Capítulo 7

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Narrador omnisciente.

Los minutos en aquellas dos furgonetas fueron súper incómodos. Thomas miraba a aquel chico fijamente, con las manos en las rodillas. Éste solo se limitaba a reír junto a uno de sus amigos.

Newt y el pelinegro compartieron una mirada, sin entender nada de lo que hacían. Connor suspiró aburrido, mirando hacia la nada misma.

Minutos después de eso, ambas furgonetas pararon de golpe. Todos se miraron entre ellos, hasta que el chico rió y golpeó la puerta para que las abrieran.

—¡Venga! —uno de los de fuera abrió las puertas de la furgoneta.

Agarraron a Thomas del brazo y lo sacaron con brusquedad, casi tirándole al suelo. Uno de los chicos abrió la otra furgoneta, y al ver a _______ la agarraron del brazo para sacarla al igual que los demás.

—¡No la trates así, Adrián! —le gritó el chico, caminando hacia el nombrado para quitarle el agarre en el brazo de la pelinegra—. ¿Qué habíamos dicho, tío? —le susurró para que ninguno más lo escuchase.

—¡No me toques! —Newt se alejó de un hombre que quería agarrarlo, mientras caminaba hacia Thomas y los demás que habían salido—. Que manía con agarrar a la gente.

Jorge golpeó a uno de los chicos al no ver a Brenda. Empezó a gritarle y a golpearle en el suelo. Thomas y Sartén corrieron hacia el para que lo soltara, mientras Brenda le gritaba al moreno que estaba ahí y que estaba bien.

—¡Tranquilos! ¡Estamos todos del mismo lado! —les gritó el chico, mirando a los demás.

—¡¿De nuestro lado?! ¡¿Quién coño eres tú?! —Thomas se alteró, mirando al chico de la máscara.

Todos se pusieron frente a él, mientras su amigo se colocaba a su derecha. El chico miró a este, para luego asentir con la cabeza.

Los demás dirigieron su mirada hacia el otro chico. Pocos segundos después, este se quitó la máscara de oxígeno. Todos menos Jorge, Connor y Brenda se quedaron sin saber que decir, con la boca bien abierta.

—¿Adrián? —Sartén frunció el ceño, mirándolo incrédulo. Este solo ladeó la cabeza, soltando una pequeña risa—. Pensábamos que...

—¿Que estaba muerto? Ya. —rió ahora más fuerte, pero luego miró al chico que permanecía frente a los demás.

Los demás miraron confusos hacia este. El chico suspiró y se quitó lentamente la máscara. La dejó caer al suelo y giró su rostro para mirarlos a todos.

Su vista cayó sobre Dylan, quien parecía no creerse lo que estaba viendo en ese momento. Connor llevó su vista también al castaño, ahora frunciendo el ceño al ver su expresión.

—Hola, Dylan. —pronunció Gally, mirando aún al nombrado.

Éste solo negó levemente con la cabeza. Su rostro era de pánico puro. Su corazón se había acelerado y le temblaba todo el cuerpo.

—¿Dyl? —Connor susurró, apoyando una mano en su hombro. El castaño se alejó de él en un movimiento muy brusco—. Hey, cariño —Gally frunció el ceño ante esa palabra, pero por lo que estaba pasando decidió no hablar ahora.

—No. —se alejó otra vez del pelirrojo.

—Dylan... —Sartén también se intentó acercar, pero se apartó.

—¡No! —gritó, empujó con fuerza a Connor para alejarlo y corrió lejos de allí, sin saber a donde iba.

—¡Dylan! —Connor corrió detrás de él, ignorando los llamados de los demás.

3. Una niña en la cuidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora