El reino de Yang de nuevo se encontraba en regocijo. Sus calles de nuevo se vestían de galas con enormes banderas, largos lazos multicolores y una gran cantidad de pétalos de rosas.
Aquel día los habitantes no sólo festejaban la victoria sino el regreso de sus monarcas. Las personas bailaban, reían y disfrutaban, estaban a salvo gracias a la valentía de los héroes que habían marchado al frente.
Por todo el imperio se escuchaban grandes alabanza hacía el emperador, el gran sol de Yang y hacía su rey consorte, nombrado como la gran luna.
Aquel rey consorte que un día apareció en el reino de Yang para reclamar un lugar junto al emperador, ahora era mucho más amado y exaltado, tanto por su valentía como por su fuerza.
Mientras que en el pueblo las celebraciones continuaban, en el palacio también se vivía un momento de alegría al recibir a sus miembros más importantes de regreso.
En un salón se encontraban solamente la emperatriz madre y la gran emperatriz de Yang, acompañadas de los dos pequeños príncipes. Querían ser las primeras en recibir a sus héroes quienes regresaban no sólo victoriosos sino sanos y savlos.
- Madre.- Yibo envolvió a su madre en sus brazos.
- Mi querido hijo.- Sonrió conteniendo sus lágrimas.- Bienvenido mi cachorro.
- Mi emperatriz.- Estiró su brazo invitando a la emperatriz a unirse al abrazo.
- Bienvenido mi emperador.- Lo abrazó.- Estoy agradecida con los cielos por su regreso.
- Y yo estoy muy feliz por volver a verlas.
- Presento mis saludos a la madre y a la emperatriz.- Zhan hizo una reverencia.
- Junto a la madre oré cada día por su regreso.- Lian Hua caminó hasta Zhan para luego envolverlo con sus brazos.- Gracias por regresar sanos y salvos.
- Gracias por sus oraciones.- Respondió el abrazo con una sonrisa.- Y gracias por cuidar de mi príncipe.
- Recuerda que también es mío.- Sonrió.- Ve y abrazalo, te ha extrañado mucho.
Zhan se alejó con rapidez cortando el abrazo de la emperatriz. Desde que la victoria fue proclamada, sola una cosa tenía en mente y era regresar junto a su pequeño príncipe.
Se había cumplido más de dos mese de su partida y aunque sabía que lo había dejado en buenas manos no dejaba de pensar en él. El pequeño ShiZi era la luz de su vida.
Al ver la emoción con la que el pequeño de pelo negro abría sus brazos y le sonreía mientras chillaba, Zhan no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas.
Con emoción y felicidad tomó al pequeño en sus brazos y lo abrazó fuertemente mientras dejaba una gran cantidad de besos en su rostro. Solo se había marchado por 2 mese pero aquel pequeño parecía que había crecido mucho más de la cuenta, para Zhan su bebé lucia mucho más hermoso de cómo lo había dejado.
- ¿Mi peonia no va a saludar a papá?.- Bajó la cabeza para observar a su primogenito que parecía esconderse detrás de su madre.
- ¡Padre!.- Corrió y se aferró a la cintura de su padre mientras lloraba.- Te extrañé padre.
- Yo también te extrañé.- Lo tomó en brazos.- Extrañé a mis príncipes.- Miró a su alrededor.- Y hablando de príncipes...¿Dónde está Li'An? ¿Por qué no está aquí?
- Mi emperador.- Lian Hua bajó la mirada.- De hecho, ese es el motivo porque decidimos recibirlos aquí a solas.
- ¿Le ocurrió algo a mi hermano?
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Yizhan.
Romance- Para tí ¿Que es Yizhan? - Un nombre. - ¿Y si te dijera que más que un nombre, son dos, que incluso existe una increíble historia detrás de ellos y un gran significado? ¿Me creerías? - ¿Dos nombres? - Así es, dos nombres que se fusionaron para conv...