Destinados.

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- No sabe cuanto lamento lo ocurrido.- A pesar de mantener una expresión estoica, el emperador demostraba preocupación.- Malinterprete la situación y debido a eso puse en peligro la vida de su hijo.

- No tiene que disculparse Emperador.- El Emperador de Liang palmeo suavemente la espalda del más joven.- Todo fue debido a una confusión.

- Lastimé de gravedad a su hijo cuando él sólo intentó protegerme del soldado que me iba a atacar.

- Estoy seguro que mi Zhan lo entenderá.- Sonrió con suavidad.- El más que nadie sabe que personas como usted y como yo siempre debemos estar alerta y con la guardia en alto. ¿Que más ejemplo que el incidente que acaba de ocurrir? Mi propio hijo, mi propia sangre trató de derribarme para tomar el poder.

- No debería de inmiscuirme en los asuntos familiares pero...- Hizo una pausa.

- ¿Quiere saber que medidas tomaré con mi hijo?.- Sonrió al ver al más joven asentir.- Lo único que se puede hacer con cualquiera que se atreva a traicionar al Emperador.

- ¿Lo va a ejecutar?

- Si lo dejo vivo, de alguna manera encontrará la forma de volver a salirse con la suya. Si lo ejecuto...- Hizo una pausa y sonrió con tristeza.- No sólo será un castigo para el traidor, sino una advertencia para aquellos que alberguen el deseo de insurrección.

- Entiendo.- Asintió.

- Es mi hijo y claro que me duele.- Dirigió su mirada hacia el frente y suspiró.- Pero cuando un hijo es capaz de desenvainar su espada y apuntarla hacia el cuello de su padre...eso es aún más doloroso.- Volvió a sonreír.- A todos mis hijos...los amé y les di lo que merecían. Son míos, mi sangre, mis niños y siempre quisiera que fueran felices ¿Cree usted que para mí es fácil tomar esta decisión?

- No lo es y lo entiendo.- Dirigió su mirada hacia el frente.- A mí también me ha tocado derramar mi propia sangre solo para preservar mi seguridad y el bienestar de mi pueblo.

- Su hermano mayor.- Asintió.- Lo recuerdo.

Wang Yibo no podía culpar al Emperador de Liang, no podía señalarlo como alguien inhumano por derramar su propia sangre pues él más que nadie entendía aquello.

Tristemente la vida lo había empujado en más de una ocasión a realizar aquel acto. Desde su ascenso al trono siempre se preocupó porque sus hermanos mayores tuvieran una buena vida y también obtuvieran el mérito merecido.

Era lo menos que podía hacer por ellos ya que siempre sintió que de alguna manera les había arrebatado de forma injusta la oportunidad de sentarse en el trono. Quiso ser un gran hermano, así como un gran emperador pero pronto aprendió que no siempre la palabra familia estaba vinculada con el amor, la fidelidad y comprensión.

Comprendió...que el árbol genealógico, algunas veces también se debe podar.

- Majestad.- En ese momento Yibo se sentía curioso.- ¿No se supone que debería de estar preocupado por su hijo? ¿Por qué luce tan calmado?

- Mi hijo es fuerte.- Sonrió.- ¿Sabe usted sobre el rumor del oráculo?

- Lo llegué a escuchar.- Asintió.- Un omega tan fuerte como un alfa, de gran presencia, fortaleza extrema, ferocidad y belleza única...Nacería bajo la quinta luna del décimo mes. Un omega único, el primer omega dominante.

- ¿Así que sabe sobre esa profecía?.- Sonrió sorprendido.

- ¿Quién no sabría sobre ella?.- Sonrió.- Es una leyenda que resuena por todo el mundo.

Yizhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora