Capítulo XXIV

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   Miré a dos patrullas afuera cuando llegué al lugar, por suerte justo a tiempo. Zoey se había quedado con Daniel. Miré como Lauren venía esposada, como si fuera una criminal, cosa que me hizo hervir la sangre al ver, un oficial venía a su lado, por cierto era uno de los que estaba segura, era cómplice de Alex, imbécil, pensé. 

—¿A donde se la van a llevar? —Preguntó Letty enseguida que se bajó de su coche, parándose sin miedo frente a frente al hombre que tenía sujetada por un brazo a Lauren. Al otro lado venía Henry y Logan junto con una mujer de traje formal, se veía de unos cuarenta y tantos años. —Gina, que bien que lograste llegar. —Se saludaron rápidamente y luego volvieron su atención hacia el oficial.

—Una orden —Solo dijo tratando de hacerse paso, Henry lo detuvo sin hacer contacto físico, solo subió su mano haciendo un alto.  

—Lo siento pero esto no es legal. —Le respondió, Lauren y yo nos miramos, solo respiró profundo, no sabía como lograba mantenerse tan tranquila, yo estaba nerviosa y preocupada por las dos. 

—¿Donde está esa orden de la que habla? Quisiera revisarla. —Habló Gina, creo haber escuchado que ese era su nombre. 

—¿Y usted es? —Le respondió con incredulidad. Ella alzó mas su mirada y firme le contestó.

—Soy la ayudante de fiscal del distrito, pero eso claro está que no lo sabía, así que le pregunto yo ésta vez, ¿Quien es usted? —El hombre no encontraba palabras, y admití, que me gustó la actitud de esta mujer, sabía lo que estaba haciendo. 

—Yo... Yo... —Seguía tartamudeando, Henry le dio una mirada de complicidad a Letty, queriéndose reír por lo tonto que estaba siendo. 

—¿Usted que? Tiene la orden, ¿Si o no? —Lauren agachó su cabeza, imaginaba que también quería reírse. —Lo que tengo entendido es que a esta chica aún no se le ha hecho algún juicio, no ha pasado el tiempo correspondiente para trasladarla, además, ¿Quien está llevando este caso? Que por lo visto no tiene eso claro. 

—Solo seguí ordenes... —Lauren alzó su vista, nos vio y negó lentamente. Sin ella confirmarlo sabía que las ordenes eran de Alex y su asqueroso dinero. 

—Entraré para hablar con el teniente de este lugar. —Se ajustó su blazer para seguir caminando. 

—No está. —Ella frenó su paso. 

—¿No está? ¿Y quien queda al mando? ¿Usted? —Asintió —Osea que la orden fue suya. —Puedo jurar que escuché a alguien en mi cabeza diciendo, ¡Strike out! —Ha oído eso que las mentiras tienen patas cortas? Tarde o temprano, todo se sabe.

—Aquí no se está ocultando nada, así que no sé a que puede referirse. —Vaya que este hombre era cara dura. 

—¿No? —Negó seguro de sí. —Entonces no me vendría mal pasarme un tiempo acá, revisando y trabajando un poco con ustedes, recordar viejos tiempos, vuelva a llevar a la chica a su celda, volveré a leer los informes —Sonrió y siguió caminando para entrar al lugar. 

   Llevó a Lauren devuelta con bastante brusquedad, Henry por poco no se lanza encima del hombre, pero Letty lo detuvo. 

—¿Como conseguiste que viniera? Digo, es alguien de bastante peso —Le pregunté a Henry, vaciló y miró a Letty con algo de miedo en sus ojos.

—Ella... Este... —Letty negó girando sus ojos. 

—Es su ex... —Henry asintió. 

—Bueno eso no es inconveniente alguno ¿No? Ya ha pasado mucho tiempo. —Ahora yo estaba incomoda. 

—Nada que ver, todo está en orden. —Entrelazó su mano con la de Letty y se sonrieron entre sí.—Lo que pasa es que si es extraño y algo incomodo llegar después de tanto tiempo para pedirle un favor como este, y de verdad la historia es larga, pero cuando me di cuenta que era ella quien trabaja allí, no lo dudé por mucho y decidí hablarle. Además está a mi favor en que no fui un mal novio y no quedamos en malos términos.

—Que bien. —No supe que más decir, además no estábamos haciendo nada allí. 

—Creo que es mejor ir a casa, ya vendremos mañana para traerle una buena comida a Lau- —Comentó Logan. 

—Odio que se quede acá. —Crucé mis brazos frustrada. 

—Créeme que no eres la única. —Dijo Henry —A esa niña la quiero como una hija y me duele que esté allí, pagando una mala jugada de un tarado, aún no puedo creer como todo le salió tan bien, como sabía que ella iba a dejar su casa, que iba estar contigo, hay tantas cosas que ya mi  cabeza va a explotar. 

—Es mejor ir casa. —Finalizó Letty, su voz sonó cansada, pero supo contener a Henry. 

   Entramos a la casa, llamé a Zoey para saber como estaba Dani, me comentó que había comido y charlado un poco con él, pero que aún no recordaba nada, que en pocas horas volvió a quedarse dormido, le conté lo que había pasado con Lauren, nada mayor, pero si no hubiera sido por Gina, quien sabe donde la tendrían ahora mismo. 

   Me senté en el porche, debería darme un baño y descansar un poco, pensé. Recordé la primera vez que vi a Lauren, llegó con su insolación que no podía dar ni un paso la pobre, se me salió una pequeña risa, nunca la he molestado por eso, o bueno hay muchas cosas que no hemos hecho, por mi estupidez estuve perdiéndome de mucho, cuando solo quiso estar allí para mí. Escuché la puerta abrirse y miré a Henry saliendo con dos tazas llenas de té. 

—Para los nervios. —Asentí y tomé una. Él se sentó a mi lado. 

—¿Letty? —Pregunté antes de tomar un sorbo.

—Se acostó un rato, en unas horas vuelve a ir al hospital. —Me respondió sin verme a los ojos, distraído en el liquido que contenía la taza.   

—¿Estás bien? —Bueno, ¿Quién ahorita lo estaba? Pero no estaba mal preguntar. —Quería pedirte una disculpa. —Me dio su atención, continué. —Sabes muy bien que si Lauren no me hubiese conocido esto no estaría pasando y lo siento, de verdad lo siento mucho, pero no puedo evitar estar lejos de ella, ahorita mismo estaba pensando en la primera vez que la vi, y como me hizo volver a sentir mi corazón latir, esas ganas de querer hablarle pero siendo muy orgullosa para hacerlo, aún así creyendo fielmente en que lo quería todo con ella, pero teniendo muy claro que no era nadie, que sigo sin ser nadie. —Dejó su taza a un lado y se quedó viendo el mar que estaba a unos metros de nosotros sin decir nada, luego de unos minutos habló.

—Cuando conocí a Gina, creía que era el amor de mi vida, siempre soñé tener lo que mis padres tuvieron, duraron cuarenta años casados, teniendo altos y bajos, nunca dejaron morir el amor, eso quería para mí.  Al Gina dejarme por sus estudios, por sus padres, por su estatus social, también me sentí como tú, yo un simple ayudante de un vendedor de pescados, trabajando en un viejo bote de madera, le pedía a Dios todas las noches que el mar me tratara bien, para no perderlo,  ¿Que futuro podría ofrecerle a alguien que iba a ser una abogada exitosa? Porque nunca dudé que lo sería.

—¿Que quieres decirme con eso? —Hizo caso omiso a mi pregunta. 

—Luego de unos años, buscando y buscando a alguien de mi mismo nivel por así decirlo, y sin mentir así me sentía, era algo tonto pero no lograba enamorarme, desistí del asunto... Hasta que la vi —Sus ojos brillaban.   

—¿A Letty? —Asintió. 

—Sentí eso mismo que dijiste, mi corazón latía y latía, todo era perfecto en ella, y hoy en día lo sigue siendo, hasta me lastimaba apropósito para ir al hospital y que la interna de primer año me atendiera. —Reímos —No te sientas menos Camila, haces muy feliz a Lauren y eso que no son nada, ¿O sí? —Alzó una ceja, negué algo apenada. —Sé que ella quiero todo contigo también, de esta saldremos y verás que después ni recordaremos este trago amargo.

—Lo mismo digo yo. —Oímos una voz conocida detrás de nosotros y los dos volteamos con rapidez, no lo podíamos creer, Lauren estaba aquí, ¿Que había pasado? 

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A SECRET HEART. | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora