Una luna travieza.

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- ¿Un paseo?

- De repente recordé ese día cuando salimos a caminar.- Sonrió.- Para ese momento llevabas a nuestro cahorro de León en tu vientre.

- Si, yo tambien suelo recordar ese momento.- Suspiró con una sonrisa en sus labios.- Últimamente hemos estado muy ocupados con los asuntos del reino. Creo que sería una buena idea dar ese paseo pero ¿Que pasa con los principes?

- Pueden quedarse con la emperatriz madre o mejor aún, con la emperatriz. Sabes que ellos disfrutan mucho estar junto a Lian Hua.

- ¿Y como no? Si la emperatriz los mima todo el tiempo.

- ¿Que dices?

- De acuerdo.- Asintió con emoción.- Vayamos a dar ese paseo.

- Bien pero esta vez iremos solo tu y yo.- Lo apuntó.- Nada de llevar contigo a tu fiera.

- Mi fiera ya tiene quien lo dome.- Negó.- Además hoy llevará al principe An al templo. Tu hermano quiere llevar algunos obsequios a los monjes que cuidaron de él y de tu madre.

- Me parece perfecto. Esta vez no lo tendré clavandome su mirada como puñal.- Bromeó.

- Vamos mi emperador, no puede negar que ya le ha tomado afecto a Shaham.

- Lo que te voy a decir no lo debe saber él.- Se acercó más a su omega.- Desde la primera vez que el me desafió solo por tu seguridad, se ganó por completo mi admiración. Un hombre que ponga primero la seguridad de su amo por encima de su vida, es alguien digno de admirar.

- ¿Así que estoy en lo correcto?

- Estás en lo correcto.- Rodó los ojos.- Y admito que es la persona indicada para estar junto a mi hermano. Sé que lo cuidará de igual manera en que lo hace contigo.

- De eso no tengas dudas.

- Bueno, vamos a cambiar estas ropas y vamos a ponernos en marcha. Hoy será un maravilloso día.

El emperador y su consorte habían decidido hacer un parentesis en sus rutinas díarias aquel día. Debido a sus obligaciones con el reino y el cuerpo militar, últimamente han estado sumamente ocupados.

Aunque cada noche en la comodidad de su habitación duermen abrazados despúes de hacer el amor, durante el día son muy pocas las veces en las que pueden llegar a verse. Zhan se mantiene ocupado entrenando a los soldados y formando a los nuevos integrantes mientras que Yibo se mantiene sumergido en los asuntos del reino, siempre tratando de mejorar la condición de su pueblo, así como buscando la forma de fortalecerlo.

Gracias a ello es bien sabido que el reino de Yang es el más prospero de todos. Un reino que goza no solo de riquezas y de habitantes felices sino tambien de un magnifico poder militar. Los elogios hacía el emperador, su rey consorte e incluso su emperatriz son muchos.

No solo elogian a Wang Yibo como emperador sino que tambien lo admiran y envidian por tener a su lado a aquel magnifico y único omega. En cuanto a la emperatriz Lian Hua, los elogios tampoco se quedaban atrás.

No era una mujer de guerras, no era una fiera en batallas pero sobresalía por su bondad y su empatía. Todos la admiraban por su labor hacía el pueblo y reconocían el arduo trabajo que hacía para cuidar tanto de personas desamparadas como de niños y ansianos necesitados.

Yizhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora