Lucharé por ti.

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- ¡Padre!.- El pequeño príncipe corría hacía el emperador sosteniendo un papel.- Quiero que veas mi caligrafía.

- Veamos.- Tomó al pequeño y lo sentó sobre sus piernas.- Mi pequeña peonia está evolucionando a pasos gigantescos.

- Todo es gracias a la ayuda de mi madre y mis maestros.- Sonrió mostrando sus pequeños dientes.- Pronto seré un gran alfa como papá.

- Desde ya lo eres.- Beso la frente de su hijo.

- Majestad.- Un eunuco apareció.- Su majestad el rey consorte está aquí.- Se hizo a un lado permitiéndole el paso al pelinegro.

- Xiao Zhan saluda a su majestad.- Hizo una reverencia.

- Zhan.- La sonrisa del alfa se más grande.

- ¿Interrumpo?.- Observó al pequeño.

- No lo haces.- Extendió su mano ofreciéndola a su omega.- Ven, siéntate.

- Estuve entrenando en el campo y cuando finalicé pensé en venir a saludarte.- Se detuvo ante el pequeño e hizo una leve reverencia con su cabeza.- Su alteza ¿Como está hoy?

- Padre Zhan.- El pequeño tiró suavemente de la vestimenta del omega.- Ven, mira mí caligrafía.

- Nuestra Peonia está muy entusiasmado.- Yibo sonrió.- Así que ven y hecha un vistazo.

- Sin dudas las habilidades de nuestro querido príncipe mejoran cada día.- Se sentó junto a ellos.- Ya para cuando nuestro MuDa sea un adulto será alguien excepcional.

- Padre Zhan.- Se trepó a las piernas del pelinegro.- ¿Cuando me vas a enseñar Persa?

- Últimamente ha estado muy insistente con ello.- El alfa negó con una sonrisa.

- Ya que su alteza ha mejorado bastante en sus lecciones, creo que es tiempo de que le enseñe.- El omega sonrió.

- ¡Si!.- El pequeño saltó de las piernas del omega.- ¡Padre Zhan me enseñará Persa!.- Empezó a correr en círculos provocando las risas de alfa y omega.

A pesar de todo pronóstico negativo que algunos tenían hacia el nuevo rey consorte y la relación que podía desarrollar con el pequeño príncipe, las cosas habían salido más que bien. El pequeño MuDa no sólo había aprendido a adaptarse al omega pelinegro sino que había desarrollado cierta cercanía hacia él.

Zhan por su parte quien no estaba acostumbrado a lidiar con niños, había puesto de su parte para tener una buena relación con el pequeño. Siempre había sido un hombre de armas y aunque tenía presente que tenía la habilidad de procrear, nunca se vio como un padre, mucho menos como una madre.

Pensó que toda su vida, su mundo, se limitaría al campo de batalla. Empuñando su arma, luchando hasta el agotamiento, derribando a sus enemigos, ese era su plan, vivir y morir en su terreno.

Pero todo eso cambió cuando Wang Yibo llegó a su vida. De pronto, todas las palabras que dijo, incluso los juramentos que hizo se fueron a la basura. Pronto empezó a contemplar un mundo distinto del que estaba acostumbrado, un mundo en el cual su yo del pasado jamás hubiese pisado, un mundo el cual a pesar de ser todo lo contrario a sus anhelos, no era tan malo.

Seguía manteniendo su espíritu de guerrero, seguía con la convicción de que viviría y moriría en el campo de batalla pero también a aquellos sueños se habían sumado unos nuevos.

Él y su alfa han estado intentando durante más de 4 meses que aquel amor que se tienen y el cual se ha ido fortaleciendo con el tiempo de un hermoso fruto. 4 meses en los que con un gran anhelo, alfa y omega se entregan entre sí espero que aquel capuyo florezca.

Yizhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora