Amor Ilegal

#19

En una de las habitaciones de la casa Rinne, un hombre estaba sentado atado de pies y manos, le faltaban las uñas las cuales habían sido arrancadas por una tenaza que sostenía un hombre azabache.

- Una vez más Jūzō, ¿porque la policía se llevó mi mercancía? -Preguntó el azabache colocando la tenaza en una mesa y agarrando un bisturí.

- Yo-yo de verdad no lo sé... -Respondió asustado.

- Mala respuesta. -Deslizó el bisturí por el brazo de aquel hombre abriendo su piel.- Tú conducías, tenías una misión y fallaste, además lograste huir dejando la mercancía atrás, ¡cuando pudiste negociar! -Clavó el bisturí en el dorso de su mano, aquél hombre gritaba de dolor, el azabache caminó hacia la mesa y agarró un trapo para limpiarse las manos.- Hidan es todo tuyo.

- ¡¡Siii!! -Gritó emocionado.

- ¡Jefe no! ¡Por favor no! -Suplicó aquel hombre, pero fue ignorado por el azabache.

Obito salió de la habitación y caminó hacia la sala de estar, dónde estaba Yahiko, se sentó en el sofá y encendió un cigarro el pelinaranja solo lo quedó viendo intrigado.

- No sabe nada, ¿cierto?

- No, ¡mierda! Solo los que transporta la mercancía y nosotros sabemos la ruta.

- Eso es lo que me preocupa... -Murmuró Yahiko.- No quiero sospechar de las personas que son cercanas a mí...

- Debemos solucionar esto, pronto. -Dijo Obito volteando a ver al pelinaranja, en eso lo notó pensativo.- ¿Y ahora que?

- No se te escapa nada. -Dijo soltando una risita.- Solo trata de mantener la calma... -Al escuchar aquello Obito frunció el ceño.- Yagura tiene nuestra mercancía.

- ¿¡Qué!? -Exclamó Obito molesto.

- Te dije que mantengas la calma.

- ¿Cómo quieres que mantenga la calma? Además, ¿como es que Yagura tiene la mercancía que nos robó la policía?

- Pues seguramente tiene gente en la policía.

- ¡Maldita sea! ¡Debemos recuperar esa mercancía!

- Será algo difícil. -Contestó Yahiko.- Esa fue su venganza por la mercancía que nosotros le quitamos.

- ¡Joder, pero la nuestra tenía mucho más valor! -Exclamó molesto luego apagó su cigarro.- ¡Ah mierda! Necesito relajarme un poco... -Agarró su celular y marcó un número, el celular sonaba hasta que se escuchó la contestadora.- ¡Agh! ¡¿Porque no contesta?! -Siguió marcando una y otra vez.

- Creo que mejor me voy... -Murmuró Yahiko y se puso de pie, ya le parecía que Obito le lanzaba el celular.

- ¡Hasta que al fin! ¿Porque no contestabas? -Preguntó molesto, luego escuchó la voz tranquila pero a la vez un poco fastidiado.

- ¡Porque estoy trabajando, idiota! ¿Que quieres?

- ¡Oye, no me hables así! -Exclamó y luego dio un suspiro.- Bueno, mandaré a Sasori para que te lleve a un lugar, a las seis.

- Hoy trabajo hasta las once.

- ¡Ah!¿Enserio? No me importa, irán por ti a las seis.

- Pues ya te dije que estaré trabajando, no se te ocurra decirle al señor Mitokado que me de el resto de la tarde, porque...

- ¿De que estás hablando? -Interrumpió.

- ¿Crees que no lo se? No soy idiota Obito, ¡Y si quieres llevarme a la fuerza tendrás que atarme!