Destiny/Omegaverse (YM) Finalizada

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Ajustó la corbata de su traje a la vez que se daba una mirada rápida a si mismo en el espejo, tratando de lucir impecable y con un sentimiento extraño de querer verse especialmente bien. Siempre era cuidadoso con su imagen y aseo, pero por un motivo que desconocía los últimos días este aspecto en él se había intensificado significativamente.

-Necesito un café, no he logrado dormir muy bien estos días.-

Desde hace unos cuantos meses atrás la decisión de unirse por completo a la empresa como uno de los grandes mandos había sido una opción para él, por lo que ni bien terminó de organizar cada pequeño aspecto legal en la empresa que estaba al nombre de su familia, pasando a ser automáticamente suya, decidió que era hora de mudarse y comenzar a ejercer con tranquilidad en Seúl.

En un inicio todo fue complicado para él, fuera de los términos legales habían muchas cosas de las que no quería alejarse, pero a su vez sabía que lo mejor para él era aprender a dejar ir el pasado y obtener mayores oportunidades en Seúl. Después de todo la idea de unir 2 grandes empresas que en su tiempo fueron "competencia" era beneficioso para él.

 No es como si el dinero fuera un problema, en realidad podía decir que tenía tanto que ni siquiera sabía que hacer con el y todo gracias a que desde su infancia su amado padre lo metió en el mundo de la arquitectura y de la administración de negocios, sumando su educación universitaria, donde se graduó con honores lo ayudaron a escalar hasta donde estaba ahora, sin embargo consideraba que nunca era malo ansiar a algo más.  Así que después de unos cuantos días de búsqueda encontró esos apartamentos que estaban relativamente cerca de la empresa, los cuales no eran muy costosos, pero si muy elegantes y decidió que era el lugar adecuado para él, pero también un poco solitario. En el apartamento habían en total 2 habitaciones espaciosas, en general estaban diseñados para parejas o familias pequeñas, así que podía resultar algo grande para él, aunque no se quejaba demasiado, estaba más que acostumbrado a estar solo, después de todo se había "independizado" desde los 16 años.

Finalmente se alejó del espejo y tomó sus cosas, dispuesto a ir a un largo día de trabajo que sabía que sería difícil de sobre llevar. No es que no apreciara hacer su trabajo, al contrario, era algo que amaba, el problema estaba en que no sabía que sucedía con el resto de altos mandos en ese lugar, pero debía admitir que ninguno era de su agrado. Todos ellos solían hablar un sin fin de tonterías que en más de una ocasión habían llegado a molestarlo hasta casi hacerlo perder la paciencia, así que terminó por almorzar y prácticamente no salir de su oficina con tal de no tener que convivir con esos idiotas más de lo necesario.

-Todos esos viejos son unos buenos para nada, no sé como lograron llegar a sus puestos.-

Murmuro con algo de molestia al recordar como aprobaban proyectos que desde su punto de vista eran patéticos y un completo sin sentido por lo poco funcionales y seguros que eran, pero al mismo tiempo eran capaces de rechazar otros proyectos con un gran potencial solo porque les apetecía jugar.

"El de Jimin realmente era una idea increíble. Tenía algunos errores, pero eran fáciles de corregir."

Dejó salir un suspiró con resignación, no estaba seguro del todo que existiera otra oportunidad como esa.  Era claro que tenía una enorme influencia en la empresa, después de todo era gracias a él que habían logrado estabilizarse después de rozar peligrosamente números rojos en la administración de dinero, sin embargo era consciente de que muchas decisiones debían tomarse como grupo y eso se salía de sus manos o al menos por el momento, porque ya estaba planeando como cambiar ese detalle.

Abrió la puerta, dispuesto a ir por su auto y comenzar ese día en el que preferiría seguir durmiendo justo cuando escuchó una voz conocida a la distancia. Asomó ligeramente la cabeza sin terminar de abrir la puerta por completo, sintiendo que era un completo metiche por eso, pero fue algo que hizo casi de forma inconsciente, ni siquiera lo había pensado 2 veces antes de darse cuenta de que estaba algo así como espiando a su vecino.