2/3 Maratón.
Narrador omnisciente.
—¿Seguro que es aquí dentro? —habló la pelinegra, mirando desconfiada a Brenda.
—Si. Esto está infectado de raros, han ido aquí seguro. —contestó Jorge, quien seguía conduciendo por dentro de aquel túnel.
—Lo voy a matar. —masculló de nuevo Connor, mirando todo el lugar.
Sartén miró con los ojos abiertos a aquel raro y se acercó de nuevo a la furgoneta. Thomas lo apuntó con la linterna, mientras retrocedía dos pasos.
—Eh, Sar tenemos que irnos. —habló él, mientras el nombrado seguía buscando dentro del vehículo.
—¡Tenemos que irnos, ya! —Dylan alzó la voz, alejándose un poco.
El raro avanzó hacia ellos.
—¡Sartén, vamos! —Newt lo miró desesperado.
—¡Un segundo! —gritó de vuelta, rebuscando entre las cosas.
El infectado siguió avanzando con rapidez, mientras Newt ponía una mano en el pecho de Dylan, alejándolo un poco.
Thomas miró desesperado al moreno.
—¡Sar! —gritó, y el nombrado agarró el arma con rapidez.
Justo disparó al raro antes de que lo atacase. Todos suspiraron aliviados y miraron a Sartén.
—Buen tiro, tío. —habló de nuevo el pelinegro, y Sartén lo miró.
—Gracias.
Más raros aparecieron delante de ellos. Se tiraron hacia atrás de inmediato.
—Vale. Tenemos que irnos, tenemos que irnos ya. —habló Newt, alejando a Dylan.
Empezaron a andar hacia atrás, y cuando se giraron, Sartén empezó a disparar a aquellos raros.
—¡Sartén, vamos! —Dylan gritó, esperando al moreno.
Este disparó a dos más y se giró para correr junto a los demás.
No duraron ni diez segundos corriendo cuando Thomas paró a Newt, este paró a Dylan y este paró a Sartén de golpe.
Miraron como otro grupo de raros se acercaba a gran velocidad.
El moreno empezó a dispararlos, mientras también se giraba a disparar a los de atrás.
—¿Puedes con ellos, Sar? —preguntó el pelinegro, mirando al nombrado.
—¡Si! —contestó, mientras seguía disparando.
—¡Detrás! —apuntó el pequeño, protegiéndose algo de Newt.
Unos pocos segundos después, el arma se quedó sin balas.
—¡Sin balas! —informó, y segundos después tiró el arma al suelo.
Los tres mayores se encogieron donde estaban, poniendo a Dylan entre ellos. Este no rechistó ante la protección y miró como los raros los rodeaban poco a poco.
—Yo ya lo avisé. —la voz de Newt se hizo presente, mirando a Thomas.
—¿Crees que ahora es el momento de hablar de eso? —contestó él, mirándolo incrédulo.
—Siempre es el momento de hablar de eso si es para decirte que te has equivocado. —respondió el rubio—. "Solo es uno, Sartén, pasa por su lado, está bien". —imitó la voz del pelinegro.
—¿Quieres discutir ahora? ¿Enserio? —Thomas se acercó, mirándolo algo molesto—. Porque tú también tienes lo tuyo.
—¿Qué? ¿Que me hago daño a mi mismo? —alzó una ceja—. Eso es lo menos que me preocupa, créeme. No sabes como soy ni lo que he vivido, así que no vengas a echarme la bronca porque me corté en los brazos.
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3. Una niña en la cuidad
De TodoThomas, Newt y los demás buscan la manera de rescatar a sus amigos de CRUEL. Pero claro, el camino no es plano, se van a encontrar baches, piedras, incluso de cranks y de más para llegar hasta lo que quieren. ¿Lo conseguirán? ¿Destruirán CRUEL? ¿Sal...