24 Siestas

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Loki viajaba en un viejo tren hacia su antiguo hogar, parecía un chiste él que hasta el día anterior había estado moviéndose por la gran ciudad en su auto ahora lo hacía  en ese viejo tren que parecía que de un momento a otro se iba a descarrilar, habían sido doce años los que se había ausentado de la tierra que lo vio nacer para mudarse a la gran ciudad donde continuaría sus sueños de ser abogado, y lo había logrado, ahora estaba muy bien posicionado en un buen bufete de abogados, el jamás había pensado en regresar, sus padres lo visitaban periódicamente pero el aniversario de sus padres estaba cerca y querían celebrarlo junto a sus hijos, así que no tuvo otro remedio más que regresar por algunas semanas.

Las casas se fueron haciendo cada vez más escasas, el paisaje se fue tornando cada vez más rocoso, Loki sabía que era un viaje de  dieciséis horas, y otra más para llegar a su casa, así que se relajo, puso su computadora portátil en su regazo y se dispuso a mirar una película, sabía que la pila no le alcanzaría hasta llegar a su destino pero había llevado un par de libros que quería terminar de leer, que le harían que su viaje no fuera tan tedioso.

Seis horas después y tres películas después la alarma de batería baja le estaba indicando a Loki que era tiempo de dejar por la paz su computadora, resignado la guardo y sacó uno de los libros que traía, pero al sacarlo notó que había uno que no le pertenecía, miro extrañado dentro de su bolso de mano y lo saco, había una notita pegada en él ¿aburrido?, ya falta menos para llegar, te recomiendo leer este libro, no es de los que acostumbras es uno que te hará volar la imaginación, cuídate mucho, te quiere...Sylvie.

Loki leyó el resumen en la contraportada, una historia típica de romance, claro que ese no era su estilo de novelas, pero si Sylvie se había tomado el tiempo de ponerlo en su bolso valía la pena leerlo.

Al final resulta que la pareja por más que se amara no se habían quedado juntos, que estupidez pensó Loki, si uno realmente ama a alguien no tendrían porque vivir una vida separada, en fin ya le había dado sueño, saco su collarín para dormir y se dispuso a hacerlo.

Muchas horas después el olor a pino flotaba en el aire indicando que solo faltaban  unas pocas  horas para llegar a su hogar, cerró los ojos nuevamente y como no lo hacía ya hacía mucho tiempo unos ojos azules volvieron a su mente.

¿Que habrá sido de Thor?, pensó Loki, seguramente ya no se acordaba de él, fue solo un amor de verano antes de que él se fuera de casa de sus padres, justo tres semanas antes de partir, Thor, el hijo de la cocinera de la hacienda de sus padres, con quién había crecido había decidido confesarle su más ferviente amor, por supuesto que él lo había aceptado, había estado enamorado de Thor desde que supo lo que era ese sentimiento, se divirtieron como locos esas tres semanas antes de su partida, ambos se habían entregado el uno al otro como jamás lo habían hecho pero después fue la inevitable despedida, Thor habia sido el encargado de llevarlo junto a sus padres y sus hermanos a la estación, ahí Loki se había despedido de ellos con abrazos y besos, no sería raro que le diera un abrazo a Thor antes de irse, después de todo habían crecido juntos pero ninguno de los dos se animo a hacerlo, tal vez se habían cohibido por la presencia de Farbauti y Laufey, solo l
se habían dado la mano y habían dicho adiós.

Loki se despertó por el sonido de la campanilla del tren indicándoles que una parada estaba cerca, se estiro como un gato en una pequeña caja, había dormido bastante, acomodo su equipaje, guardo todo lo que había sacado durante se largo viaje y espero a que el tren hiciera su parada.

En cuanto el pelinegro puso un pie en la estación del tren observo que a pesar del tiempo  nada había cambiado, las mismas casas blancas al rededor, los mismos vendedores ofreciendo sus productos a los viajeros, inclusive quien vendía los boletos era el mismo hombre, solo que ahora sus sienes estaban teñidas de blanco.

Flufftober2022 THORKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora