QUEEN ~ La Emperatriz Divorciada

En camino a un amargo encuentro

La asistencia a los banquetes generalmente se reducía al tercer día de las celebraciones de año nuevo, ya que no tiene la prioridad del primer o segundo día a estas alturas todos los invitados desean perder el tiempo paseando por la ciudad, socializando con las nuevas personas que han conocido. Ese ha sido el patrón durante los últimos tres años, incluso ahora.

-Hay mucha mas gente de la que pensé, su alteza -La voz de Areul se escuchaba cansada, el mayor chasqueó su lengua con desinterés, él nunca ha sido un ávido fan de estas celebraciones, pero tampoco recordaba haberlo visto así en otras situaciones similares.

-La gente debe de estar esperando a Heinrey y a la sirvienta, el rumor se ha de haber esparcido mucho mas rápido de lo esperado -Me encogí de hombros mientras me inclinaba un poco para que solo mi acompañante me escuchará, por un lado debo de admitir que esto me resulta bastante interesante, un poco incomodo, pero es bastante divertido, no puedo esperar a ver como se desenvuelve esta mentira.

-Supongo que debe tratarse de eso- El peliplata suspira pesadamente dándome un poco de risa, en realidad me gustaría sacarlo de aquí pero no es posible, estoy a punto de quedarme completamente sola, y si eso sucede me veré en la obligación de convivir con nobles los cuales no tengo intención de conocer, no puedo permitir que Areul se aleje.

-¿Sabes que sucede con Terra y Kayden? Estoy un poco preocupada- Señalé con la cabeza a la pareja mencionada con un poco de duda.

Ayer en la noche Terra desapareció abruptamente una vez que sentí el licor comenzaba a hacer efecto en mi cuerpo, poco después Kayden se alejo con la excusa de que iría a buscarla,  pero finalmente ninguno de ellos volvió a aparecer. En la mañana tampoco tuve noticias sobre ellos, hace unos minutos aparecieron con una apariencia extraña, no han hablado mucho, la rubia se encuentra algo alejada de todos los invitados y Kayden se encuentra a su alrededor con una postura defensiva, como si estuviera esperando el momento perfecto para atacar, es demasiado extraño.

-Kayden me dijo que Terra estuvo enferma en la noche, al parecer solo la esta cuidando para evitar algún incidente.

Mi mirada paseó por todo el salón buscando algo con lo que entretenerme por un rato, a lo lejos veo a Navier rodeada de sus damas, Aurora y Clarity están hablando con un par de nobles del reino del norte, Cressida se encontraba en la mesa de postres comiendo un poco de todo de forma disimulada, por un momento me cuestione cual seria la mejor opción para acercarme, pero una espina picó en mi consciencia al girar la cabeza en sentido opuesto, allí esta Rashta, rodeada de otras personas sin la presencia de Sovieshu, eso no era algo para nada raro, lo que me preocupó fue que estaba mirando fijamente a la duquesa Tuania.

¿Acaso se conocen? 

Se oyó el ruido de la puerta abriéndose. Levante la vista, esperando la entrada de Sovieshu, pero me equivoque, quién apareció en ese momento fue el príncipe Heinrey, pero no estaba solo, tomada de su brazo estaba Cherily como su acompañante.

-Realmente la trajo, increíble -Comentó Areul en mi oído con un poco mas de interés- Se ve mas bonita sin el traje de sirvienta.

Me cruce de brazos mientras bostezaba, de reojo mire el vestido rosa pálido que se veía costoso, seguramente fue un regalo de Heinrey, pues ella no podría pagar algo así ni con su salario de un año completo.

-Se ven bien juntos de alguna manera, estoy seguro de que es porque estaban buscando a alguien de quien estaban enamorados.  

Bastaron solo un par de segundos antes de que los murmullos y chismes comenzaran a hacerse presentes en el salón, me encogí de hombros con algo de decepción, las cosas avanzaban mas lento de lo que me gustaría, soy una persona paciente, a veces, pero quiero terminar con este juego ahora. En ese momento, mis ojos se cruzaron con los de Heinrey, asentí saludándolo creyendo que la pequeña discusión del día anterior no tenía porque llevarse a mas allá de una breve ley del hielo. Contrario a lo que esperaba el me dedico una mirada extraña, coqueta y alegre antes de señalar discretamente con la cabeza a la sirvienta que caminaba de su brazo.