Obito Uchiha un jefe de la mafia, tiene el mundo a sus pies, nunca lo han visto flaquear o mostrar debilidad, para el lo primordial es el dinero y poder lo demás sale sobrando.
Kakashi Hatake es un joven estudiante de secundaria, trabaja en una cafe...
El peliplata empezó a abrir los ojos, frunció el ceño al notar que estaba solo, Obito se había ido, se sentó en la cama y sintió una punzada en su parte baja, dio un suspiro y luego se puso de pie para dirigirse al baño, esperaba que regresara mientras se daba una ducha pero no pasó, solo se puso una bata de baño y llamó a la recepción.
— Hola, llamaba para...
— El señor Uchiha, le dejó un mensaje. —Interrumpió la recepcionista.— Dijo que pasara por su pago a la recepción...
— Disculpe, ¿mi qué?
— Su pago, joven Hatake. —La voz de la mujer se escuchó un poco vacilante e incluso su tono empezó a volverse compasivo.— Lo siento, pero tiene que salir de la habitación, el pago por sus servicios esta en recep...
Kakashi cortó la llamada antes de que la mujer siguiera hablando, un disparo en el corazón habría sido mejor, sintió que sus ojos ardían, sus labios temblaron, se esforzó por no soltar las lágrimas, las palabras dichas en aquella ocasión volvieron a resonar en su mente, junto a todo lo que le dijo Obito.
Obito, jamás se enamoraría de un niño como tú, lamento si te hiciste ilusiones...
Tu risa es hermosa...
Me gustas mucho...
Obito incluso lo había seguido para explicarle lo de Mei, le pidió perdón, le dijo que era importante para él, pero todo eso era mentira, Deidara tenía razón.
¿Qué te gusta de mí?
Tu carácter... Tus ojos, que por cierto son los más bellos que he visto... tus labios, los cuáles me parecen tan suaves y deliciosos... tu perfecto mentón y ese bello lunar que lo adorna... Eres el ser más hermoso que he conocido....
Esas palabras habían sonado tan convincentes, ahora dolía recordarlo, no podía seguir un segundo más en ese lugar, buscó su pijama y se la volvió a poner quería salir de ahí, no debió ilusionarse, no debió creerle, después de lo que vio en el night club.
...aunque, después de cogerte te mandará a la mierda.
Era tan cierto, incluso le dejó un pago como si él se estuviera vendiendo, trató de abrir el ascensor pero necesitaba clave, así que se dirigió a las escaleras de emergencia, solo bajó unos escalones y se detuvo al sentir el dolor en su cadera mucho más fuerte, las lágrimas caían sin parar.
Kakashi ya te lo dije, tú eres especial, no pienses en lo demás....
¿Tú me amas?
Me gustas mucho...
Con eso debió entender, Obito solo jugó con él, tenía un objetivo, un deseo y él se lo concedió, continuó bajando, en eso se encontró con alguien de la limpieza y usó el ascensor de servicio, salió por la parte de atrás del edificio, no quería pasar por recepción, sería un largo camino a casa y estaba en pijama usando pantuflas.
— ¿Kakashi? —El peliplata se dio la vuelta al escuchar aquella voz.
— Yamato... ¿Puedes llevarme a casa? —Preguntó sin voltearlo a ver, al parecer hoy el castaño no andaba repartiendo pizzas.
— Sí, claro. —Contestó sin hacer preguntas, se notaba que el peliplata no quería hablar ahora.
Kakashi se subió a la motocicleta y el castaño aceleró, sin notar que un hombre y un joven los observaban desde un auto.
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