QUEEN ~ La Emperatriz Divorciada

La llegada del príncipe

La sensación de molestia estaba centrada en mi pecho y no parecía querer disminuir a pesar de todos mis esfuerzos, aunque deseaba achacar mi malestar general a los nervios que significaba el hecho de que la celebración de año nuevo se llevaría a cabo en la tarde, pero no podía, mi cabeza martillaba sin cesar sobre mis pensamientos divididos; Desde Rashta, luego Navier, finalmente llegue a Heinrey. Cada uno de ellos tenían motivos distintos para estar en mi mente, y ninguno de ellos me resultaba tranquilizante ante esta situación.

-¿Sucede algo princesa? - Un escalofrió recorrió mi espalda abruptamente haciéndome dar un pequeño salto en mi silla, sabia que Kayden estaba ahí, pero por un momento me perdí en mi mente y olvide que seguía en mi recamara y que de hecho debía de arreglarme para la próxima bienvenida. Asentí con la cabeza sin voltearme para mirarlo, de todas formas podía ver su mirada a través del espejo que estaba frente a mi- La veo algo distraída.

-No es nada, Kay, no te preocupes.

-¿Cual es la razón de su tristeza, princesa? 

-No es tristeza, solo estoy pensativa.

-Ningún de los dos se cree eso, princesa.

Resople algo molesta por su actitud, Kayden era mi guarda desde el inicio de mi sequito cuando yo tenia seis años y el estaba a punto de cumplir los diez, en eso momento llegue a verlo como un compañero molesto y egocéntrico, y aun ahora después de mas de una década nada cambiaba demasiado,  era un perfecto guarda y cumplía su labor profesionalmente en todo momento, pero en el ámbito de amistad no superaba muchas barreras.

-¡Deja de hablar de esa forma!- Grite fastidiada girándome por completo, se altero un poco al dar unos pasos hacia adelante, su rostro se deformo en una mueca neutral que no hizo sino alterarme mas, si eso era incluso posible- ¡Lárgate! ¡No quiero escuchar tus palabras sofisticadas y elegantes mientras dices que lo que pienso esta mal!

El silencio se hizo presente nuevamente después de mi exagerada reacción, volví a mi posición anterior mientras intentaba sin éxito regular mi alterada respiración, apreté el puente de mi nariz con mas fuerza de la que debería, baje la cabeza un instante y a la fuerza recordé que tenia un día exageradamente ocupado, y yo como una tonta perdiendo el tiempo de esta forma. Espere de forma estática a que pasara un largo rato, quería creer que Kayden se habia ido después de mi orden, pero mi sorpresa fue grande al verlo sentado en una de las orillas de mi cama.

-¿Te sientes mejor? - No quería escucharlo, realmente que no quería hacerlo, pero ¿A estas alturas que opciones me quedan?

-Cállate.

Se levanto despacio como si tuviera miedo de cual seria mi reacción ante lo que haría a continuación, camino con lentitud hasta quedar no mas de un metro delante de mi silla, lo mire con los ojos entrecerrados y la cabeza ladeada, era una advertencia, tenia que alejarse o yo no me hare responsable de lo que pasara.

- Enio, ya basta, ¿Desde cuando te comportas así? - Su voz me resultaba mas irritante de lo normal, mordí mi labio para evitar seguir gritando algo que pudiera meterme en problemas.

-No se a que te refieres- Me voltee de nuevo, observando mi propio reflejo en el espejo mientras con un ademan de rabia intentaba peinar mi cabello azabache.

- Nunca te habia visto tan molesta por algo de magnitudes tan insignificantes.

-Estas entrando a terreno peligroso, cállate Kayden.

-La princesa nunca fue tan, ¿Cuál es la palabra?... ¿"Malvada"? con una concubina- Cerré los ojos al escuchar su acusación, no se a donde quiere llegar, pero me esta causando un pánico poco usual para una situación tan "inocente"- Preguntare de nuevo, ¿Qué es lo que pasa?