Resentimiento.

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- ¿Acaso su rey no les había dado una orden?.- Los sirvientes temblaban ante la mirada del alfa Persa.

- Si...pero el príncipe Mu Da insistió en llevarse a los príncipes.- La asustadiza doncella se encontraba cabizbaja.

- ¿Desde cuando en este palacio se siguen las órdenes de alguien más? Este es el palacio del rey Consorte, no del príncipe Mu Da.

- General, el príncipe Mu Da es el primogénito del emperador y es el príncipe heredero.

- Y su amo es el rey consorte de Yang y la persona más amada del emperador. Incluso por encima de sus hijos. Así que respondan la pregunta. ¿Por qué siguieron las órdenes de alguien más?

- Nos vimos en una situación difícil Alteza.- Uno de los sirvientes dio un paso al frente.- Por favor perdondenos. Solo somos simples sirvientes, no podemos ir contra la autoridad máxima.

- No me llames Alteza.- Gruñó.- Ya lo he dicho varias veces.- Suspiró.- Bien, no los voy a castigar pero de alguna manera tienen que pagar por desobedecer a su amo. Tendrán restringidas las visitas a sus familiares durante 3 meses.

- ¡Alteza!...- El sirviente se agitó ante la mirada del alfa.- Lo siento...general. ¿3 meses?

- Y considero que es un castigo muy suave.

- No hicimos nada.

- Dejaron que un forastero le pasara por encima a las reglas de este palacio.

- ¿Acaso llamó forastero al príncipe heredero?.- Una doncella le susurró a la otra.

- Sea el príncipe heredero o incluso el mismo emperador...todo aquel que no sea el Rey consorte o no pertenezca a este palacio, es un forastero. Cada palacio tiene un amo y el de este es el rey de Yang.

- Lamentamos nuestro error.- Los sirvientes hicieron una reverencia.

- Las únicas personas que pueden estar cerca de nuestro rey deben ser aquellas que son totalmente fieles y leales a él...solo a él. ¿Saben lo que quiero decir? Sin importar quién sea o lo que sea que se les ordene. Si esto va en contra de las órdenes del rey, no deben ser obedecidas, no importa si su vida se ve puesta en peligro. Se compensa la lealtad, se castiga la insurgencia, la traición y yo siempre me encargo de emplear dicho castigo.- Todos temblaron ante sus palabras.- ¿Entendido?

- ¡Si!.- Todos respondieron al unísono.

- Regresen a sus deberes, cuando llegue el rey le explicaran lo que sucedió. Yo iré en busca de los príncipes.

- General.- Una de las doncellas se acercó.

- ¿Qué sucede?.

- La doncella encargada del cuidado de los príncipes está en sus aposentos. No se encuentra muy bien ya que el príncipe heredero utilizó el poder de sus feromonas para someterla.

- Entiendo.- Enviaré al doctor.

- Gracias.- Se quedó viendo al alfa mientras se alejaba.

- No importa cuántos años pasen.- Otra doncella se acercó.- No importa el cargo que tenga. El gerenal Shaham siempre seguirá siendo el mismo.- Negó mientras sonreía.- Solo le debe lealtad a su Majestad el rey.

Cuando se hablaba de lealtad y devoción sólo un nombre podía surgir. Siempre que veían pasar al imponente alfa Persa, las personas no evitaban hablar de él.

No sólo hablaban de su aspecto exótico y atrayente sino también de su valentía, ferocidad pero especialmente de su lealtad hacía su amo.

Ya no podía considerarse como un sirviente. Siendo el esposo del príncipe Li'An automáticamente había adoptado el título de príncipe consorte, ahora era un miembro más de la dinastía de Yang pero esto para él no significaba la gran cosa como para cambiar su actitud, pensamiento e ideales.

Yizhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora