La princesa de las aguas

Cap. 15.- El primer enfrentamiento

Shi QingXuan sujetó a Shi ZiYuan del brazo, jalando a la muchacha lejos del sendero que estaba por tomar.

— A-Yuan, por ahí no es— dijo.

— Oh, perdón tío— dijo ZiYuan con una sonrisa.

La chica siguió obedientemente a su tío. Ambos habían bajado al mundo mortal para hacerse cargo de un asunto por petición de Xié Lian, que en ese momento no podía ocuparse personalmente de ello. Por el camino, Shi QingXuan le contaba a su sobrina lo que había pasado luego de su caída y por qué nadie había podido encontrarlo hasta la destrucción de la capital celestial; a la muchacha le sorprendió la facilidad con la que su tío mencionaba aquel periodo de su vida como si realmente no hubiera sufrido y seguía con su vida tranquilamente, sin pensar en el pasado.

Shi ZiYuan pensó que su padre había tenido razón al protegerlo... aunque el método no hubiera sido correcto.

— Y entonces Su Alteza me ofreció ser oficial subalterno de su palacio— dijo Shi QingXuan agitando la mano alegremente—. Todos respetan a Su Alteza, por lo que nadie me molesta, y poco a poco también me he ganado el respeto de todos. Es... lindo. Pero en fin. Mejor dime cómo te fue a ti en estos años sin saber de tu existencia.

La risa de Shi QingXuan era contagiosa, y ZiYuan no pudo evitar reír mientras le contaba a su tío sobre sus andanzas en la secta Jintian, sobre lo que había aprendido y sobre su único amigo. El antiguo dios ladeó la cabeza mirando con curiosidad a su sobrina y dijo:

— Te gusta.

— ¿Qué?— inquirió Shi ZiYuan, sorprendida.

— ¡Te gusta Shen Yang! Que lindo.

— ¡Tío, no!

¿O tal vez sí? La verdad era que ZiYuan nunca había pensado en eso, su mente había estado enfocada en el cultivo, luego, por un pequeño periodo de tiempo estuvo enfocada en la venganza y cuando abandonó esa idea de revancha... pues ya había ascendido; por lo que jamás pensó cabalmente en cosas de amor. Se había perdido torpemente en ese pensamiento, por lo que no se dio cuenta de que su tío le llamaba hasta que fue bruscamente empujada por él y ambos cayeron al suelo.

Su sorpresa inicial se convirtió en preocupación cuando notó que estaba temblando.

— Tío, ¿qué pasa?— preguntó la muchacha mientras ambos se ponían de pie.

Entonces Shi ZiYuan se encontró frente a frente con He Xuan.

El rey fantasma observó fijamente a la pareja, centrando su atención en la chica a quién buscaba. Shi ZiYuan sintió un escalofrío recorriendo su columna pero no se amedrentó, sino que tomó la empuñadura de su espada por si debía defenderse. Estaba segura de que tendría que defenderse por una simple y sencilla razón: ella no quería morir. He Xuan ya le había quitado a su padre consumando su venganza, y no quería ser la siguiente en esa lista de represalia.

— Señora marcial del agua— dijo He Xuan con calma—. Debe adivinar por qué estoy aquí.

— Lo imagino, rey demonio Agua Negra— dijo Shi ZiYuan—. Supongo que hay cosas que no se pueden dejar atrás.

— En efecto.

No hubo más intercambio de palabras. He Xuan dio un paso adelante haciendo un gesto con la mano, con el que creó una gran columna de agua que fue dirigida a Shi ZiYuan; la chica dio un paso adelante desplegando su abanico usándolo para cortar la columna, haciendo girar el abanico entre sus dedos para contraatacar lanzando dardos de agua concentrada que fueron dispersados por la calamidad y un gran pez hueso emergió con una orden de He Xuan.

Shi ZiYuan desenvainó su espada lanzando un golpe hacia el pez para desvíar su curso mientras se dirigía hacia el rey fantasma usando el abanico para atacarlo de nuevo, su único objetivo era alejarlo lo suficiente para que su tío pudiera pedir refuerzos. Y cuando Lang QianQiu llegó enfrentando al rey fantasma, la diosa dio un paso atrás.

— Volveremos a vernos— le aseguró He Xuan antes de desaparecer tan intempestivamente como había llegado.

— ¿Están bien?— preguntó Lang QianQiu acercándose a ellos.

Shi ZiYuan asintió en silencio, pensando en qué iba a hacer a partir de ahora.