Ling Wen corrió al palacio del Agua en cuanto escuchó del ataque sufrido por su hija. Shi ZiYuan no había sufrido daño alguno, pero aún así Shi QingXuan y Shen Yang estaban a su lado.
— ¿Estás bien?— preguntó Ling Wen acercándose a la chica.
— Mamá, no pasó nada— dijo Shi ZiYuan con tranquilidad—. Estoy bien.
Solamente estaba intranquila. Shi ZiYuan sabía que, inevitablemente, llegaría el día en que tendría que enfrentarse a muerte con He Xuan, porque él no la dejaría ir tan fácilmente, y ella no sabía qué hacer. Pero el ver a su madre tan intranquila le hizo mantener sus cuestionamientos en silencio para no preocuparla. Así que sonrió levemente y dijo:
— Mamá, no tienes que preocuparte por mí, de verdad. Voy a estar bien.
Cuando finalmente estuvieron solos, Shen Yang se cruzó de brazos mirando a Shi ZiYuan y dijo:
— A tí te preocupa algo.
— ¿Tan evidente es?— preguntó ZiYuan con una leve expresión de decepción.
— No realmente, pero yo te conozco bien. Tal vez hayas podido engañar a tu tío y a tu madre, pero no a mí.
— Dudo que alguno de ellos se haya creído que todo estaría bien.
Shen Yang se echó a reír y se sentó al lado de Shi ZiYuan.
— Bueno, habla conmigo— dijo—. ¿Qué te preocupa?
— El rey demonio Agua Negra es quién me preocupa— dijo Shi ZiYuan—. Mi padre lo ofendió de una forma que le costó la vida, y yo no quiero seguir su camino. No quiero morir, pero tampoco quiero enfrentarme a él.
— ¿Y quién dice que tienes que morir?— inquirió Shen Yang—. Siempre se puede llegar a un acuerdo.
— No en este caso. O al menos, no con este sujeto. Tendré que pelear con él al final, pero…
Shen Yang le tomó la mano con un semblante de duda y Shi ZiYuan lo miró con sorpresa.
— Déjame darte una razón para volver con vida— dijo.
Y sin esperar más, la besó. Fue un gesto tierno y un poco torpe debido a la inexperiencia, pero al poco tiempo el joven fue correspondido por la muchacha, y ambos se separaron luego de un momento. Shi ZiYuan sonrió pensando que su tío tenía razón: a ella le gustaba Shen Yang. Realmente le gustaba su amigo de la infancia, y lo mejor era que sus sentimientos fueron correspondidos.
— Me gustas— dijo Shen Yang con una sonrisa tímida—. Desde que éramos niños, no quise a nadie más que a tí.
Shi ZiYuan sonrió abrazándolo con alegría.
— A mí también me gustas— dijo.
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Ah, el amor adolescente -sorbito a su té -
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La princesa de las aguas
FanfictionLing Wen y Shi WuDu se encuentran con un asunto inesperado que los hace bajar al mundo de los mortales. Cuando ese asunto les da una vida lejos de sus deberes en el cielo, un peligro inesperado comienza a acechar. Sin embargo, al final resulta ser o...