Capítulo XXX (Final)

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           (Lauren)

    Anoche empacamos la ultima caja, tampoco eran muchas cosas, pero ya todo estaba listo, sentía miedo no lo negaría, pero seguiría el consejo, el que no arriesga no gana, aunque el resultado termine siendo una total derrota, puedo decir que al menos lo intenté. Me levanté temprano, tantas cosas en mi mente no me dejaban dormir, sin hacer ruido salí de la casa.

   Caminé hacia la playa y me senté en la arena, respiré profundo y empecé a recordar mis primeros días aquí, me pregunté, que si hubiese sabido que todo esto pasaría, ¿aún estaría acá? ¿por qué no salí corriendo? hice una media sonrisa y solo resumí que omitiría algunas cosas, pero el conocer a Camila, eso si jamás lo hubiera dejado pasar.

 —Me pregunto, ¿cuanto valdrán esos pensamientos? —Me giré y allí estaba ella, tan linda como siempre, la brisa de esta mañana jugaba con su cabello y no hacia nada para evitarlo.

—¿No lo sabes? Si mis pensamientos son tuyos. —Le respondí con una sonrisa, se sentó a mi lado solo viéndome perdida en mi mirada y yo en la de ella. —¿Que?  —Pregunté ya algo sonrojada. 

—Estoy tan enamorada de ti. —Mis mejillas empezaron arder y mi corazón acelerarse. —¿Te lo había dicho? —Negué, colocó una mano en su pecho sintiéndose ofendida y me dio un ligero empujón. 

—Me lo has demostrado, que para mi, es mucho mejor que decirlo. —Ahora el rojo de mis mejillas habían pasado a las suyas. 

—¿Lo dices en serio? —Asentí.

—¿Lo dudas? —Bajó su mirada para luego de unos segundos quedarse mirando la inmensidad del mar. —¿Cam? —Suspiró. 

—Siento que llegué con un montón de problemas a tu vida, ¿como es que eso es demostrarte amor? 

—Te quedaste, aceptaste y cediste a dejarte querer, cuando todo apuntaba que no. —Negó pensativa.

—¿Eso no significa que me enamoraste? —Alcé mis hombros sin responderle —¡Lauren! —Rió. —No juegues conmigo. 

—Jamas... Daniel y tu, son lo mas importante para mi, por eso quiero que estemos seguras de montarnos en ese coche y empezar de cero. —Me abrazó. 

—Yo empezaría de cero contigo en cualquier sitio de este planeta. —La rodeé también con mis brazos atraiéndola mas hacia mi. 

—Entonces es hora, vayámonos, tengo que aceptar que eso fue muy romántico de tu parte.  —Se levantó. 

—Es solo el principio. —Me extendió su mano para ayudarme, la tomé y de un impulso también me levanté, empezamos a caminar devuelta a la casa.

   Miramos como un coche llegaba, eran mis tíos, tenía mucho que agradecerles, mi corazón se colocaba chiquito el pensar que no los vería constantemente, llegamos y los saludamos con un fuerte abrazo. 

 —Bueno, llegó el día. —Dijo Letty con su voz algo temblorosa. 

—Hey, sin llorar, solo estaremos a unas dos horas de distancia, así que calma, lo mas seguro es que lo fines de semana estaremos aquí, así que procura estar libre. 

—No le digas eso a una doctora Lauren. ¿que no has aprendido nada? —Respondió Zoey llegando de la mano con Logan, nos abrazamos, Daniel salió algo somnoliento, Camila lo tomó en brazos. 

—Hola a todos... ¿ya nos vamos?  —Preguntó el pequeño.

—Ya casi, ve a lavar tus dientes y a cambiar tu ropa.  —Volvió a colocarlo en el piso. 

—Esto es increíble, jamas pensé que te irías de aquí Camila.  —Dijo Zoey.  

 —Venía hablando de eso todo el camino. —Comentó Logan. 

—Es que pensé que nunca terminaría esa pesadilla de Alex, sentía que era una cruz que jamas te bajarías de la espalda.  —Noté a Camila sentirse algo avergonzada, entrelacé nuestras manos. 

 —Pero ya ves que sí.  —Respondí mirando a Camila con una sonrisa. 

 —¿Que? ¿ya arreglaron lo del trabajo y la casa donde llegaran?  —Preguntó Henry, asentí. 

 —Si, trabajaré de remoto aun en la revista, y allá hay una pequeña oficina que ocuparé, tratando de crecer en esa zona, Camila dará clases de surf a niños y adolescentes, Daniel estudiará en su nuevo colegio, espero que se pueda adaptar lo mejor que pueda. 

 —Seguro que lo hará, es un niño muy listo, valiente y con buenos modales. —Dijo Letty. 

   Después de unos cuantos minutos estábamos listos para arrancar hacia nuestra nueva vida. Daniel se montó en el auto, Camila espero que yo me despidiera de mis tíos, le dije que no era necesario ya que no los dejaríamos de ver por mucho tiempo, pero aún así insistió. 

—Avísanos cuando lleguen, me mandas fotos del nuevo lugar. —Me dijo Letty abrazándome.

—¿Estas molesta? —Le pregunté con algo de miedo a su repuesta, se quedó pensativa por unos segundos. 

—¿Debería? —No supe que responder. —No, no lo estoy, ¿por qué lo preguntas? —Divagué un poco.

—Es que bueno, recuerdo la primera charla que me dijiste con respecto a  Camila, y sé que si te hubiese hecho caso, creo que hoy estuviera haciendo otra cosa. —Ella rió.

—Pues si, pero después pensé en Henry y yo cuando eramos mas jóvenes, tu abuelo no quería que ni por ninguna razón su hija con su futuro prometedor en medicina, se casase con un "don nadie", creyendo que yo quería vivir mi vida llena de lujos, que solo me traería problemas, y como en toda etapa de una relación tuvimos nuestros momentos difíciles, pero nunca perdiendo el respeto y la confianza que nos teníamos, creo que por eso tenemos tantos años de casados. —Le dimos una mirada a Henry quien se encontraba chequeando el coche, para que todo estuviera en orden. —A lo mejor las cosas con Camila se tornaron algo tormentosas pero creo que hoy en este día como en otros anteriores, han visto el sol salir a su favor.

—Eso siempre es algo bueno. —Reí.

—Lo es, puedo asegurarlo. —Afirmó.

—Bueno todo en orden. —Se acercó a mi Henry volviéndome a dar un abrazo y un beso en la frente. —Cuídate mucho mi niña, estaremos esperando sus visitas siempre. 

—¡Hey! Ustedes también pueden visitarnos. —Gritó Camila desde el auto. —Asintieron. 

—Bueno ya nos colocaremos de acuerdo. 

    Entré y di marcha hacia la carretera, Camila colocó su mano en la mía mientras hacía el cambio en la palanca, la miré.

—Gracias. —Dijo con sus ojos llenos de agradecimiento, yo me quedé algo extrañada. —Gracias por... —Continuó. —Por salvar mi corazón, por conocerlo, por no abandonarlo y amarlo.

—Lo haría siempre, así no hubieses correspondido a mis sentimientos, puedo asegurarte que no dejaría que nadie te hiciese daño, ni a Daniel tampoco, es hora de un nuevo comienzo, y... —Le sonreí, le di un beso en sus labios —Me siento afortunada de hacerlo contigo. 

Fin.

A SECRET HEART. | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora