtudes, ser puntual. —Dije sintiéndome orgullosa, miré como hacía una débil sonrisa.

—Eh...  —Dudó por unos segundos —Necesito hacer pis —Apartó la sabana de sus piernas y yo procedí acercarme para ayudarla a levantarse, pero esta vez la que dudó fui yo, no dejaba de sentir ese miedo a su rechazo. 

—¿Que esperas? —Me dijo con sus brazos levantados hacia mi, como un bebé queriendo que su madre lo alcé porque ya no quiere caminar, y yo me había quedado paralizada. —¿Lauren? —Me vio algo intrigada.

—Ah si! Voy voy... —Terminamos frente a frente y me incliné un poco, sus brazos rodearon mi cuello y los míos su cintura. No sabía nada sobre el cuidado de una persona, no sabía si lo estaba haciendo bien en este primer paso, que mentalmente di gracias a Camila por no hacerlo difícil. Me coloqué a un lado para empezar a caminar hacia el baño, estando ya allí, no quería mirarla, ¿Que debía hacer? 

A SECRET HEART. | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora