Destiny/Omegaverse (YM) Finalizada

Especial.

Colocó la última vela en el pastel que había estado preparando desde muy temprano en la mañana y sonrió satisfecho al ver el resultado. No era la gran cosa, era muy consiente de ello, pero Jungwon adoraba el pastel de chocolate que hacía y ahora que estaba cumpliendo 6 años por supuesto no le negaría el capricho, mucho menos si lo primero que había echo Jungwon al despertar era correr por toda la casa emocionado al sentir el olor del postre, aclamando que quería probar el pastel. Había sido una pequeña lucha tranquilizarlo y darle una ducha, era un niño muy energético, misma razón por la que iba a taekwondo desde hace algunos meses, un deporte que le gustaba mucho. 

Le dio un vistazo al salón principal, encontrando a Jungwon y a Yoongi juntos, siendo el alfa quien cargaba al más pequeño como si volara, llevándolo consigo por todo el lugar. Sonrió con ternura ante la imagen, tanto que decidió apoyarse en la isla de la cocina solo para mirarlos jugar y de paso, tomar algunos videos que irían a su álbum de recuerdos. Momentos así eran ocurrentes, sin importar el cansancio siempre trataban de prestarles toda la atención necesaria a ambos hijos, sea en los estudios, en juegos o solo hablar.

Tras unos pocos segundos su esposo notó que estaban siendo observados, lo que hizo que desviara la dirección en la que iba hasta la cocina, todavía con Jungwon en brazos. Solo bastó con que ambos entraran para que el niño se removiera inquieto, admirando el pastel sobre la mesa, el cual se encargó de alejar un poco para que no lograra alcanzarlo. Cumplía con sus caprichos, sí, pero también era un padre responsable que primero lo haría comer algo antes de darle azúcar o del caso contrario Jungwon no se molestaría en almorzar.

-¡Papi!-

-No hay quejas, tendrás la rebanada más grande de todas después de almorzar.-

Pellizcó suavemente la mejilla del menor, quien hizo un puchero y buscó a Yoongi con la mirada, suplicando que lo ayudara a obtener al menos una pequeña probada del lustre, sin embargo el alfa negó suavemente muy a su pesar. No se había equivocado en el pasado con que Yoongi realmente era un hombre débil ante los pucheros o suplicas, había sido un poco complicado que aprendiera a decir que no tanto a Jungkook como a Jungwon, quienes en algún punto habían intentado tomar ventaja de esa debilidad.

-Papi ya dijo que no pequeñín, sabes que el dulce solo viene hasta después de comer.-

-Está bien, esperaré al almuerzo.-

Jungwon desistió de convencerlos al ver que no iba a lograrlo ni siquiera por parte de Yoongi, así que extendió sus brazos hacia él, queriendo que lo alzara también. No lo dudo ni un instante y lo agarró entre sus brazos, donde una vez lo acomodó para que no pudiera caerse empezó a hacerle cosquillas al niño, sacando enormes carcajadas de él y dejando ver esos adorables hoyuelos en sus mejillas. Jungwon era bastante expresivo, no se guardaba nada de lo que pasaba por su cabeza y aunque era un buen niño, también era muy travieso e hiperactivo. De alguna forma era el niño que le hacía estar seguro de que con 2 hijos estaba perfectamente bien.

-¡No, lo siento, lo siento, me rindo!-

Jungwon se dejó caer sobre su hombro, todavía riendo y decidió dejarlo en paz para que pudiera respirar. Además, necesitaba un pequeño favor del niño, uno del que estaba seguro no se negaría.

-Ya que mi pequeño cumpleañero decidió ser obediente, tengo una misión muy importante para ti.-

-¿Una misión?-

Los ojos de Jungwon brillaron con emoción y a su vez algo de travesura. Su segundo hijo era un completo torbellino, si lo perdía de vista probablemente algo saldría mal, todo era gracias a su enorme curiosidad. 

-¿Qué te parece si vas y te robas a Taehyung? Jungkook y él no han salido de su habitación desde que llegaron y necesito la ayuda de tu hermano.-

Susurró todo como si fuera un enorme secreto, algo que nadie debía saber a parte de ellos aún si Yoongi estaba escuchando todo con una sonrisa divertida. Gracias a su actuación Jungwon pareció tomarse en serio su misión, por lo que asintió emocionado y a su vez se puso completamente recto, como si fuera un pequeño soldado.