Capitulo XVII

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     Pasaron unos cinco días, Camila se veía mucho mejor. Dinah y Normani se marcharon hace tres días y me sentía algo triste, me había acostumbrado tanto a verlas que pensé que ya vivían aquí, Logan sigue trabajando con Henry, y vive en el que era mi cuarto en casa de mis tíos, todo estaba marchando bien, pensé que las cosas con Camila se iban a tornar algo incomodas después de nuestra charla ese día, pero me he llevado la sorpresa que se ha mantenido en su mejor racha de buen humor y humildad, quiero creer que lo está haciendo por ella misma, por ser mejor, por sentirse mejor y no solo sea cosas del momento. 

—¡Buenos días! —Dije contenta entrando a la casa de las chicas, hoy no me tocaba venir, pero quise darme una vuelta antes de ir al trabajo. 

—¡Lauren! —Vino alguien corriendo hacia a mi mejorando mi día. 

—¡Daniel! —Nos dimos un gran abrazo y lo alcé con gran alegría, de verdad lo extrañaba mucho. —Que sorpresa verte. 

—¡Si! ¿Te enteraste que Camila casi se muere? —Reí por sus apresuradas palabras.

—¿Como así? —Dije bajándolo, tomó mi mano. 

—Fue lo que me dijo Zoey —Rodé los ojos. 

—Es que mentira no es —Dijo Zoey saliendo de la habitación yendo hacia la cocina, negué. 

—Tu siempre de delicada, no? —Alzó sus hombros sin importarle. 

—Él tenía muchas preguntas, y yo no quería pasar horas y horas dibujando el mejor paisaje para una linda explicación. —La verdad es que Dinah y ella eran almas gemelas. 

—Vaya doctora, si así es con sus pacientes, tendré una charla muy interesante con Letty. —Me fulminó con su mirada.

—¡Ni se te ocurra! —Reí vilmente.

   Me senté en el sofá de la sala y Daniel enseguida se sentó sobre mi regazo.

—¿Y eso que estás aquí? Pensé que te habías olvidado de mí. —Hice un puchero, él sujetó mi cara y sonreí.

—Yo jamás me olvidaría de ti, a decir verdad, te extrañaba. —Dejó caer su cabeza en mi pecho, lo abracé como si fuera un oso de peluche. 

—¿Y Camila? —Pregunté mirando a Zoey gesticulando con mis labios sin emitir ningún ruido.

—Salió temprano, creo que fue a una entrevista de trabajo, se le veía muy emocionada. —Asentí algo pensativa. —¿En qué piensas?

—¿Está en condiciones de salir? Creí que el reposo era más extenso. —Daniel se bajó de repente y coloqué mi atención en él.

—Tengo que mostrarte todos los dibujos que hice en casa de los tíos de Zoey, bueno que son como míos también. —Miró a Zoey algo sonrojado. 

—Lo son, son todos tuyos. —Le sonreímos y salió corriendo a buscar su arte. 

   Me levanté y fui hasta donde estaba Zoey quien me ofreció una taza de café, nos sentamos en unos taburetes de madera colocando nuestras bebidas en la isla de la cocina. 

—Mis tíos se van de viaje por unos meses, por eso ya no pueden cuidar al pequeño —Me dijo sin yo preguntar. 

—Pero, ¿Que tiene que esté aquí? —Suspiró.

—Necesito que Camila esté bien, esté estable, que... ¡No sé! Valore cada día que abre los ojos, estos días ha estado muy cambiada, tampoco sé si eso se debe a ti. —Negué.

—No lo creo, si tuvimos una conversación en estos días, creo que nos sinceramos y dejé las cosas muy claras, la quiero, tu sabes que la quiero, pero estoy de tu lado, quiero que sea una persona en la que podamos confiar que va a saber estar bien —Me encontraba perdida en mis palabras. —Que reciba lo que se le da por amor no porque queremos algo de ella, que hay personas que de verdad nos preocupamos por su bienestar, porque ella nos hace bien en el nuestro, que ya no tiene que estar sola, una vida junto ella alguna vez me imaginé, fue en esos días cuando nos sumergimos en los falsos escenarios de nuestra cabeza... —Zoey me hizo una señal nerviosa, pestañeé varias veces para volver en sí y percatarme que Camila estaba allí. 

—Yo... Tengo que ir al hospital. —Zoey se levantó rápidamente, cosa que era mentira, yo no quería mirarle la cara a Camila me había colocado muy nerviosa, ¿Desde donde habría empezado a escuchar? —¡Daniel! —Gritó y este salió con sus colores y block de dibujo, al percatarse de Camila, salió corriendo abrazarla.

—¡Hermana llegaste! —Camila lo cargó en sus brazos llenándolo de besos. —¿Como te fue?

—Daniel, ¿Que te parece que vayamos por unos pancakes con mucha crema batida? —Este asintió con tanta felicidad que se deslizó de los brazos de Camila y enseguida tomó la mano de Zoey.

—¿No ibas al hospital? —Le pregunté para fastidiar el momento, aunque Camila también sabía que estaba mintiendo. 

—¿Eso dije? —Se colocó pensativa caminando despacio hacia la puerta con Daniel tomado de la mano.

—Zoey, ¿Que está pasando? —El pequeño preguntó, yo reí.

—Nada cariño, ve y disfruta de tu comida. —Camila se había acercado un poco a mi, yo seguía sin mirarla.

   Cerraron la puerta, y el silencio se hizo dueño de aquel momento, ¿Como empezar hablar? Me refiero a tomar el impulso, entablar la conversación, pero, ¿¡Que conversación!? 

—Conseguí el trabajo... —Dijo ella, agradecí a el cielo, porque ella fue la primera en hablar y por la increíble noticia. La miré.

—¿Que? ¡Eso es grandioso Cam! En serio es una noticia muy buena. —Le sonreí, rodeó toda la isla dejando sus cosas sobre ella, para luego sentarse donde antes estaba Zoey. 

   Unos cuantos minutos pasaron, no habíamos dicho ni una sola palabra. 

—Lo siento si alguna vez te hice sentir una porquería, te agradezco porque sigues aquí. —Pensé un poco.

—Ya esto lo hablamos hace algunos días, ya no es necesario, todo está aclarado, en serio. —Agarró una de mis manos he hizo que la mirara, en sus ojos podía notar algo de dolor, arrepentimiento, y ese amor estando a flote, por primera vez sentí que si me quería. 

—No no, no acepto que lo veas como si no fue la gran cosa, te lastimé, fui una mala persona. —Bajé mi mirada y luego la volví a mirar con una media sonrisa. 

—¿Y? ¿Cual es el nuevo trabajo? —Suspiró negando algo molesta, soltándose de mi agarre. 

    Yo quería avanzar, si nos frenábamos tanto en ver las cosas que hicimos mal una y otra vez, ¿Cuando las haríamos bien? Puede que fueran incluso peor, esperaba que no, pero de eso se trata el seguir intentando, fallando y aprendiendo.

—Mesera —Se arregló su cabello echándolo para atrás —Mañana tengo que estar temprano para un pequeño entrenamiento. Es un buen restaurante espero recibir muy buenas propinas. 

—Lo harás, sé que serás la mejor, en serio confió en que vendrás cosas mejores, pero eso siempre va a depender...

—...De mi, lo sé. —Me sonrió débilmente, busqué su mano yo esta vez, pero se levantó y se dirigió hacia el pasillo, para ir a su habitación asumí. 

—¿Estás bien? —Me atreví a preguntar, no era la emoción, ni el animo que esperaba ver después que le dieran su trabajo, sé que yo tenía que ver. Me fuera ido directamente a mi trabajo, pensé.

—¿Sabes? —Se giró y le presté toda mi atención. —Yo vivo en esos escenarios hace mucho tiempo, y siempre eres tu la protagonista y lamentablemente yo he sido la villana queriéndote en secreto, lastimándote para quitar ese sentimiento... —Continuó caminando dejándome allí sin palabra alguna.

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A SECRET HEART. | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora