Cap. 16.- Confesión

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Ling Wen corrió al palacio del Agua en cuanto escuchó del ataque sufrido por su hija. Shi ZiYuan no había sufrido daño alguno, pero aún así Shi QingXuan y Shen Yang estaban a su lado.

— ¿Estás bien?— preguntó Ling Wen acercándose a la chica.

— Mamá, no pasó nada— dijo Shi ZiYuan con tranquilidad—. Estoy bien.

Solamente estaba intranquila. Shi ZiYuan sabía que, inevitablemente, llegaría el día en que tendría que enfrentarse a muerte con He Xuan, porque él no la dejaría ir tan fácilmente, y ella no sabía qué hacer. Pero el ver a su madre tan intranquila le hizo mantener sus cuestionamientos en silencio para no preocuparla. Así que sonrió levemente y dijo:

— Mamá, no tienes que preocuparte por mí, de verdad. Voy a estar bien.

Cuando finalmente estuvieron solos, Shen Yang se cruzó de brazos mirando a Shi ZiYuan y dijo:

— A tí te preocupa algo.

— ¿Tan evidente es?— preguntó ZiYuan con una leve expresión de decepción.

— No realmente, pero yo te conozco bien. Tal vez hayas podido engañar a tu tío y a tu madre, pero no a mí.

— Dudo que alguno de ellos se haya creído que todo estaría bien.

Shen Yang se echó a reír y se sentó al lado de Shi ZiYuan.

— Bueno, habla conmigo— dijo—. ¿Qué te preocupa?

— El rey demonio Agua Negra es quién me preocupa— dijo Shi ZiYuan—. Mi padre lo ofendió de una forma que le costó la vida, y yo no quiero seguir su camino. No quiero morir, pero tampoco quiero enfrentarme a él.

— ¿Y quién dice que tienes que morir?— inquirió Shen Yang—. Siempre se puede llegar a un acuerdo.

— No en este caso. O al menos, no con este sujeto. Tendré que pelear con él al final, pero…

Shen Yang le tomó la mano con un semblante de duda y Shi ZiYuan lo miró con sorpresa.

— Déjame darte una razón para volver con vida— dijo.

Y sin esperar más, la besó. Fue un gesto tierno y un poco torpe debido a la inexperiencia, pero al poco tiempo el joven fue correspondido por la muchacha, y ambos se separaron luego de un momento. Shi ZiYuan sonrió pensando que su tío tenía razón: a ella le gustaba Shen Yang. Realmente le gustaba su amigo de la infancia, y lo mejor era que sus sentimientos fueron correspondidos.

— Me gustas— dijo Shen Yang con una sonrisa tímida—. Desde que éramos niños, no quise a nadie más que a tí.

Shi ZiYuan sonrió abrazándolo con alegría.

— A mí también me gustas— dijo.

❁❁❁❁❁

Ah, el amor adolescente -sorbito a su té -

La princesa de las aguasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora