Yizhan.

Sol y Luna.

- ¡La emperatriz ha llegado!.

- Saludo respetuosamente a su Majestad la emperatriz.- Zhan hizo una reverencia.

- Quise venir a verlos.- Le sonrió.- Espero no estar interrumpiendo.

- Para nada.- Negó.- Es un placer el siempre tenerla de visita.- La invitó a seguir.

- ¿Y los príncipes?

- Están dentro.- Se giró hacía una joven doncella.- Por favor, trae a los príncipes para que saluden a su madre real.

- Últimamente has estado muy ocupado con el cuerpo militar.- Tomó asiento.- Se que quieres desempeñar un buen papel pero necesitas también descansar y entregarle un poco de tiempo a tus bebés. ShiZi y Xiao Bao son muy pequeños aún y necesitan a su madre.

- Lo sé.- Sonrió.- En estos días me he encargado de varias cosas para tener más tiempo con mis príncipes.- Tomó la mano de la emperatriz.- Gracias por siempre cuidar de ellos.

- También son mis hijos.- Palmeo la mano del omega.- Cuando estoy con ellos me siento muy bien, incluso llego a recordar cuando mi pequeña peonia estaba pequeño.

- Debe extrañarlo mucho.

- Lo hago.- Asintió.- Pero esto es algo necesario para que mi hijo se convierta en un sujeto leal y capaz para el imperio.

- Supe que en el último viaje que hicieron para ir a verlo el príncipe y su majestad tuvieron un desacuerdo.

- Así es.- Suspiró.- El príncipe está creciendo y con ello crece la rebeldía.- Sonrió.- Por suerte todo fue pasajero, en poco tiempo padre e hijo estuvieron cabalgando y cazando juntos.

- Ambos tienen el mismo temperamento, por esa razón siempre estarán en desacuerdo.

- Yo también lo creo.

- Majestad.- Dos jóvenes doncellas se acercaban.

- Y aquí vienen nuestros príncipes.- Expresó la emperatriz con alegría.

En brazos de las dos jóvenes doncellas, dos hermosos pequeños se acercaban. ShiZi quién ahora tenía un año de edad y el pequeño Bao de apenas escasos meses de nacido.

El pequeño Bao cuyo nombre significaba Pantera, era un bebé regordete de pelo castaño, grandes ojos y mejillas rojizas. Era la viva imagen de su padre alfa y el más consentido de todos.

Siendo aún muy pequeños, los príncipes no se habían manifestado con su segundo género. Todos esperaban que siendo los hijos de alfa y omega ambos dominantes, estos sin duda alguna se manifestarian como dos alfas, por su parte, sus padres sólo se enfocaban en que sus príncipes crecieran fuertes y sanos.

ShiZi quién parecía ser el retrato exacto de su padre omega y Bao quién era la copia exacta de su padre alfa se habían convertido en el centro del universo de sus padres.

Mientras sus hijos iban creciendo, Zhan se dedicó en cuerpo y alma al imperio, demostrando la lealtad que una vez prometió. Mientras que la emperatriz Lian Hua era conocida como el Fénix real, Zhan fue nombrado como la luna de Yang, en reconocimiento por su valentía y exaltandolo como la pareja de su gran emperador, el sol de Yang.

En cuanto a su relación, esta con el paso del tiempo en lugar de debilitarse, se fortalecía mucho más. Cada día ambos reafirmaban el amor que sentían el uno al otro y no dejaban de profesarse amor por medio a aquella frase la cual hicieron suya.

"Bó jūn yī xiào"

En el cielo siempre el sol siempre intenta encontrarse con la luna pero esta termina por esconderse o viceversa. Mientras que en el reino de Yang un brillante sol y una hermosa luna se reúnen cada día para amarse.