Yizhan.

Armonía.

En el claro manantial detrás del palacio, justo en sus orillas, una pareja yacía recostada con su vista hacia el cielo. El omega llevaba sobre su cuerpo la túnica de su alfa, su negro pelo se encontraba esparcido por el suelo y su cabeza reposaba cómodamente en el brazo de su compañero.

El alfa por su parte sólo llevaba colocada la parte baja de su vestimenta y la larga cola de caballo que siempre solía llevar había desaparecido. Se quedaron allí recostados bajo el sol esperando a que este secara la humedad en su cuerpo.

Hace solo unos minutos habían terminado de hacer el amor dentro de la fría agua. Aprovechándo su escapada y que a su alrededor ni había nadie para interrumpir, alfa y omega le dieron rienda suelta a la pasión.

Nuevamente se consumieron hasta quedar completamente satisfechos y felices.

- Este es un lugar muy bonito.- Zhan se incorporó quedando sentado.

- Es un lugar especial para mí. Solía venir a menudo cuando apenas empezaba a ser emperador.- Se sentó junto a su omega.- Apenas tenía 15 años y aunque ya tenía gran capacitación, no podía negar que algunas veces me sentía exhausto. Así que venía hasta aquí y después de nadar por un rato me dormía en este mismo lugar.

- Debió ser duro para ti tomar una responsabilidad tan grande.

- Lo fue.- Sonrió pero pude manejarlo.

- Te admiro.- Recostó su cabeza del hombro del alfa.- Incluso mi padre algunas veces se vio afectado por todos los asuntos que debía manejar y por las obligaciones. Siempre dice que de no haber sido por la antigua emperatriz y por mi madre al final hubiera enloquecido.

- Si te soy sincero...- Suspiró para luego sonreír con suavidad.- Con la llegada de LianHua dejé de sentir la soledad que muchos de nosotros experimentamos cuando subimos al trono. Ella era mi amiga, con quien solía jugar y realizar travesuras.

- ¿Se casaron muy jóvenes?

- Yo tenía 16 y ella 15.

- Puedo ver que la emperatriz es muy joven.- Asintió.- Así que es un año menor que yo.

- Viendo hacía el pasado, agradezco que ella hubiera aceptado venir al palacio porque desde el momento en que se convirtió en emperatriz fue mi apoyo y quien lograba regresarme a mi norte. Ya fuera con regaños o consejos.

- Yo también quiero convertirme en tu apoyo.- Sonrió.- También quiero que descargues tus pesares y tus dolores en mí.

- Desde el momento en que decidiste tomar mi mano te convertiste en parte de mi vida.- Recostó su frente en el hombro del omega.- También en mi apoyo.

- Quiero escuchar más.- Volvió a sonreír.

- ¿Sobre qué?

- Sobre su vida.- Se giró para verlo.- Quiero saber todos los detalles sobre ella. No omita ninguno, quiero conocerlo.

- De acuerdo.- Tomó su mano y la besó.- Pero antes quiero explicarte algo.

- Lo escucho.

- Anoche...cuando fui a visitar los aposentos de la emperatriz...

- ¿Cuántas veces tendremos esta conversación?.- Rodó los ojos al mismo tiempo que sonreía.- No tiene que darme algún tipo de explicaciones.

- Escuchame.- Tomó su mentón y luego depositó un beso en sus labios.- Primero dejame agradecerte porque desde el primer momento has puesto de tu parte para sobrellevar la situación. No sabes lo agradecido y feliz que estoy.