Cap. 17.- Tempestad

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Shi ZiYuan se preparaba para su segunda calamidad celestial. Por un lado, entrenaba continuamente el manejo de la espada, afinando sus habilidades de batalla mientras que, por otro lado, practicaba el manejo de su elemento como diosa en el más que probable caso de que fuera a necesitarlo. Con el fin de meditar para calmar sus demonios internos, la chica se recluyó en el interior de su palacio con el fin de cultivar tranquilamente y despejar su mente de cualquier pensamiento.

ZiYuan se olvidó de todo, concentrándose en la energía espiritual que recorría sus meridianos, uniendo su mente con el cielo y la tierra, serenando su espíritu hasta calmarse por completo. Y le iba muy bien hasta que recibió cientos de plegarias en altamar que rompieron con su tranquilidad. La diosa escuchó atentamente cada plegaria y se puso de pie saliendo del palacio, llevando dos de sus dedos a un lado de su cabeza para acceder a su matriz de comunicación espiritual.

"¡Shen Yang! Tenemos una emergencia", llamó saltando fuera de la capital celestial.

"Estoy en la costa", le dijo Shen Yang. "No podemos acercarnos al mar, la lluvia no lo permite"

"Bien. Me haré cargo"

Shi ZiYuan montó su espada y se abrió paso entre la tempestad desplegando su abanico, manejando las olas para que no provocaran un daño mayor. Su equilibrio se tambaleaba debido al embate de la tormenta que la rodeaba pero su esfuerzo no decayó y para evitar precipitarse al vacío bajó la altura a la que se encontraba volando. En ese momento la lluvia bajó su intensidad, permitiendo que las personas de la costa pudieran acercarse para ayudar a los demás mientras la chica seguía manejando las olas.

Y justo cuando el último de los marineros había sido sacado de las aguas, un trueno de calamidad resonó.

La princesa de las aguasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora