Capítulo 12

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Narrador omnisciente.

Newt y Minho siguieron gritando, y lo último que se escuchó antes de que cayeran al agua fue el "¡Joder!" de Thomas y el "¡Tommy te voy a matar!" de Newt. Theo ahogó una risa y los cuatro cayeron al agua.

Janson frunció el ceño al no encontrarlos en el agua. Pero como siempre, Thomas fue el primero en salir a la superficie, respirando con dificultad.

Minho y Newt le siguieron después, expulsando todo el agua que habían mantenido en la boca. Theo se apartó el cabello de la cara nada más salir a la superficie, y los cuatro miraron al hombre que permanecía en la ventana.

Lo primero que Thomas hizo antes de salir fue sacarle el dedo, haciendo que Janson negara con la cabeza, aumentando sus ganas de querer verlo muerto.

Minho y Theo salieron del estanque. El asiático frunció el ceño al observar como a Newt le costaba salir de éste. Thomas lo observó y rápidamente se acercó a ayudarlo. Newt forzó una pequeña sonrisa de agradecimiento y Thomas tocó su hombro, correspondiendo la sonrisa.

—¡Quietos ahí! —cinco guardias los apuntaron de inmediato.

Thomas suspiró y murmuró un "No me fastidies". Llevó su mano a su cintura, tocando con cuidado el arma, pero uno de los hombres se dió cuenta y lo apuntó directamente a él.

—Ni lo intentes, chaval —casi rió al decir aquellas palabras—. Las manos en alto, los cuatro.

Inmediatamente levantaron las manos con plena lentitud, pero dos de aquellos hombres empezaron a disparar a los tres guardias restantes. Thomas frunció el ceño, mientras Minho, Theo y Newt abrían la boca sorprendidos.

Los dos chicos se acercaron, y por instinto, los cuatro retrocedieron. Una risa por parte de uno de ellos los desconcertó.

Ambos se quitaron la máscara, y se relajaron al ver a Marcus y a Gally.

—Estáis locos, enserio —rió Marcus, refiriéndose a la caída que habían tenido al estanque.

—¡¿Gally?! —Minho abrió los ojos como platos, sin creerse lo que veía.

—Minho. —lo saludó, y miró hacia la ventana por la que habían saltado— Me alegra veros aún con vida, chicos.

Marcus y él comenzaron a caminar. Theo miró a Minho al igual que Thomas, quien entendió el porque estaba así.

—Si, lo sé. Ya te lo explicaremos. —habló, y caminó hacia los demás, dejando a Minho algo confundido.

—Señor, tenemos a todas las unidades detrás del autobús, lo pillaremos —avisó uno de los hombres que iban a lado de Janson.

Este paró en seco, frunció el ceño y miró al hombre confundido.

—¿Qué autobús? —preguntó, a lo que él hombre abrió la boca sorprendido.

Brenda siguió conduciendo, pisando el acelerador todo lo que podía.

—¡Conduces peor que Sonya! —gritó Dylan, mientras trataba de no caerse del asiento—. ¡Da gracias que tengo fuerza para aguantarme!

Connor rodó los ojos, ya que era él quien lo aguantaba. Lo soltó y sonrió cuando Dylan cayó al suelo, haciendo que varios de los niños rieran por aquello.

—¿Qué decías? —Connor alzó una ceja, mirando como el castaño permanecía aún en el suelo.

—¿Me vas a ayudar antes de que me golpee con algo o después cuando esté inconsciente? —Dylan preguntó, alzando ambas cejas, estirando sus manos.

3. Una niña en la cuidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora