Destiny/Omegaverse (YM) Finalizada

25

-¡Papá!-

Tocó la puerta con insistencia, sintiendo como su corazón latía descontroladamente dentro de su pecho. Desde hace algunos minutos Yunho se había encerrado en una habitación junto a su papá y lo único que podía escuchar desde ese instante eran los gritos desagradables y groseros  de Yunho, como también los de su de su propio padre, rogando una y otra vez que se detuviera. No entendía bien qué es lo que sucedía, ni siquiera comprendía el por qué Yunho era tan malo con ellos. 

Constantemente se preguntaba si acaso todo eso era su culpa. Pensaba en que había alguna probabilidad de que si él no hubiera nacido las cosas serían diferentes o si en todo caso se hubiera presentado como un omega y no como un alfa no sería todo tan malo, pero no tenía respuesta, su papá no hablaba sobre ello con él, siempre lo evitaba y solo fingía que todo estaba bien.

Otro grito que reconoció como el de Jeonwoong resonó tan fuerte por toda la casa que su piel se puso de gallina, esto acompañado de sonidos que pudo distinguir como golpes. Sabía que ese hombre estaba lastimando a su papá de nuevo y eso era lo que más lo aterraba. No quería eso, necesitaba hacer algo para que su papá estuviera bien, pero nadie los ayudaba nunca, todos les daban la espalda una y otra vez, por lo que su única opción para ayudar a su papá era rogarle a Yunho que lo dejara en paz. A veces deseaba ser mayor, pensaba que tal vez así podría hacer algo, pero ahora solo era un niño, tenía 10 años y era tan débil que incluso Yunho se cuestionaba si de verdad era un alfa.

-¡Deja a papá en paz! ¡Vete, desaparece de casa y jamás vuelvas! ¡Te odio, te odio tanto!-

Gritó con toda su fuerza, llorando desconsoladamente contra la puerta cerrada, escuchando como Yunho le gritaba de vuelta, jurando que él sería el siguiente si no se callaba y detrás de él podía escuchar la voz ahogada de su papá, llorando.

-¡Golpéame a mi, pero deja a papá en paz! ¡Por favor no le hagas más daño!-

Frunció el ceño cuando empezó a sentir un pequeño dolor en sus manos, esto debido a que no había dejado de golpear la puerta en todo ese tiempo, pero aún cuando vio sus manos colorearse de rojo se negó a detenerse. Estaba asustado, sabía que Yunho también lo iba a golpear si no era un niño obediente, pero aún si era consiente de lo mucho que iba a doler, si eso significaba que ese hombre malo dejaría a su papá en paz, entonces estaba bien con ello. Podía soportar el dolor como su papá, solo no debía llorar para que Yunho no le pegara tan fuerte.

Sorpresivamente la puerta se abrió de golpe y su cuerpo se fue hacia adelante, cayendo de rodillas al suelo. No duró mucho en ese lugar porque Yunho lo tomó de la camiseta y lo levantó en el aire. Miró asustado a quien se suponía que era su padre, pero no lo veía como tal. Min Yunho era alguien malo, lo odiaba y no lo quería cerca, no era para nada como su papá, quien sin importar que tan mala fuera la situación lo hacía sentir seguro y amado.

-Mocoso infeliz, deberías agradecer que te estoy enseñando a ser un buen alfa, pero en cambio te comportas como un asqueroso omega.-

El hombre prácticamente gruñó contra su rostro, logrando que las lágrimas continuaran cayendo de sus ojos, aterrado. Quería irse de ahí, solo quería ir con su papá y huir lejos donde ambos pudieran ser felices.

-¡Yunho, no le digas eso!-

-¡Tú cállate, no eres nadie para ordenarme nada!-

Gimió bajito cuando sintió el agarre en su camiseta apretarse, era inevitable que la tela no rozara la piel de su cuello, lo que empezaba a lastimarlo. Miró a su papá con los ojos cargados en lágrimas, pero ni siquiera era por su propio dolor, sino era por ver la desesperación en el rostro de Jeonwoong, al igual que sin fin de heridas viejas y nuevas en su cuerpo. Odiaba eso, odiaba ver nuevos moretones o nuevos cortes que no iban a sanar en semanas porque eran abiertos una y otra vez por Yunho. Ni siquiera sus ojos eran los de siempre, estaban tan inflamados por los golpes que poco a poco se estaba volviendo irreconocible para él.