Capítulo IX

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Me encontraba viendo la playa, con mi mirada detallando ese horizonte, que cuando era una niña siempre pensé que allí acababa el mar hasta que mi padre me decía lo contrario, explicándome que era más extenso y maravilloso, hay veces que los extraño mucho, pensando en las cosas nuevas que no podré contarles, no era de esas personas que hablan con lápidas, prefiero algo más informal, con eso me refiero a, yo estar con insomnio y colocarme hablar en voz alta y dirigir una que otra palabra a ellos. Unos días atrás mi hermana me había llamado preguntándome como estaba y todo ese protocolo que de verdad no sé si le interesaba saber. Letty se había vuelto como mi madre y no hace falta decir que a Henry lo quería como a un padre, no pretendo suplantar a los míos, pero era lindo que hayan logrado que yo los viera de esa manera, además con los chicos aquí todos éramos como una familia.

Tomé un poco de mi té de manzanilla que cargaba en un vaso térmico, el clima estaba algo frío, Henry se había quedado en casa por las fuertes mareas que se desataron con las tormentas que habían estado empeorando. Sentí alguien sentarse a mi lado tomar mi brazo y apoyar su cabeza en mi hombro.

-¿Por qué tan sola? -Era Camila, sonreí.

Desde nuestro encuentro esa noche en su casa y después de nuestros días de gripe que pasamos juntas, nos habíamos separado un poco, cuestiones de no confundir a nadie y yo estaba de acuerdo, ella quería ver a donde estaba yendo todo esto consigo misma, yo ni sabía que era lo que pretendía, pero era lindo no ver mas a esa Camila mal educada todo el tiempo.

-Me gusta perderme en ese azul. -Respondí.

-Interesante... -Dijo quitándome mi vaso y revisando lo que estaba dentro -¿Té? Que raro que no es una cerveza -Me sentí apenada con su comentario -¿Te gusta mucho verdad? -Tomó un sorbo y me lo volvió a dar.

-Es como una tradición familiar, digamos que todos en mi familia amamos la cerveza -Asintió.

-Es lindo, en la mía no me acuerdo nada.. Ni siquiera alguna tradición o costumbre. -La miré y ella bajó su cabeza. -Me hice responsable de Daniel a muy temprana edad y aun no sé que hacer, sabes? -Asentí comprendiéndola.

-¿Algo que pueda ayudar? -Negó lentamente.

-No, no creo, es difícil porque quiero darle esa familia de la que él pueda contar en la escuela, de la que él pueda decir lo que hizo un domingo familiar o en un viaje, que se sienta orgulloso -Vi su primera lágrima correr -No es para tanto, hemos estado bien, Zoey es como mi hermana, pero si sé que falta algo, ¿Nunca te has sentido así? -Asentí de nuevo.

-Mis padres murieron no hace mucho, es por eso que vine hacia acá, ya donde estaba no me hallaba y no encontraba ni un día lleno de felicidad o tranquilidad, todo estaba rodeado de pésames y condolencias. -Suspiró.

-Lo siento.-Dijo en un susurro.

-No, esta bien.. Ya no duele tanto, aquí he estado tranquila y bueno te conocí a ti. -Nos miramos y sonreímos algo tímidas -Me estaba gustando mucho este momento, es que ni siquiera los días que pasamos enfermas pudimos hablar, de tantos medicamentos, tes y baños calientes, intentábamos ver una película y quedábamos completamente dormidas, desde entonces no nos hemos besado más, hay todavía una linea que cruzamos pero decidimos retroceder y esperar.

-Mi madre murió igual, mi padre ni hablar de él, solo era un pretencioso e interesado, Daniel no conoció al suyo y así esta mucho mejor, prefiero que sus pesadillas se traten sobre monstruos en el armario, que tener el recuerdo de lo que era su padre, eso si era un mal sueño. -Tomó otra vez y me devolvió el vaso.

-Vaya, fuera traído la cerveza mejor... -Tuvo una sonrisa algo avergonzada -A lo mejor, son cosas que tienen que pasar, me gusta creer que nada pasa por una casualidad -Ladeó su cabeza.

A SECRET HEART. | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora