Nuestras Almas Gemelas, Nuestros Grandes Amores.

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Los 3 alfas se encontraban a solas dentro de la gran sala, después del alboroto provocado por la repentina aparición del alfa persa quien arrastraba consigo al general Feng, por órdenes del emperador, todos se retiraron.

El general Feng seguía con arrodillado sobre el suelo con sus manos sujetas detrás de su espalda y jadeando cuál animal herido. Su rostro magullado mostraba signos de lesiones recientes, su cuerpo se mantuvo encorvado, le era difícil mantenerse erguido debido a las contusiones.

Su ropa estaba completamente desgarrada y sus descalzos pies llenos de raspaduras y heridas. Parecía que había sido la presa de un animal rabioso y hambriento.

Shaham por su parte, se mantenía en la misma postura altiva e imponente que lo caracterizaba. Aunque su cuerpo también se encontraba lastimado y tenía claro signos de fuerte abuso, en ningún momento perdió su porte.

Su largo y negro pelo corría como cascada por su espalda y hombro derecho, un largo mechón cubría su ojo derecho, aún así se podía ver como el color dorado resaltaba entre las negras hebras. Era una imagen un tanto inquietante pero a la vez atractiva.

- Ahora que estamos solo ¿Podrías explicarme que sucede?.- Yibo se quedó viendo al general.

- Primero que nada...- La voz del alfa persa era profunda.- ¿Como se encuentra mi maestro? ¿Por qué lo llevaba en brazos antes?

- Gracias a ti tu maestro está a salvo. Si no hubiera sido porque hiciste todo lo posible por salvarlo hoy no estaría aquí.- Suspiró.- Zhan estaba alterado porque no sabía sobre tu paradero. Estaba aún lastimado pero quería salir a buscarte a como de lugar, ni siquiera le importó que lleva a nuestro hijo, solo quería encontrarte.

- ¿Un hijo?.- Sus dorados ojos se agradaron.- ¿Mi maestro tendrá a su hijo?

- Así es.- Coloco sus manos detrás de la espalda.- Quiero que sepas que no le prohibi que te buscara, solo quería que mejorara antes. Mis hombres tampoco dejaron de buscarte.

- Gracias por la consideración.- Movió suavemente su cabeza en señal de reverencia.

- ¿Me vas a decir por qué traes al general Feng de esta forma? ¿Donde has estado todo este tiempo?

- Traigo a este traidor ante usted porque necesita ser castigado.- Tiro de la cadena en el cuello del general.- En cuanto a mi desaparición, él tiene mucho que ver.

- ¿Acaso fue usted quien provocó aquel accidente general?.- La mirada del emperador se volvió sombría.

-.....- Se mantuvo con la cabeza baja.

- ¡HABLE!.- Rugio.

- No pierda su tiempo Majestad.- Shaham interrumpió.- El no podrá hablar.

- ¿Como?.- Lo vio con confusión.

- Le había advertido que si volvía a meterse con mi maestro arrancaría su lengua.- Arqueo una ceja.- Shaham nunca amenaza en vano.

- ¡Maldito!.- El emperador se lanzó hacia el general.- ¿Te atreviste a intentar lastimar a mi esposo? ¿A TU REY?.- Lo sacudió.- ¡Te di toda mi confianza! Tu hermana, la gran emperatriz de Yang tambien confio en ti ¿Así es como nos pagas?.- Golpeó su rostro con tanta fuerza que lo terminó lanzando al suelo.

- Si usted me permite y cree en mis palabras, yo le contaré lo que ocurrió.- El alfa Persa lo interrumpió.

- Te escucho.

Shaham contó cada cosa ocurrida de forma perfectamente detallada. Sin omitir ni el más mínimo suceso, le explicó al emperador sobre los sucesos que se dieron luego de aquella avalancha.

Yizhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora